Graco, el conflictivo
¬ Augusto Corro lunes 1, Feb 2016Punto por punto
Augusto Corro
El gobernador perredista de Morelos, Graco Ramírez, logró unir a los morelenses, pero en su contra.
Sectores importantes de la sociedad decidieron enfrentar al mandatario estatal, debido a su errática administración.
Los resultados negativos de la administración perredista afectaron a los morelenses que llevan varios años de vivir atemorizados por las acciones criminales en la entidad.
En lo que va del gobierno de Graco, mil 700 personas fueron asesinadas; 33 de ellas perdieron la vida en enero de este 2016.
La pobreza se incrementó en el estado ante una extraña política de desarrollo basada en “megaproyectos fantasmas”.
Además de sostener una pugna contra los propios perredistas morelenses, el gobernador decidió enfrentarse a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). El rector de esa casa de estudios, Alejandro Vera Jiménez, llamó a la sociedad de este estado a sumarse al proyecto de redactar una nueva Constitución para 2018.
Ante la imposibilidad de gobernar de Graco, el funcionario universitario se pronunció por la revocación de gobierno.
En el renglón político, los legisladores perredistas también se unieron para pelear contra el mandatario: el senador Fidel Demédicis Hidalgo, del sol azteca, y Graco optaron por sacar a la luz pública sus odios personales.
Así, los amarillos controlados por el gobernador decidieron echar del partido al legislador tras acusarlo de ser el autor intelectual de la muerte de la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota Ocampo.
El pleito entre Graco y Demédicis no es nuevo, sólo que esta vez las acusaciones son graves y la cúpula perredista tendrá que actuar con inteligencia y rapidez para evitar daños mayúsculos a la imagen ya deteriorada del PRD.
Precisamente, el divisionismo y las pugnas entre las tribus tienen al partido del sol azteca en franca agonía política.
En Morelos, conciliar los intereses mezquinos de los amarillos no será fácil. Todos ambicionan más poder por encima de principios o ideologías.
En síntesis, el gobernador empezó el 2016 agobiado por los conflictos; en los primeros días de enero ocurrió el asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo; el pleito con el ex futbolista y presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, se agudizó; el enfrentamiento con el rector de la UAEM, Jesús Alejandro Vera, sigue sin solución; y a lo anterior debe sumársele la campaña política contra el senador Demédicis y el alcalde de Tlalquiltenango, Enrique Alonso, quien se opone al Mando Único policial.
Con sus pleitos domésticos, Graco ya demostró que no tiene espolones para participar en las elecciones presidenciales del 2018, como es su sueño. Vaya iluso.
GUERRERO ¿SIN SOLUCIÓN?
Una vez asentada la delincuencia en un estado, sacarla, echarla o controlarla les lleva años a las autoridades, si bien les va.
Hay casos como Tamaulipas, Michoacán, etc., donde parece que el crimen organizado llegó para quedarse.
Lo anterior viene a cuento porque en Guerrero transcurren los días y la espiral de violencia creció desorbitadamente.
Para señalar a Acapulco como una de las ciudades más peligrosas del mundo, quiere decir que algo anda muy mal en aquella entidad. El gobierno estatal encargado de brindar seguridad a los guerrerenses casi desapareció del panorama político. Las autoridades federales optaron por actuar más decididamente para brindar protección a las personas en aquellas ciudades o pueblos con mayor incidencia delictiva. Recientemente, las estadísticas indicaron que Guerrero terminó 2015 con 2721 homicidios, la mayoría de estos dolosos, es decir intencionales.
La semana pasada llegaron al pueblo de Chilapa 3 mil 500 militares y 200 policías para contener a la delincuencia en sus actos de “levantamientos”, secuestros, ejecuciones, etc., así como la irrupción de grupos civiles armados.
Desde luego, la participación de las autoridades federales es digna de aplauso, aunque erradicar un problema, como es el de la inseguridad, se necesita más que la presencia de la fuerza pública.
Es necesaria la creación de programas de desarrollo integral que alejen a los guerrerenses de las garras del narcotráfico.
Desde luego, la ola de crímenes obedece a la lucha de los diferentes grupos delictivos por el control regional.
A lo anterior deben sumársele la corrupción y la impunidad, elementos para complementar la tragedia diaria que se vive en Guerrero. En esa entidad, la violencia y la inseguridad, que viene desde hace varios años, no fueron atendidas a tiempo. Ojalá que es experiencia negativa sirva para evitar que en otros estados ocurra lo mismo.
DESAFUERO A LA DIPUTADA PANISTA
Definitivamente, la Procuraduría General de la República (PGR) solicitará el desafuero de la diputada panista Lucero Guadalupe Sánchez López.
La blanquiazul tendrá que responder ante la justicia el hecho de falsificar un documento oficial para visitar en el Altiplano al capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, antes de su fuga el 11 de julio del año pasado. La legisladora usaba una credencial de elector falsa para ingresar al penal y encontrarse con el narcotraficante, con quien, según se informó, recibió el Año Nuevo 2016, cuando el sinaloense huía de la justicia.
También las autoridades informaron que Lucero Guadalupe “acudió a declarar por uso de documento falso y se inició una averiguación previa en calidad de indiciada”.
En fin, los panistas tendrán que aplicarse a fondo para lavarse la cara después de que su diputada no reflexionó sobre el escándalo que provocaría su relación con el jefe mafioso, uno de los más importantes del narcotráfico.