Una oportunidad para Venezuela
¬ José Antonio López Sosa martes 5, Ene 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Hoy rinden protesta los 167 diputados de la Asamblea Nacional en Venezuela, se vislumbra que pocos quizá no puedan hacerlo por orden del Poder Judicial —en franca violación constitucional—, pero el hecho es que el oficialismo por primera vez tendrá que trabajar en verdadera democracia sin dominar todos los poderes.
La oposición tendrá 112 escaños legislativos y el oficialismo 55, no habrá forma que la Asamblea Nacional siga fungiendo como Oficialía de Partes, tal como fue desde los primeros años de la Revolución Bolivariana.
El escenario es complejo, el presidente Nicolás Maduro salió a reconocer los resultados, sin embargo horas después –y hasta la fecha— asegura que ganó la guerra económica, se acepta la derrota a medias, muestra su poca disposición para trabajar con los que no piensan como él.
El más violento frente a este triunfo sin lugar a duda es el diputado Diosdado Cabello, quien hasta la noche de ayer fungió como presidente de la Asamblea Nacional —y hoy fue reelecto diputado—, su condición militar le ha hecho responder de forma abrupta contra quienes lo derrotaron, convocó a período extraordinario para “blindar la Revolución”, o lo que vemos a lo lejos, guardar lo más posible los bastiones de poder.
Maduro y Cabello demuestran que no saben vivir en democracia, si así fuera, no habría temor por compartir el poder en la Asamblea Nacional, el bien común no se logra con una uniformidad ideológica, se consigue cuando el debate de ideas le da lugar a las mayorías, a veces con lo que uno piensa o cree y a veces, con lo que el de enfrente piensa y cree.
Hoy se abre una oportunidad para la República Bolivariana de Venezuela en varios sentidos, el más urgente para remediar en conjunto sociedad, asamblea y gobierno, la crisis de inseguridad y económica en que el país está sumido.
En otro sentido, para probar de ambos lados —tanto del chavismo como de la oposición— qué tan demócratas son, trabajando en conjunto hacia delante, teniendo como fin verdadero una Venezuela mejor.
La situación de los presos políticos también requiere atención, aunque no con la urgencia con que muchos opositores dicen, sí es necesario que se liberen, pero las mayorías son primero, por consiguiente es prioritario el problema de las mayorías: inseguridad y economía.
Prudencia de ambos lados, es lo que Venezuela requiere ahora. Los ojos del mundo están ahí, viendo si todos los discursos sobre democracia —de un lado y del otro— son verdaderos o mera demagogia.
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