Los que simulan leer
¬ Augusto Corro viernes 15, Ene 2016Punto por punto
Augusto Corro
Para Humbe y Chivi
En México se leen 5.3 libros al año, según la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015.
Además, nuestro país ocupa el segundo lugar de América Latina en hábitos lectores. O sea, que en materia de lectura, los mexicanos vamos bien.
Sólo que la mencionada encuesta no me convence por una sencilla razón: no se precisa el número de lectores.
¿A poco todos los mexicanos tienen la fortuna de leer 5.3 libros al año?
No habría imprentas capaces de producir las miles de toneladas de libros para satisfacer las necesidades de lectura de millones de personas. Por lo tanto, la realidad es otra.
Sin duda, sí hay sectores sociales que los integran personas con un alto índice de lectura, pero son una élite de privilegiados.
Esos amantes de los libros son gente rica que puede darse el lujo de invertir el dinero suficiente para mantener su hábito al corriente. No ocurre así con el resto de los mortales.
¿Y los demás interesados en la lectura?
Pues existe ese mundo de interesados en leer que no vuelan alto y se concretan a incursionar en las obras de moda, los “best seller” o lo más atractivo del momento.
En algunos casos, los lectores caen en las garras de la pasión por los libros, pero no es lo común. Los otros sectores sin tanta rigidez intelectual se inclinan por las obras superficiales como Harry Potter, que incrementó el número de lectores jóvenes.
En este renglón también se encuentran quienes optaron por leer a “El señor de los anillos”, “Crepúsculo”, “Guerra de tronos”, “50 sombras de Grey” y “Juventud en éxtasis”.
DE LA CALIDAD
DE LA LECTURA
Ahora bien, si se lee la mencionada cantidad de libros al año ¿cuál es la calidad de la lectura, de los libros, etc.?
Porque no es lo mismo entregarse a los clásicos que leer algo superficial e intrascendente. Sin embargo, son muy respetables los gustos de cada persona.
En lo personal, me parece muy positivo que todo mundo lea lo que apetezca.
La aventura de la lectura trae un sinnúmero de beneficios a la mente; además de los del punto de vista de la cultura y del comportamiento. El cerebro se entrena y socialmente al ser humano se le facilita la empatía con el prójimo. Una de las fortalezas de las religiones se encuentra en sus libros sagrados: la Biblia, el Corán, etc.
De ahí que uno de los libros más leídos en la historia de la humanidad sea la Biblia.
Cabe señalar que son dos clases de libros de lectura, por decir, obligada: aquellos que enseñan caminos de sabiduría y los que nos permiten el disfrute del placer que ofrece la literatura. Entre los primeros, según los críticos literarios de todos los tiempos, se encuentran la “Biblia”, “Don Quijote de la Mancha” y la obra completa de William Shakespeare.
Después, los grandes obras de los escritores rusos, estadounidenses, españoles, italianos, franceses, argentinos, colombianos, mexicanos etc. Cada uno de estos con sus diferentes mensajes de amor, odio, pasión y muerte.
Es decir, elementos de la condición humana.
LOS BENEFICIOS
Quizás conocer el número de lectores no sea tan importante. Aunque sí es interesante saber que el tema de la lectura debe analizarse y promoverse, para tener, por lo menos, en condiciones favorables a nuestro cerebro. Anímese a leer.
De acuerdo con datos científicos, la lectura ayuda entender mejor a otra gente y a empatizar con ellos y ver el mundo desde su perspectiva.
Leer mantiene al cerebro en forma; hay un incremento sustancial en el flujo sanguíneo en el cerebro
En los niños la lectura los ayuda a ampliar su capacidad de atención.
Como ejercicio de relajación es excelente.
Y si se lee en libro electrónico, es mínima la diferencia con el impreso en papel.
Algo muy importante de la lectura es la mejora a la inteligencia emocional, que nos permita mayores posibilidades de desarrollo personal.
En el sinnúmero de citas sobre el libro, nos encontramos la siguiente: “El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma”: Marcel Proust.
En fin, lo invito a buscar la obra que lo lleve a una de los más placeres del mundo: la lectura.