El crimen organizado sienta sus reales en Guerrero y Morelos
Francisco Rodríguez martes 12, Ene 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Decía William Shakespeare, el amo moderno de la tragedia, que “si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar”.
Que todo el año que presagia y asegura más tormentas implacables para los vaciados y volteados bolsillos mexicas, sea la fiesta de “El Chapo”, más sangrienta que la del Chivo, para no tener que trabajar ni arrostrar las vergüenzas. ¡Que sirvan las otras, de todo y más!
Las redes sociales reflejan, con sus memes chuscos y despiadados, el telón de fondo del espectáculo, en el que la puesta en escena de la “recaptura” de “El Chapo”, desnuda y se ceba en la ignorancia.
A todo Dios que le acercan un micrófono desaprovecha la oportunidad de quedarse callado y espeta una zarandaja de insultos al sentido común, que en otras latitudes, serían penadas por las leyes y la opinión pública, pues ninguno de sus despropósitos y ocurrencias banales pueden ser aceptados por sus electores, menos por el común de los ciudadanos.
Nuestros próceres no están enterados —ni un gramo de sentido común, lógica e intuición— que los domadores, no los costosos aparatos de seguridad nacional, fueron los que ordenaron enjaular a la fiera. Que los domadores estuvieron condicionando las glándulas salivales de sus cobayos para soltar la nota en el momento preciso.
Que los domadores imperiales de la DEA y el Departamento de Estado deben aparentar brindar seguridades a la visita de Francisco, nunca en peor hora, desviar los golpes al derrumbe estrepitoso de la economía y de las condiciones de vida y aliviar el escenario electoral, a la vuelta de la esquina. Todo fue rigurosamente planeado para el montaje.
Los domadores, no el negrito llorón Obama, necesitan ahora planear los tiempos y movimientos del escenario de previsión de conflictos. La extradición del delincuente (la “guerra contra el narcotráfico” lo adjetiva y lo hace más peligroso que a sus cómplices y lavadores nacionales) no es un pequeño procedimiento de toma y daca.
Los domadores revisan estratégicamente al interior de sus filas y en los entramados de sus jefes para diseñar con frialdad el siguiente paso de la ruta crítica. Saber si les conviene o no dejarlo aquí o tenerlo allá, en función de simples variables de confesiones o delaciones que descubran los verdaderos nudos del intríngulis.
Por lo pronto, ya balconearon al director Sean Penn y a una actricilla mexicana —Kate del Castillo—, instalada en su ilusión de “Reina del Sur” que le fabricó el conocido plagiario Arturo Pérez Reverte. Mientras los líderes políticos mexicanos se rasgan las vestiduras en la competencia por la declaración y el boletín más engolado, sin aceptar que también muchos de ellos se han reunido en lo oscurito con el de Badiraguato.
Ellos están para tragarse todas las ruedas del molino. Todas. Desde creer que han reposicionado las de antemano frustradas ambiciones de un presidenciable, hasta acariciar sueños funambulescos como que la “recaptura” incidirá en los resultados electorales en 13 gubernaturas en disputa. ¡Brincos dieran!… lo increíble es que los dan.
Domadores locales saquean la taquilla
El SAT contraataca la noticia y proclama que creció 15.2% el padrón de contribuyentes, aunque todo el mundo sabe que en realidad se refiere a la inclusión forzosa de los ejércitos de trabajadores informales que siguen sumando el 65% de la famosa Población Económicamente Activa.
No pueden ni quieren hacer la comparación con el 0.2% de inflación que manejan todos los países afiliados a la OCDE. Creen que acá en el rancho grande no sabemos de dónde sacan sus orgullos, mientras que comprobamos que los precios de la carne, las frutas y las verduras esenciales para la alimentación se disparan a la estratosfera por la codicia de los imparables intermediarios y el empobrecimiento del peso.
Los domadores arman el verdadero escándalo: sacan del país 582 mil millones de dólares, en una cifra sólo superada por las mafias china y rusa, reporta Global Financial Integrity, que en eso de los saqueos es la institución más autorizada.
Dicen que los dineros sólo son los que provienen de actos ilícitos. Claro que saben que todo en el país y hasta el vertedero de residuos orgánicos que es la Bolsa de Valores, se funda sobre hechos, actos y negocios ilícitos. ¿O a qué otro dinero se refieren, si no hay más cera que la que arde?
El crimen organizado sienta sus reales en el corredor del opio, Guerrero y Morelos, y aterroriza a los alcaldes. El gobierno no interviene, porque ahora dice que no está para eso.
El cadáver del líder formal de la CTM los convoca. Todos van a rendir homenaje al que fue ungido por el pliego de mortaja de su suegro, Jesús Yurén. Nadie se pelea su puesto, como antaño, simplemente, porque los contratos de outsourcing y la corrupción galopante, ahuyentaron a los obreros de sus filas. Una confederación de trabajadores, sin trabajadores.
Pero el cadáver de Gamboa Pascoe llega en gran momento. Simboliza las exequias de un país que se fue, esperamos que para nunca volver. Nos deja un país que todos nos negamos a ver. Es demasiado dantesco y escatológico lo que pasa en sus velatorios.
Preferimos irnos de plano al circo de las pistas bufas y trágicas que le han montado, a través del sistema político, a todos los mexicanos.
Y ahora, ¿qué sigue?
Índice Flamígero: Que el director general del CISEN, Eugenio Imaz, tiene quincenas que no se aparece en las instalaciones de esa dependencia. Que luce sin pelo. Que posiblemente sea por el tratamiento de quimioterapia al que estaría sometido. Que sólo le llevan papeles a su domicilio para que los firme. ¿Será por eso que las tareas de inteligencia las llevan a cabo las instituciones del gabacho? ¿O por la proverbial ineficiencia de los mexicanos sólo dedicados a espiar recámaras?