Alcaldes asesinados
¬ Augusto Corro martes 26, Ene 2016Punto por punto
Augusto Corro
Definitivamente, los alcaldes se encuentran a merced de la delincuencia. Setenta y tres presidentes municipales victimados en los últimos años lo confirman.
La pregunta obligada. ¿Algún día terminarán las agresiones contra ese sector de la clase política?
La respuesta la tendrán que dar las autoridades que nos gobiernan, aunque lo que se ve en la práctica refleja que seguirá más de lo mismo.
Es decir, que la delincuencia organizada, envalentonada por la impunidad, continuará con sus acciones cruentas.
En Morelos la espiral de violencia se agudizó con el asesinato de la alcaldesa Gisela Mota Ocampo, militante perredista.
Las razones de su muerte tendrán que investigarse y castigarse con todo el rigor de la ley a los asesinos.
No es posible que este crimen que enlutó a la clase política se sume a las decenas de casos que son archivados por la ineptitud o desidia de los investigadores.
Para ser sinceros, en Morelos el gobernador Graco Ramírez no tiene la capacidad para poner fin a las actividades del crimen organizado. Ya fue rebasado.
De actuarse con un poco de sentido común, el mandatario mencionado tendría que ser investigado por el elevado índice de criminalidad en la entidad que gobierna.
Pero como estamos en México, Graco Ramírez, de extracción perredista, no tiene qué preocuparse. En unos días se olvidará la muerte de la alcaldesa Gisela Mota Ocampo.
LAS ELECCIONES DEL 2016
Este año será de fiesta electoral para aquellos que se dedican a la política, pues tendrán la posibilidad de competir en más de mil 500 cargos públicos.
Entre esas chambas se encuentran 12 gubernaturas que serán disputadas entre los partidos políticos que conocemos: PRI, PAN, PRD, Morena, etc.
De estas organizaciones políticas, el Revolucionario Institucional buscará reafirmar su poder en la mayoría de los estados.
Mientras Acción Nacional y la Revolución Democrática intentarán salir de ese bache político en el que se debaten últimamente.
Claro, en esa justa electoral que se efectuará en este año también aparece el fantasma de los llamados “candidatos independientes”.
Luego del éxito de “El Bronco” en Nuevo León los aspirantes a cargos de elección popular se sienten estimulados a participar en la contienda política, sin el apoyo de algún partido.
Como se sabe, la llamada izquierda mexicana participará dividida en los comicios para los cambios de gobernadores.
Esta condición podría llevar al PRD a buscar alianzas con otras organizaciones políticas, como ya lo hizo en otras ocasiones. Esta vez, PRD y PAN ya acordaron ir juntos en busca de la gubernatura en Zacatecas. Es posible que esa alianza se repita en otras entidades, como por ejemplo en Oaxaca.
El PRI y su apéndice el Partido Verde seguirán juntos en busca de las gubernaturas.
SE OLVIDAN DE SUS PRINCIPIOS
Ante esas coaliciones políticas queda claro que las alianzas sólo obedecen a los intereses personales de los grupos políticos. Por ejemplo, la derecha y la izquierda con su ideología tan diferente no es obstáculo para buscar juntos, amafiados, el poder en los gobiernos estatales.
Sin embargo, PAN y PRD tendrán que convencer al electorado de que el agua y el aceite sí pueden mezclarse, que no es una aberración como piensa la mayoría del electorado sobre este tipo de alianzas políticas.
Acción Nacional cayó en desgracia a partir de las últimas elecciones presidenciales. El pésimo desempeño de Felipe Calderón Hinojosa alejó a los electores del PAN. Luego sus divisiones internas agravaron la situación.
En el partido blanquiazul la lucha por el poder interno continúa, no habrá tregua hasta que se defina la situación real de Margarita Zavala, la esposa de Calderón, quien se encuentra decidida a buscar la candidatura presidencial para el 2018.
Aunque como está la situación en el PAN, la aspirante blanquiazul no tiene la seguridad de recibir el apoyo de su partido.
El PRD por su parte se encuentra en la lona. Desde la tragedia de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el partido del sol azteca sufrió un descrédito que se hizo evidente en las elecciones intermedias.
En el Distrito Federal recibió su peor derrota. En su principal bastión político lo derrotaron los morenistas de López Obrador.
Por eso, ahora Agustín Basave y Ricardo Anaya, líderes del PRD y del PAN, respectivamente, intentan unirse para no hacer un papel tan indigno en las elecciones que vienen. No importa que profesen ideologías diferentes, lo importante es mantener el negocio por encima de los principios partidistas (¿cuáles?).