Disputan el edén
Ramón Zurita Sahagún miércoles 20, Ene 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante largas décadas Tabasco resultaba ser un estado idílico para los priÍstas, hasta que surgió la figura de Andrés Manuel López Obrador al frente de un movimiento de izquierda, que trajo aires renovadores a la entidad.
Siendo un estado de tradición liberal, la figura de AMLO despertó muchas simpatías y seguidores al por mayor, aunque nunca logró ganar el gobierno estatal, con él a la cabeza de la oposición.
Tuvieron que pasar 24 años para que la izquierda se hiciera del gobierno estatal, mediante la figura del hoy gobernador, Arturo Núñez Jiménez, quien afianzó el voto ciudadano, en la segunda participación como candidato presidencial del propio López Obrador.
Hoy, Núñez Jiménez y López Obrador se encuentran distanciados, con todo y que Néstor el hijo menor del gobernador tabasqueño es uno de los grandes activos de AMLO en el Distrito Federal, donde se desempeña como diputado local de Morena.
El distanciamiento entre las dos figuras estelares de la izquierda en Tabasco, está permitiendo la reactivación del PRI, donde se presenta la expectativa de obtener la gema de la corona en Tabasco, representada en la presidencia municipal de Centro, donde se alberga la ciudad de Villahermosa.
La elección de junio pasado, en la que triunfó el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa fue anulada, razón por la que en marzo próximo se desarrollará un nuevo proceso electoral, de carácter extraordinario.
Con ese panorama en la izquierda se pensaría en que los priistas podrían recuperar terreno, después de que fueron barridos en los comicios estatales de 2012, en que perdieron el gobierno estatal, la presidencia municipal de Centro, los principales ayuntamientos y la mayoría en el Congreso local.
Lo intentaron en los comicios de junio pasado, pero el surgimiento del Partido Verde como un organismo independiente del PRI, los alejó de esa posibilidad y permitió el crecimiento de un partido hasta entonces inexistente para los electores tabasqueños.
Bajo el mando de Federico Madrazo, hijo de Roberto Madrazo, los verdes lograron una buena votación, al tiempo que alcanzaron sus primeros triunfos municipales.
La experiencia fue buena para los verdes, pero no para los priístas que de haberse sumado como sucede tradicionalmente, habrían logrado mejores resultados.
Por eso priístas y verdes buscan consolidar una candidatura común, para reposicionarse con vistas a los comicios del 2018.
Cuentan con un gran factor de ayuda, la fractura de la izquierda, donde el distanciamiento entre el perredismo del gobernador Núñez Jiménez y los seguidores de AMLO cohesionados en Morena, habrá de fraccionar el voto de la izquierda.
Pero tampoco son tan buenas noticias para los priístas, ya que uno de sus principales activos, su candidato en la contienda por ese ayuntamiento en 2015, Evaristo Hernández Cruz, dejó las filas del tricolor y ahora busca colarse como abanderado de Morena.
El rompimiento ocurrió a partir de que Evaristo fue dejado fuera de la contienda por el municipio que ya gobernó en el pasado y donde fue derrotado hace siete meses.
Los priistas decidieron competir con una nueva figura, la diputada federal Liliana Madrigal, que tan buenos resultados les dio en la contienda federal del año pasado, ganando un distrito de tradición perredista.
Madrigal fue impulsada en forma inesperada para la militancia priista que esperaba, en su gran mayoría la ratificación de Evaristo como candidato para la extraordinaria, lo que no sucedió en el terreno de los hechos.
Sin embargo, Evaristo reaccionó como tradicionalmente lo hacía, cuando su partido no se apegaba a sus deseos, chantajeando a la dirigencia con abandonar las filas del partido, aunque ahora si lo cumplió.
Con su partida y la de algunos de sus seguidores, el PRI busca cobijarse bajo la sombra del Verde, aunque es el partido del tucán el que puede fijar las condiciones.
Su crecimiento electoral le permite negociar en mejores términos para una candidatura común, que deberá estar decidida antes de que termine el mes.
Y ante un panorama electoral incierto, lo que se avecina es una batalla electoral en la que el ganador podía hacerlo con niveles mínimos de respaldo.
La pulverización del voto se cierne sobre el resultado electoral en pos de la victoria en la capital del estado, donde el ganador seguramente se posicionará para contender por el gobierno estatal en los comicios del 2018.
Se trata de una elección extraordinaria en un solo municipio, pero de lo que puede ser indicativo para la gran elección del 2018, en la que los priistas irán por la revancha y la reconquista del gobierno estatal y los perredistas y morenos buscarán consolidarse como la opción de izquierda, pero también en que un nuevo elemento competitivo, el Partido Verde podría surgir como una fuerza emergente.
Por lo pronto, Tabasco dejó de ser el Edén tanto para los priistas como para aquella fuerza avasalladora de AMLO que en el pasado reciente les dio la victoria a los perredistas sobre sus adversarios tricolores y amagó con perpetuar la fuerza de la izquierda en el estado.
NO IMPUGNARÁ
Jorge Luis Preciado aceptó su derrota en los comicios extraordinarios de Colima, por lo que no impugnara las cifras oficiales.
El panista sabe que la culpa fue suya y que el gobierno que ya sentía en las manos se le escapó de último momento en un terrible desplome ocasionado por la filtración de grabaciones provenientes de una guerra sucia iniciada en su contra.
Preciado no tuvo tiempo de reaccionar, ni supo cómo hacerlo después de que las conversaciones sostenidas con su joven pareja fueron filtradas en las redes sociales.
El panista regresará nuevamente al Senado de la República (como lo hizo el año pasado).