El Chapo y la atracción social por los malos
Roberto Vizcaíno lunes 11, Ene 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Guzmán Loera, un malo que quiere compartir su vida con otros y así explicarse
- El gobierno y todos lo convirtieron en un elemento de apología del narco
- El narco representa una oportunidad periodística que ningún reportero dejaría pasar
La película que hagan Sean Penn y Kate del Castillo en Hollywood sobre la vida de “El Chapo” Guzmán ya tiene garantizado el éxito.
Y con ella, que seguramente será llevada a todos los públicos del mundo a través de la más poderosa red de distribución de películas que haya existido jamás, Joaquín Guzmán Loera habrá cumplido uno de sus objetivos, que no sus sueños: el de explicarse y humanizarse ante la historia, la de los malos y los buenos de todos los tiempos.
Sus sueños los reveló en apenas en dos frases. El primero: “mi deseo es vivir con mi familia”… y el segundo: “sé que un día voy a morir. Espero que sea por causas naturales”.
Lo demás es historia y motivo de estudio y análisis de investigadores de todo tipo, desde policiacos hasta sociales.
Y es que desde que lo recapturaron el viernes pasado ha corrido todas las especulaciones y versiones posibles.
Lo único verdadero porque es comprobable, es lo que explicó la Procuradora General de la República Arely Gómez —quien por cierto necesita que la metan urgentemente en un taller de lectura básica- respecto de que la recaptura de “El Chapo” fue producto del trabajo de un profundo y riguroso trabajo de inteligencia y coordinación de instituciones y fuerzas, y;
Lo que publica la revista Rolling Stone: fragmentos, fotos y videos de una entrevista del actor Sean Penn a “El Chapo”, así como un relato que explica el motivo de la entrevista y el encuentro, así como sus circunstancias.
La primicia de todo esto la dio The New York Times, sin duda el diario más influyente del mundo.
De la importancia adquirida por “El Chapo” habla todo esto y el hecho de que su recaptura haya sido anunciada por el propio Presidente de la República, Enrique Peña Nieto y retomada por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ante los más de cien embajadores y cónsules de México en el mundo, quienes de inmediato y ante la noticia entonaron el Himno Nacional, como si la recaptura del narco sinaloense se tratara de un asunto de Patria o Estado.
En este contexto y reacciones la recaptura de Guzmán Loera fue convertido sin duda por todas las autoridades y medios en asunto de Estado, un asunto que luego ocupó no solo las primeras planas y espacios de los medios mexicanos, todos, sino de todo el planeta.
Así no sólo los mexicanos y los latinoamericanos, gringos y canadienses supimos de su detención sino también los coreanos, los australianos, los africanos, los europeos, los mongoles y cientos de millones de chinos se enteraron de que “El Chapo “había sido recapturado en Los Mochis.
Los Mochis, una ciudad del norte de Sinaloa y de México que ni siquiera los mexicanos de otras latitudes sabemos bien a bien dónde se localiza.
Y que esta nueva aprehensión se realizó luego de que el capo -considerado por Washington y todas las agencias antinarcóticos del orbe como el más importante y peligroso en el mundo-, intentó huir por las alcantarillas y sistema de desagüe y aguas negras de esa ciudad.
Y que su huida había dejado atrás un enfrentamiento en el que murieron 5 de sus guardaespaldas y fueron detenidos otros 6.
El resultado de todo fue algo parecido a la más impactante campaña de apología del delito y el narcotráfico, algo contra lo que todos están.
Los pronunciamientos y hasta desplegados en diarios de líderes y autoridades nacionales y extranjeras felicitando al presidente Enrique Peña Nieto por la recaptura de El Chapo, le dio automáticamente al criminal un nivel de relevancia de lo más sobresaliente.
A este contexto le seguiría la entrevista concedida por el delincuente sinaloense al actor Sean Penn –quien tiene el antecedente de haber entrevistado mucho antes al presidente cubano Raúl Castro y a Hugo Chávez para la revista Rolling Stone-, en que El Chapo afirma tener submarinos, barcos, aviones, camiones y otros muchos bienes.
Es memorable las inclusiones anuales de la Revista Forbes en que ubica a “El Chapo” como uno de los hombres más ricos del mundo.
Esta calificación es ratificada por las agencias norteamericanas que califican públicamente a “El Chapo” como el líder del cártel del narcotráfico más importante del mundo con penetración en la mayoría de los estados de Estados Unidos y de las principales naciones de Europa y oriente.
Todo ello configura una personalidad sobresaliente digna de ser imitada por muchos.
HOY YA ES PROPIEDAD DE HOLLYWOOD
A partir de los encuentros del actor Sean Penn con el capo, mediante la intermediación de la actriz mexico-americana Kate del Castillo, el guión de la vida de “El Chapo” Guzmán ya es propiedad de Hollywood.
Ni qué decir que es casi seguro que ya alguien esté trabajando en ese guion para traducirlo en película.
Al haberle dado entrada a esta posibilidad “El Chapo” muestra una más de sus facetas de personalidad e inteligencia. Automáticamente su perfil de delincuente cruel, insensible ante la vida, se humaniza.
Bastan apenas unas ideas lanzadas por él en su entrevista con Penn para vislumbrar lo que será el personaje de la película.
Le explica al actor-reportero:
“Soy del municipio de Badiraguato. Me crié en un rancho que se llama La Tuna. Y por allá, hasta la fecha, no hay fuentes de trabajo”.
Es así que comienza a sembrar y comercializar marihuana para poder sostener a la familia.
Es decir, su causa no es la de la delincuencia sino la de la sobrevivencia.
“No había otra manera, ni hay, de sobrevivir. No había otro camino…”
Con unas cuantas palabras da fin al tema de su espíritu cruel.
“Yo sólo me defiendo… no busco problemas”
Es decir, los malos son los otros.
Así queda configurado el futuro de “El Chapo”, quien no muestra ninguna sorpresa de que lo hayan recapturado. Quizá hasta lo deseaba. A lo mejor cree que la cárcel es un paso para jubilarse y hacer realidad su sueño de estar con su familia y de morir de causas naturales. Ahí, resguardado por un fuerte cordón y vigilancia no corre peligros y lo bailado en los últimos meses ya nadie se lo quita.
Hoy quienes deberán enfrentar causas judiciales y dar explicaciones son el actor Sean Penn la actriz Kate del Castillo y la revista Rolling Stone. No creo que vayan a tener muchos problemas. Ellos no son los malos, solo aprovecharon al personaje para crear una historia de la cual saldrán con fama y dinero.
Quien no lo haría. Cualquier periodista –Julio Scherer si viviera- los envidia. El Chapo representa una insuperable atracción periodística.
Uno, por ejemplo, que lo lamenta es el escritor Diego Fonseca, periodista y escritor argentino, quien había sido llamado por una editorial estadounidense a la que “El Chapo” había contactado a través de un enviado, para trabajar en su biografía.
Fonseca paladeó durante meses la oportunidad de escribir esa biografía, pero al final “El Chapo” optó por Kate del Castillo y por el actor Sean Penn. Ni modo. Lástima.
Mientras todo eso pasa todos los ciudadanos simples y llanos del mundo esperamos que salga el libro y la película sobre “El Chapo”. Ni qué decir, es la fascinación que nos dan los malos.