Otra vez Morelos
¬ Augusto Corro lunes 4, Ene 2016Punto por punto
Augusto Corro
En la cadena del poder político, el municipio es el eslabón más débil.
Desde el alcalde hasta el más modesto policía son víctimas de la delincuencia organizada en sus diferentes formas actuar.
El descuido a esa célula del gobierno propició el fortalecimiento, en muchos de los casos, de cárteles del narcotráfico. Para no ir tan lejos, basta recordar el caso de Iguala, Guerrero, con sus 43 normalistas desaparecidos.
Un claro ejemplo, de cómo las autoridades municipales, desde el alcalde hasta los policías y los narcos, estuvieron relacionados con ese hecho cruento.
Esa historia sangrienta no es la única, pues la lista de hechos sangrientos registrados en los municipios no es nueva, con la posibilidad de que se incremente. Planteamos este tema, porque, la alcaldesa de Temixco, Morelos, fue asesinada por sicarios en su casa.
Ella, Gisela Mota Ocampo, de 33 años, fue ultimada este fin de semana, un día después de rendir protesta como presidenta municipal de extracción perredista.
La policía capturó a tres de cinco sujetos que integraban el grupo de asesinos. Uno de estos dijo que le pagaron quinientos mil pesos por asesinar a la joven política.
Entre los detenidos estaban un menor de 17 años, otro de 18 y una mujer de 32 años, según dijeron las autoridades.
Durante la captura, hubo un enfrentamiento en el que perdieron la vida dos sujetos.
También la policía señaló que el grupo de “Los Rojos” podría estar detrás del crimen. Este grupo delincuencial hizo del municipio de Temixco su centro de operaciones delincuenciales.
El cártel es dirigido por Santiago Mazari (a) “El Carrete”, quien posee una veintena de casas de seguridad que utiliza para complementar sus acciones delictivas como secuestros, robos de autos, acopio de armas y drogas, etc.
OTRA VEZ MORELOS
La ola de violencia no cede en Morelos, gobernado por un perredista, Graco Ramírez, rebasado por la delincuencia organizada.
En el presente, no rinde ningún fruto la lucha emprendida por el mandatario estatal contra los grupos criminales que operan en la entidad morelense.
Al contrario, parece ser que su incapacidad lo lleva a enfrentamientos constantes con las autoridades locales.
Tal es el caso del presidente municipal de Cuernavaca, Morelos, Cuauhtémoc Blanco, el afamado futbolista, ahora metido a político.
Cuauhtémoc y Graco no llegaron a ningún acuerdo en el manejo de la policía y su inservible mando único. Ya se vio que la policía en manos de los gobernadores no funciona.
Para hacer efectivas a las policías municipales y estatales tienen que aplicarse problemas que partan de cero; es decir que los representantes de la ley reciban una educación esmerada para brindar mayor seguridad a la sociedad. Revisar sus salarios, resolver sus necesidades apremiantes, mejores armas, etc., para una mejor función de sus responsabilidades.
Mientras no se mejoren las condiciones económicas, educacionales y sociales de la policía municipal o local, los problemas continuarán.
Y si a los innumerables conflictos se suma la ineptitud de los gobernantes, como es el caso de Graco, la delincuencia nunca será erradicada.
En los últimos años, en Morelos se agudizó la ola de violencia y su capital Cuernavaca no podía ser la excepción. Antes se le conocía como la “Ciudad de la Eterna Primavera”, hoy se le llama la “Ciudad de la Eterna Balacera”.
Aquella ciudad añorada por los capitalinos para su descanso de fin de semana sufrió cambios considerables, pues al multiplicarse los delitos del fuero común, más los de tipo federal, Cuernavaca perdió parte de su encanto.
Los morelenses cansados de padecer gobiernos priístas y panistas ineptos, le apostaron al perredista Graco, que como vemos no ata ni desata.
En fin, México continuará con el municipio como su eslabón más débil como puerta accesible a la delincuencia organizada, sin mayor problema.
El asesinato de la alcaldesa Gisela Mota Ocampo nos mostró, pues, que las autoridades menores se encuentran a merced de los hampones, principalmente en estados como Morelos, Guerrero, Michoacán, etc.
FELIZ AÑO 2016
Empezamos un nuevo año: 2016. Lo primero que se me ocurre es desearle a todo mundo salud, dinero y amor. No necesariamente en este orden.
Aunque sin salud, lo demás no funciona. Sean pues todos muy felices: que se realicen sus propósitos y sus sueños.