Los dioses del narco
Freddy Sánchez martes 9, Feb 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Cualquiera puede imaginarse que el dinero que provenga de las manos de “El Chapo” Guzmán, es dinero sucio.
En ese caso, si Kate del Castillo ciertamente conspiró para usar dinero del capo en un negocio de tequila, obviamente habría incurrido en delito.
Empero, varias atenuantes a su favor tiene la artista. El dinero jamás lo recibió. Además que tampoco se ha comprobado que por medio de interpósita persona enviada por el narcotraficante hubiera estado en proceso de recibir una suma supuestamente acordada para realizar un negocio.
Menos aún, que ese dinero realmente habría de llegarle de una parte de la fortuna del narco mencionado.
Después de las conversaciones grabadas en las que aparentemente Kate sugiere que el narcotraficante invierta dinero en su fábrica de tequila, cualquier otra persona pudo ser la interesada en esa inversión y no necesariamente “El Chapo”.
La cuestión es que hasta donde se sabe, actualmente el dinero sucio del que se habla, jamás le llegó a quien supuestamente lo solicitó.
En ese tenor hay que decir que la presunción de culpabilidad en el delito de conspiración que se pretende imputarle a la artista, se basa en meras especulaciones.
Y si de suposiciones se trata para perseguir el lavado de dinero, cuanta persona haya tenido una relación contractual o de negocios con Guzmán Loera y sus familiares directos, debería sujetarse a las mismas indagatorias que actualmente tienen a Kate del Castillo en el banquillo de los acusados.
Dicho de otro modo: de haber conspirado para hacer negocios e incluso estarlos haciendo con dinero de “El Chapo”, habría que investigar a muchos otros más importantes personajes de la sociedad y no sólo a quien ha sido sometida al escrutinio de la opinión pública, por lo que hasta ahora es una suposición de un hecho que ninguna autoridad ha comprobado fehacientemente que se haya consumado, siendo como es un principio básico en derecho que el que acusa tiene que probar.
De modo que las autoridades competentes que tanto se esmeran en demostrar que Kate del Castillo pudo ser una conspiradora criminal interesada en lavar dinero, bien harían en ampliar sus expectativas indagatorias y no únicamente concentrar su poder persecutorio contra la artista.
Poner tras las rejas a la actriz en Estados Unidos o en México, por haber pensado en usar dinero sucio (si es que realmente lo pensó), podría traducirse en buena propaganda mediática en la lucha contra el crimen organizado.
Pero, atrás de eso estaría un distractor sobre lo que en verdad debería ocupar el interés y atención de las autoridades. O sea, ir con todo y contra todos los “pollos gordos” de la iniciativa privada y la política, que no solamente pensaron hacer, sino que hicieron y siguen haciendo grandes negocios con el dinero de “El Chapo”.
En ese contexto, huelga decir que sin lugar a dudas vestir de reclusa a Kate del Castillo bajo el supuesto de haber pensado hacer lo que en todo caso no hizo, sería algo así como haber encontrado a la chica ideal para un sacrificio ritual para aplacar un poco la ira de la defenestrada y ultrajada justicia y a la vez rendirle tributo a los dioses del narco.