Un asunto de principios de poder
Roberto Vizcaíno viernes 3, Sep 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
La cuestión es que todos juntos –los afiliados a los Chuchos y lostalibanes de AMLO–, apenas suman 69 y ni siquiera a empujones, garnuchazos o volados les ganan a los 237 del tricolor. Quizá por eso los priístas sonríen cuando hablan de las pretensiones de sus compañeros del PRD
Este domingo 5 de septiembre el PRI vivirá dos eventos fundamentales que definirán su futuro inmediato:
1.- Su cúpula en el partido y en el poder, así como sus estructuras medias acudirán en pleno a Toluca al quinto Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto –con lo cual se abre el proceso de su sucesión en el Estado de México (y con ella se inicia formalmente su carrera por la sucesión presidencial);
2.- Y dará la pelea final por la presidencia de la Cámara de Diputados.
En el primer caso la cúpula y la base del priísmo nacional acudirán a un Informe de Gobierno que será –afirman-, la muestra de lo que debiera ser la rendición de cuentas dentro de un país democrático y civilizado políticamente hablando.
Peña Nieto acudirá al Congreso estatal, entregará su informe y se sentará a escuchar los posicionamientos de las 8 fracciones parlamentarias. No obstante que su partido el PRI tiene 39 de las 75 diputaciones locales igualmente se expondrá a los juicios y críticas de los panistas que tienen 12 diputaciones, de los perredistas que ahora sólo llegan a 8, de los verdes, petistas, nuevo aliancistas y convergencistas que cuentan con 3 cada uno y del socialdemócrata que apenas llega a 1.
Al final, sin que ello signifique el inicio de un debate –lo cual no está permitido por la Constitución estatal-, el gobernador hará un pronunciamiento en el que seguramente intentará dar una respuesta mínima a sus opositores, para luego retirarse hacia el Teatro Morelos donde hablará en cadena estatal para los ciudadanos.
Ahí estarán al menos una decena de gobernadores y de gobernadores electos, así como diputados, senadores y alcaldes, empresarios e inversionistas, dirigentes religiosos y sociales, así como embajadores y representantes de organismos internacionales. Un necesario contrapunto en todo a lo que hizo y reunió por su parte ayer Felipe Calderón en Palacio Nacional.
Lo que sigue luego de su quinto Informe para Peña Nieto es sacar adelante con éxito y limpieza su propia sucesión, entregar el poder e iniciar su carrera formal por la Presidencia de la República. Todo eso en los siguientes 12 meses. Por lo tanto la demostración de convocatoria y fuerza será uno de los puntos más importantes para él y el PRI el domingo. Principios y Poder.
LA PELEA POR OTRA PRESIDENCIA: La otra contienda del tricolor nacional la dará este partido a partir de las 6 de la tarde en el Palacio Legislativo de San Lázaro para ocupar la Presidencia de la Cámara de Diputados de este septiembre a agosto del próximo año.
El asunto tiene que ver con lo que marca la Ley del Congreso respecto de la integración de los dos órganos de gobierno interno: la Junta de Coordinación Política y la Presidencia de la Mesa Directiva.
La norma dice que estos órganos deben ser presididos por las fuerzas políticas de acuerdo a su número y porcentaje. El primer año ocupará la presidencia de cada uno el grupo parlamentario que tenga el mayor número de legisladores, el segundo el que sigue y el tercero el que continua de acuerdo a tamaño y porcentaje.
Pero como son dos órganos de gobierno, entonces hay una norma central que impide que un solo partido ocupe los dos cargos al mismo tiempo porque entonces se romperían los 3 principios básicos de la democracia interna: los de pluralidad, representatividad y gobernabilidad.
Hoy las 500 diputaciones que integran la Cámara de Diputados están divididas de la siguiente forma:
– El PRI tiene 237, es decir el 48 por ciento del total de las curules; el PAN 142, el 28 por ciento; el PRD 69, apenas el 14 por ciento; el PVEM 21 es decir el 4 por ciento; el PT 13, apenas el 3 por ciento; Nueva Alianza 9 para tener el 2 por ciento y Convergencia 6 para un 2 por ciento.
Con estos números y porcentajes, y cumpliendo las normas establecidas, el primer año de esta legislatura -que fue del primero de septiembre de 2009 al 31 de agosto de 2010-, la presidencia de la Cámara la ocupó el panista Francisco Ramírez Acuña mientras que el coordinador de los diputados del PRI ejerció la presidencia de la Junta de Coordinación Política, órgano que está integrado por los coordinadores de las 7 fracciones y que es donde se acuerda la agenda legislativa, es decir, qué asuntos se tratan en el Pleno y qué reformas o dictámenes se presentan y aprueban.
