Bajo lupa federal el sector salud quintanarroense
Mauricio Conde Olivares viernes 18, Dic 2015“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
La Secretaría de Salud en Quintana Roo se encuentra bajo dos fuegos, por una parte de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) dictaminará sobre el procedimiento administrativo local que dio vida artificial a la clínica “patito” donde infectaron a 27 indígenas mayas, quienes buscaban librarse de cataratas mediante cirugías que resultaron con cuadros infecciosos, y la auditoría sanitaria externa ordenada desde la ciudad de México a los hospitales quintanarroenses por la Dirección General de Calidad de la Secretaría de Salud a nivel nacional.
Este viernes finaliza la auditoría a siete Unidades Médicas del estado de Quintana Roo, que son los centros médicos de Cancún, Isla de Cozumel, Playa del Carmen y Chetumal.
Las diligencias consisten en una revisión exhaustiva y minuciosa del estado de las instalaciones, trato a los pacientes, desempeño del personal, que son considerados por parte de un equipo de 10 personas contratadas por la Secretaría de Salud de otras instancias ajenas a la dependencia federal.
El director de Innovación en Calidad de los Servicios Estatales de Salud, Gilbert Canto Mas, informó que dicho proceso estaba programado para llevarse a cabo hace un mes, pero apenas fue iniciado el pasado día 14 y finalizará este viernes.
“La calificación a cumplir es de 90 para tener derecho a las respectivas acreditaciones, mismas que permitirán acceder a los fondos financieros que el Seguro Popular ministra a las unidades médicas de las entidades federativas, y que desde luego son un requisito primordial para su adjudicación”.
Aseguró que existe la confianza en que las unidades que estarán bajo la lupa de la federación podrán cumplir de manera puntual y favorable con este requisito, que de igual manera da certeza a la población de contar con servicios de salud de calidad.
Eso por lo que hace al sector público de salud, pero en el privado las cosas son más que lamentables, pues han proliferado las clínicas “patito” en Quintana Roo, y para ello estimado lector lo remito al informe del primer semestre de 2015 de la Cofepris que indica un crecimiento de casi 4 mil por ciento en la clausura de este tipo de seudoclínicas.
Lo que significa que médicos sin escrúpulos ponen en riesgo la vida de sus pacientes ante severas deficiencias estructurales, cuando no de la calidad de sus recursos humanos, lo que en Quintana Roo significa un mercado de cientos de millones de pesos para quienes sin pudor alguno ofrecen liposucciones, embellecimientos faciales, aumento de caderas y muslos, entre otras lindezas por donde se han colado esteticistas hasta dentro de los quirófanos ante el enojo de los cirujanos plásticos certificados.
Hoy, cualquiera le inyecta a cualquiera, cualquier tipo de sustancia, es una pena. Pero cuando médicos oftalmológicos certificados se prestan a operar cataratas, cualquier otro padecimiento ocular, en un quirófano que no ha logrado los permisos sanitarios, incurren en negligencia y también en responsabilidades, no importa que esto haya sido fruto de una causa altruista o para ayudar a pacientes remitidos por alguna fundación, como es el caso de Cinépolis. Estuvo mal hecho y alguien tiene que pagar las consecuencias.
Aquí tiene mucho que decir el director de la clínica privada denominada Instituto de Salud Visual (Isvi), el doctor Juan Pablo Olivares de Emparan con cédula 6673542 y todo el directorio médico que lo acompañan en esa empresa, porque la infección es una endoftalmitis bacteriana por “Pseudomonas aeruginosa” con pérdida de visión irreversible
Ahora, dos de los pacientes contaminados por la bacteria “Pseudomona aeruginosa”, enfrentan una endoftalmitis, que ataca el nervio óptico y en dos semanas produce purulencia, sangrado y descomposición de los ojos, por lo que son atendidos por el director del hospital general de Cancún “Jesús Kumate Rodríguez”, Rubén Maldonado Villanueva, especialista en oftalmología.
También espera Maldonado atender a otros pacientes provenientes de Isla Mujeres.
En tanto, el oftalmólogo Juan Pablo Olivares de Emparan, busca el respaldo tanto de sus colegas como de organizaciones civiles altruistas, e incluso remitió al presidente del Colegio de Oftalmólogos de Quintana Roo, doctor Rodolfo Anzures Medina, la siguiente misiva: “Como médico y oftalmólogo, usted sabe que, como cualquier cirugía, la de catarata no está exenta de riesgos y desafortunadamente el 29 de octubre existió un brote de infección del sitio quirúrgico de nuestra institución”.
María Inés Teresita, de 76 años, una de las pacientes infectadas dijo que fue canalizada a esa clínica por la Fundación Cinépolis, a través del Programa Del Amor Nace la Vista, en colaboración con Ciudad de la Alegría.
“Se preparó la cirugía, nos recibieron, pero la sorpresa es que nos cobraron 10 mil 500 pesos, no fue gratis. Ese mismo día operaron a mucha gente, después de la intervención nos fuimos a casa y al día siguiente tuvimos que regresar, aunque antes fui revisada por el doctor de Ciudad de la Alegría, quien detectó que tenía muy empañado el ojo”, declaró María Inés.
Por lo pronto, le urgen dos ultrasonidos que cuestan cada uno mil 600 pesos.
Susana Tejero Loría, hija de la paciente María Inés Teresita de Jesús Loría, de 76 años, recordó que el día de la cirugía le empezaron a picotear el ojo; le pusieron como tres o cuatro inyecciones porque el malestar y los dolores no cedían “y ese es el calvario que llevamos desde el 29 de octubre”.
“En algunos casos los pacientes han desembolsado entre 25 mil y 30 mil pesos por tratamiento. Las medicinas son carísimas y el ultrasonido cuesta mil 600 pesos por ojo. Lo peor es que se complica hacer el estudio porque cada toma infecta las máquinas y es muy costoso desinfectarlas”, explicó; pero esto será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.