El Papa pide perdón por los escándalos en el Vaticano
Mundo martes 22, Dic 2015- Despilfarro y malos manejos en finanzas
El papa Francisco pidió perdón por los escándalos que han sacudido al Vaticano en las últimas semanas, sobre todo tras la filtración a la prensa de documentos sobre el despilfarro y malos manejos en las finanzas.
El Pontífice se reunió en el Aula Pablo VI con los trabajadores que prestan servicio en la Santa Sede y sus familias, con motivo de los saludos navideños.
A ellos les agradeció su trabajo silencioso, sobre todo aquel que no es reconocido.
“Pero quisiera que mi actitud y la de ustedes, especialmente en estos días, fuese sobre todo la de rezar, rezar por las personas involucradas, para que quien ha errado se arrepienta y pueda encontrar de nuevo el buen camino”.
“Mientras les agradezco, quiero también pedirles perdón por los escándalos que han ocurrido en el Vaticano”, señaló.
Aunque no pronunció el término “vatileaks 2”, el escándalo por la fuga de papeles que está siendo investigada por la justicia civil del Estado pontificio, sí mandó un mensaje a los artífices de las filtraciones.
Por ese caso, los Tribunales civiles del Estado de la Ciudad del Vaticano conducen un juicio contra cinco personas: no sólo los periodistas que difundieron los documentos en dos libros, sino también un clérigo y una publirrelacionista, ex colaboradores cercanos del Pontífice.
Constató que la filtración de papeles provocó mucho dolor en todo el cuerpo de la Iglesia e hirió a muchas almas, incluso con el escándalo, pero advirtió que esas situaciones serán siempre objeto de sincera reflexión y de medidas decisivas.
“Empero, las enfermedades e incluso los escándalos no podrán esconder la eficiencia de los servicios que la Curia Romana, con esfuerzo, con responsabilidad, con empeño y dedicación hace al Papa y a toda la Iglesia, y esta es un verdadero consuelo”, manifestó.
A los empleados vaticanos, también les animó a cuidar sus matrimonios y a sus hijos, a no desatenderlos porque la unión conyugal –dijo- es como una planta, no como un armario que se pone ahí, en la habitación, y basta limpiarlo de vez en cuando.
Recordó que una planta está viva y por lo tanto debe ser cuidada cada día: ver cómo está, ponerle agua y así. De la misma manera, el matrimonio es una realidad viva, por eso la vida de pareja no debe ser jamás dada por hecho, en ninguna fase del recorrido de una familia.
“El don más precioso para los hijos no son las cosas, sino el amor de los padres. Y no me refiero sólo al amor de los padres hacia los hijos, sino al amor de los padres entre ellos, es decir la relación conyugal. ¡Esto hace tanto bien a nuestros hijos!”, insistió.
Instó a apuntar a la misericordia en las relaciones cotidianas, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, y cuidemos a los abuelos.
Sostuvo que el Año Santo de la Misericordia, apenas iniciado, debe ser una fuerte llamada a la gratitud, a la conversión, a la renovación, a la penitencia y a la reconciliación.
“Así pues, que sea la misericordia la que guíe nuestros pasos, la que inspire nuestras reformas, la que ilumine nuestras decisiones. Que sea el soporte maestro de nuestro trabajo”, dijo.
“Que sea la que nos enseñe cuándo hemos de ir adelante y cuándo debemos dar un paso atrás. Que sea la que nos haga ver la pequeñez de nuestros actos en el gran plan de salvación de Dios y en la majestuosidad y el misterio de su obra”, ponderó.
Dejó un deseo para todos en esta Navidad: que experimenten la alegría de la misericordia, comenzando por la familia.