El mensaje presidencial

¬ José Antonio López Sosa viernes 3, Sep 2010

Detrás del Poder

José Antonio López Sosa

Muy temprano citó el presidente Calderón a sus amigos y empleados en Palacio Nacional para emitir un mensaje no a la nación, insisto en que a sus amigos y a los medios de comunicación para que sus gobernados también tuviésemos acceso a él.

Al escuchar al Presidente me sorprendió la gran cantidad de cosas que ha hecho, ¡cuántas cifras!, mejoras en todas las instituciones, empleos, carreteras, infraestructura en general, capacitación, impulso a las fuerzas policiales y armadas, en fin, ¡tantas cosas!, parece que no se le fue un solo detalle de los logros en su gobierno.

No imagino las horas que sus colaboradores habrán estado recavando datos y redactando el mensaje, los días enteros que habrá ensayado con firmeza la lectura de datos y sobre todo, el análisis minucioso que presidencia como institución tuvo que hacer ante tanta obra de gobierno desde el año 2006.

Cuanto hubo terminado el mensaje que emitió, entre tanto aplauso de sus amigos y empleados, me pregunté de forma férrea: ¿de qué país nos habla Felipe  Calderón Hinojosa?

Quizás mi percepción es errónea o tal vez abuso de la ciencia política para comprender todo lo que Calderón dijo, debo entender por su mensaje, que no ha tenido una sola falla en su gobierno, que el presidente y su gabinete han sido gente honesta y comprometida con el país, que a pesar de las circunstancias adversas (que no son culpa ni de Calderón ni de su gabinete), han salido adelante en todo, luego entonces volteo a la calle y me pregunto, ¿dónde está toda esa retórica de Calderón?

El país en términos generales y sin temor a equivocarme está mucho peor que en el año 2000 y en el año 2006, la inseguridad que vivimos es la peor en décadas, muchas ciudades del país están al borde del colapso social, vivimos una verdadera guerrilla como producto del crimen organizado con varios frentes desconocidos, el desempleo y la economía están peor que al inicio de la gestión de Calderón, ¿qué pasa entonces con ese México maravilloso del que habló en su mensaje?

Confirmo que existen dos “Mexicos”, dos realidades y dos países. Uno donde vive Calderón y su gabinete, el de los helicópteros, el protocolo, los altos empresarios y el alto nivel; el otro el de los mexicanos de a pié como usted o como yo, donde los hechos contradicen una a una las palabras del Presidente de la República, donde basta con salir a la calle para ver la distancia entre el discurso y la realidad. En fin, me queda una duda, ¿aplaudían de forma plenamente consciente quienes así lo hicieron en Palacio Nacional?

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