¿Los políticos, creyentes?
¬ Salvador Estrada martes 9, Feb 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
El papa Francisco no viene a México a juzgar, sino llega a orar con nosotros, para que se resuelvan nuestros problemas, porque es mensajero de la misericordia y de la paz.
Pero también, con su homilía, va a sacudir conciencias, sobre todo la de los políticos que tienen cola que les pisen y la de los empresarios injustos que pagan salarios raquíticos, evaden impuestos y no dan lo justo en la repartición de utilidades.
Y, ante la inminente llegada del líder del catolicismo mundial, los políticos ya empiezan a mostrar que son creyentes. Ahí tienen a Andrés Manuel López Obrador, quien dice que ahora los candidatos de Morena son “buenos cristianos”. Un caso es el candidato al gobierno de Chihuahua, Javier Félix Muñoz, que asegura el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional, “es un hombre de buenos sentimientos, un buen cristiano, de los que no dan la espalda a los que sufren y es honesto”. Así lo expresó al avalar la candidatura “de este hombre de bien”.
A los panistas se les acusa de ser “mochos”, es decir, gente ligada la iglesia, también llamados “persignados”, y Vicente Fox no lo negó e incluso asistía a misa y fue a Roma a saludar al Papa. De los panistas no hay duda de que son creyentes.
Pero, que los priístas se pronuncien creyentes, es como “un milagro”. El ex presidente del PRI, Humberto Moreira, detenido en España por “lavado” de dinero y otros delitos, una vez que salió de la cárcel declaró: “yo soy creyente y leo la Biblia”. Tal vez le cayó el veinte del “arrepentimiento”. Si se salvó el buen ladrón, él también podría salvarse. La cárcel lo hizo meditar y tal vez pensaría: “Me llevé una lana del gobierno, pero no es tanta como dicen mis acusadores. Mis negocios son los que me han ayudado a tener más dinero e incrementar mi capital. Voy a terminar mi doctorado y me dedicaré a servir en mi carrera de político”.
Entonces, la izquierda, la derecha y el centro son creyentes, y como el Papa ya viene a México, ¿los partidos quieren canalizar su visita presumiendo su fe para ganar votos en las elecciones de medio año en 12 entidades del país?
La interrogación se contestará en junio, cuando los electores decidan con su voto quiénes los van a gobernar. La visita del Sumo Pontífice también tendrá que sacudir las conciencias de los ciudadanos, del pueblo creyente, y van a votar por decisión propia, con voto razonado, y no por interés, no por la dádiva, como los quieren acostumbrar los políticos corruptos.
Los dirigentes políticos tienen la palabra. Después de la visita del papa Francisco, decidirán si cambian de lo injusto a lo justo, del latrocinio a la honradez, si acaban con la corrupción y la impunidad, que son los males de México, o todo va a quedar igual y no se dará el sacudimiento de conciencias para que cambien, como lo anhela el pueblo, un pueblo que ya no quiere violencia y demanda la seguridad.
¡Oh Dios, no permitas que los malos gobiernen a los buenos!