The Indepedence Plaza, en el Houston Space Center, fue inaugurada para sorprender a los visitantes
Turismo viernes 29, Ene 2016De cinco estrellas
Victoria González Prado
- John Kiker, inspirado en vuelos acoplados, propuso a la NASA la idea de lanzar el transbordador montado en un avión grande
Houston, Texas.- Bien dicen que recordar es vivir. Y así nos pasó en nuestra reciente visita a esta ciudad texana, destino al que nos invitó la Oficina de Convenciones y Visitantes de la que Jorge Franz es Vice President of International Sales and Tourism at Greater Houston Convention and Visitors Bureau, por medio de Mauricio González, quien tiene la representación de la Oficina en México y Marcella Corona, encargada de Relaciones Públicas de la oficina en México.
Así fue que llegamos a esta helada ciudad, que valga decir, nos recibió con un esplendoroso sol, un cielo de intenso color azul y un viento helado que traspasaba las cuatro y cinco capas de ropa que llevábamos puestas, por supuesto, cuando el viento soplaba aumentaba la intensidad del frío.
Y les hablaba de que recordar es vivir porque hace algunos años visite el Houston Space Center (centro oficial de visitantes de NASA-Johnson Space Center ), y al volver a estar ahí recordé parte de lo que ahí se exhibe y que forma parte de una historia que algunos todavía creen es un cuento de ciencia y ficción.
Sin embargo, las pruebas de los viajes a la Luna, las cápsulas, los motores, trajes espaciales, piedras y polvo lunar están ahí resguardados para quienes hoy todavía no logran entender el avance de la ciencia que ha llevado al hombre a otras latitudes buscando quizá otras formas de vida.
Y luego de recordar ese lugar en el que ya había estado, también fui testigo de un día muy especial; la presentación del Boeing 747 especialmente acondicionado por la NASA para portar transbordadores a misiones espaciales, realizando en total 223 vuelos. El Boeing sostuvo con todo su peso al transbordador que una vez en la orbita elegida se separó de aquella aeronave que fuera de pasajeros y que American Airlines le vendió a la NASA para ser el objeto principal de una misión más.
Cabe señalar que la apertura de la Plaza de la Independencia coincidió con la fecha del primer vuelo independiente de un transbordador espacial de NASA, el 12 de agosto de 1977. Durante esa histórica misión se lanzó el transbordador Enterprise, precisamente desde el portaaviones NASA 905.
Y fue la idea de un ingenioso hombre quien presentó a la NASA su investigación. La idea era literalmente montar al transbordador en el avión. Luego de muchos ‘no será posible’ la misión fue una realidad exitosa.
John Kiker, inspirado en vuelos acoplados que habían sido exitosas en otras décadas propuso la idea de la lanzar el transbordador montado en un avión grande. La mayoría de la gente pensó que la interacción de las alas sería prohibitivo, pero Kiker, insistió y decidió construir y volar un modelo conducido por radio control y fue así que demostró que la idea funcionaria.
Ahí, a la entrada del Houston Space Center, fue inaugurada la plaza de la Independencia haciendo honor al nombre del trasbordador ‘Independence’ y, sí, gracias, aún puedo sorprenderme y asegurar que la imaginación del hombre no tiene límites.
Dentro del avión están atrapados, una vez más, los recuerdos: una parte de los asientos de primera clase, porque el Boeing 747 fue desmantelado completamente para llevar sobre su inmenso cuerpo al ‘Independence’, y le fueron colocados enormes soportes para que la aeronave aguantara el peso. Y están las fotografías del hombre que persiguió un sueño y lo hizo realidad. Toda una galería con videos y testimonios de que quienes sueñan en grande logran ver realizados sus sueños.
El Houston Space Center se convirtió, por un par de horas, en un lugar solo para unos cuantos. En un espacio que recorrimos sin más distracciones que la curiosidad de quienes fuimos invitados. Y luego de las explicaciones y los detalles, subimos al Boeing para conocer muy cerca sus entrañas. Sin alfombra que lo embelleciera, sin asientos, ni cortinas, sin compartimentos para guardar el equipaje de mano. Sólo el cascarón y muchos detalles que cuando estás en un avión no imaginas.
Ejemplo, un gran abanico redondo que se oculta en la parte trasera del avión y funciona como un tímpano para que se mantenga en buena forma la presión de quienes abordamos aviones para llegar a algún destino. También una rejilla en la que puedes ver dónde se guardaba el equipaje o la carga de la aeronave.
Ahí, entre los recuerdos atrapados vas de sorpresa en sorpresa descubriendo a cada paso la importancia de soñar e imaginar…
“Independence Plaza” es la única exhibición en el mundo que tiene un transbordador montado sobre un portaaviones en donde el público podrá entrar a ambas aeronaves para conocer su interior.