Cuando se aprobaron esas presidencias se aclaró que el acuerdo era sólo para ocupar esos cargos durante ese año y que no había nada previsto, ni acuerdo previo alguno, para repartir las presidencias en 2010 y en 2012.
Así se fueron.
Pasó el primer año legislativo y ahora inicia el segundo y el PRI ha decidido ocupar la presidencia de la Mesa Directiva y el PAN quiere presidir la Junta de Coordinación Política.
No hay nada extraño. La Ley Orgánica del Congreso se los permite. El problema se da cuando de ocurrir esto, entonces dejarían al PRD ocupar las presidencias de ambos órganos en 2012 y como eso está prohibido entonces este partido tendría que optar por alguna de las dos lo cual no acepta, pues perdería la posibilidad de ejercer la presidencia de alguna de las dos durante un año ya que la Legislatura dura solo 3 años.
Y de las dos presidencias el PRD quiere la de la Cámara. Entonces ha entrado en conflicto con el PRI al cual reclama dejarles presidir este año a los Diputados.
La lógica les dice que si el PRI cede, entonces ellos ocuparían este año la presidencia de la Cámara, el PAN la Junta de Coordinación Política y entonces en el 2012 el tricolor ocuparía la presidencia de los diputados y ellos, los perredistas la Junta de Coordinación Política y así cada una de las tres principales fuerzas cumplirían con haber presidido el mismo tiempo los dos órganos de gobierno y nadie saldría lastimado.
Pero…
Resulta que el PRI ya anunció que presidiría la Cámara en este año y modificar su decisión evidenciaría debilidad, lo cual no está dispuesto a hacer.
Y el PAN no quiere saber nada de dejarle su lugar al PRD en la presidencia de la Junta de Coordinación Política, por lo mismo.
Ambas fracciones necesitan esas posiciones para impulsar sus respectivas agendas legislativas que comprenden reformas y aprobación de dictámenes importantes. Ni qué decir que para el PAN, por ejemplo, estará en juego la aprobación de los presupuestos de Ingresos y Egresos.
En el primero los priístas ya anunciaron que promoverán la baja del IVA de 16 a 15 por ciento y los panistas han advertido que no dejarán que los tricolores hagan esta reducción porque implicaría mover los montos del gasto para el gobierno de Felipe Calderón.
En el segundo, en el de Egresos, los priístas ya anunciaron que introducirán candados para evitar que Calderón siga produciendo importantes y multimillonarios subejercicios –es decir importantes partidas del presupuesto no aplicadas-, que luego van a dar a fondos que el Presidente aplica discrecionalmente.
Entonces el jaloneo es mayúsculo entre las dos fuerzas, pero persistir en la confrontación entre PRI y PRD sería llevar al Congreso a una crisis constitucional que derivaría en un problema mayor.
Por eso PRI –que es la fracción y la fuerza política más importante en el país-, y el PAN –que tiene el gobierno federal-, ya podrían haber pactado una solución. Y para ello aplicarían una de las salidas de emergencia.
¿Cómo? Bueno, resulta que la La Ley Orgánica del Congreso dice que el presidente de la Mesa Directiva deberá ser votado por las dos terceras partes de los diputados… presentes en ese pleno.
Eso significa que si los 142 diputados del PAN se salen a la hora de la votación, dejarían que los 237 del PRI junto con los 21 de Verde Ecologista rebasaran por mucho esas dos terceras partes de los “diputados presentes”.
Con esa votación colocarían a quien ellos quisieran en la presidencia de la Cámara.
El proceso sería legal y a los perredistas no les quedaría más que el pataleo, el asalto a la tribuna, el secuestro del salón del pleno o algo así… lo que de cualquier forma hacen.
Esa sería una forma de destrabar el conflicto y darle una salida a todos. Claro que la mejor solución sería la del acuerdo consensuado, lo cual se ve difícil porque los del sol azteca ya sacaron los machetes y advirtieron que irán a la guerra en caso de que el PRI no les de esa presidencia.
La cuestión es que todos juntos –los afiliados a los Chuchos y los talibanes de AMLO-, apenas suman 69 y ni siquiera a empujones, garnuchazos o volados les ganan a los 237 del tricolor. Quizá por eso los priístas sonríen cuando hablan de las pretensiones de sus compañeros del PRD.