Las nuevas noches
¬ Salvador Estrada jueves 4, Feb 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Las noches en el Distrito Federal ya no son iguales como lo fueron cuando mi tocayo Chava Flores cantó “Sábado Distrito Federal” porque ahora en la Ciudad de México “las fiestas” son todos los viernes.
Las cantinas ya no son cantinas sino bares, llamados restaurante-bar en donde ya se perdió la larga barra donde todos los noctívagos, “golpeados de las cejas” acudían a temprana hora a curar su resaca.
Su “cheve” fría o su “piedra”, anís, tequila y gotas de Fernet, para volver a decir salú.
Claro, con su botana de caldo de camarón y sus taquitos de chicharrón.
En ese entonces en las cantinas se jugaba dominó y cubilete. Las tardes eran cortas ante la emoción del juego.
Y entre trago y trago te “ahorcaban la mula de seises”. Cantinas como estas quedan muy pocas. Está Las Américas, en la calle de Artículo 123. y La Chabela, en Antonio Caso, donde se han adaptado a las botanas ”de comida corrida”, pero todavía se puede jugar.
Cantinas conocidas fueron La Mundial, en Bucareli, El Casino Americano y El Palacio, el primero en la calle de Lotería Nacional y el segundo en Ignacio Mariscal y Rosales. Sus clientes eran empleados de La Prensa, El Nacional y La Afición. Excélsior, El Universal y Cine Mundial.
En la Ciudad de México, el nuevo nombre del DF, los bares ofrecen “botana gratis”, que es una comida normal de tres platillos o más, a cambio de tres tragos, que cuestan de 60 a 90 pesos cada uno, según el nivel del establecimiento etílico. Y gratis, sólo es el nombre, porque sale más caro el caldo que las albóndigas.
Y las “nuevas cantinas –bares-restaurantes” ofrecen, ante la competencia, música para bailar con “un tecladista y una cantante” para que la fiesta de los viernes no se quede solo en la comida, sino que siga hasta la medianoche.
Antes, ya emocionados por los efluvios etílicos de la cantina buscabas ir a un cabaré a bailar con las guapas de la noche, que te cobraban por bailar.
Pero los cabarés de entonces, donde abundaban las” chicas cobradoras”, ya no existen.
Quedan unos cuántos como el San Luis, de larga tradición Y acaso dos más de ese nivel.
Había cabarés, llamados centros nocturnos, que eran con variedad artística cena y baile como El Capri o El Patio o bares-bares con variedad como La Taberna del Greco. Ya desparecieron y de ese nivel no existe uno solo.
Por las noches podías caminar por los rumbos cabareteros y no tenías temor porque había seguridad nocturna para los noctívagos..”Cabareteabas” hasta el amanecer.
Y los chavos de la nueva generación no acuden a esos bares de botana gratis.
Su “tocada está en el centro de la ciudad, donde casonas se remozaron para hacerlas “agradables” y ahí se la pasan “cheleando”. ¡Salú!