Basave y sus amagos de renuncia
¬ Augusto Corro miércoles 13, Ene 2016Punto por punto
Augusto Corro
Agustín Basave, líder perredista, lleva varios días con el amago de que se va del partido si no aceptan su política aliancista en las próximas elecciones estatales.
Como se sabe, habrá comicios en 12 entidades para cambiar gobernadores.
La idea principal de Basave es participar con el Partido Acción Nacional (PAN) en una alianza contranatura: ir juntos con un mismo candidato.
El PRD solo no tiene la fuerza suficiente para ganar una gubernatura. Esta condición de debilidad política llevó a su líder a promover las coaliciones para juntar el agua con el aceite.
Es decir, que la izquierda y la derecha hagan a un lado sus plataformas ideológicas y coaligarse para presentar un frente común.
Al principio, los líderes las tribus perredistas se negaban a aceptar esas el matrimonio PRD-PAN, pero finalmente lo aceptaron.
De todas maneras, el PAN y el PRD se encuentran en condiciones difíciles para pensar en triunfos electorales.
SE APAGA LA ESTRELLA
La estrella del PRD empezó a apagarse tras un sinnúmero de errores cometidos por su dirigencia en los últimos años.
La tribu denominada Nueva Izquierda, que controlan Jesús Ortega y Jesús Zambrano “Los Chuchos” ya no pudo superar el divisionismo en el partido, derivado de ambiciones políticas y de su entreguismo al gobierno federal.
Las pugnas internas colocaron al partido del sol azteca en una situación de muerte lenta. Esas luchas se agudizaron con la salida de ese organismo de políticos importantes como Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
A lo anterior se sumó el drama de los 43 normalistas de Ayotzinapa secuestrados y desaparecidos en Iguala, en septiembre del 2014.
El presidente municipal, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, ambos perredistas, fueron señalados como los autores intelectuales de la desaparición y muerte de los estudiantes.
El conflicto hundió al partido, que en las últimas elecciones obtuvo los peores resultados en las urnas. Perdió la plaza de Guerrero y en su bastión principal, el Distrito Federal fue vapuleado por el nuevo partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
EN BUSCA DE LA REFUNDACIÓN
Quedó tan maltrecha esa organización política que sus dirigentes decidieron buscar la refundación del PRD. La crisis llevó a su líder Carlos Navarrete a renunciar a su cargo para abrir nuevas posibilidades de rescate a ese instituto político que hace agua por todas partes.
A Navarrete le tocó hacer el papel ridículo de ir a pedir perdón a los guerrerenses por el pésimo desempeño de sus gobernantes perredistas, entre otros el mandatario estatal, Ángel Aguirre, quien fue echado del poder por su ineptitud. Guerrero, todo mundo lo sabe, es un estado que ocupa los primeros lugares en violencia e inseguridad.
Los guerrerenses, en las últimas elecciones ya no votaron por el PRD y la derrota perredista fue mayúscula.
LA LLEGADA DE BASAVE
En esas condiciones deplorables, los dirigentes del PRD le apostaron a llevar a la presidencia nacional a un hombre que ayudara a mejorar la deteriorada imagen del partido. Las militantes de las diferentes corrientes políticas manifestaron su inconformidad por la llegada de una persona, pero “Los Chuchos” tuvieron la suficiente fuerza para poner al líder que eligieron.
Así, surgió Agustín Basave en el papel del salvador del PRD, debido a sus credenciales de intelectual y hombre de izquierda. Esas credenciales no fueron suficientes para convencer a las tribus perredistas de que su nuevo líder posee la varita mágica para sacarlos del abismo político.
Basave y los demás grupos perredistas no se entienden. Si bien es cierto que esta vez apoyaron la decisión del líder de aliarse con el PAN, ya habrá otros temas en que seguirán cada quien por su lado.
Pero Basave ya les tomó la medida a los líderes de las tribus: o me apoyan o renuncio.
Está claro que el dirigente perredista no quiere echar las últimas paladas de tierra a la tumba del PRD, pues sabe que si su partido compite solo, únicamente hará el ridículo y la crisis perredista, en un año de elecciones, se agravará indiscutiblemente.
En general, la denominada izquierda mexicana participará dividida en los comicios próximos y es obvio decir que sus resultados serán raquíticos, pobres o nulos. Esto salta a la vista.
El PAN, compañero del mismo dolor que flagela a los amarillos, no pondrá obstáculos para aliarse con quien sea. Hasta el momento, el PRD concretó alianzas en Veracruz, Oaxaca, Durango y Zacatecas; mientras las negociaciones continúan par los casos de Tlaxcala, Puebla e Hidalgo.
Como señalamos en este espacio en otra ocasión, en las próximas elecciones de junio la izquierda participará con profundas divisiones: el PRD buscará salir del abismo en que se encuentra y Morena conseguir triunfos como nuevo partido.