Obesidad generará gasto de 100 mil mdp en 2017
Salud lunes 14, Dic 2015- Problema de salud pública en la población infantil
José Luis Montañez
Para disminuir la incidencia y prevalencia de la obesidad infantil, La Ssa, en conjunto con otras instituciones públicas y privadas, impulsa acciones, como el etiquetado frontal en alimentos.
En México, 4 millones de niños entre cinco y 11 años padecen obesidad, lo cual coloca a este padecimiento como el principal problema de salud pública en la población infantil del país, con lo que se genera la pérdida de esperanza de vida en los menores, quienes pierden entre uno y cuatro años de vida según el grado de obesidad o sobrepeso que presenten.
Las enfermedades causadas por el sobrepeso y obesidad podrían generar un gasto para el Sistema de Salud Pública de 100 mil millones de pesos para el año 2017, advirtió el director general de Instituto Nacional de Salud Pública, Mauricio Hernández Ávila, durante inauguración del Seminario Contra la Obesidad y el Sobrepeso Infantiles, impartido en la UNAM.
El experto señaló que para disminuir la incidencia y prevalencia de la obesidad infantil, la Secretaría de Salud (Ssa) en conjunto con otras instituciones públicas y privadas impulsa acciones como el etiquetado frontal en alimentos, la Estrategia Nacional para la Prevención el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes.
Además, la nueva normatividad con respecto a la publicidad dirigida a niños y el sello de calidad voluntario en alimentos, abundó en un comunicado.
En conjunto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) se crearon 16 millones de manuales de educación nutricional para padres y madres; y 250 mil manuales para preparación e higiene de alimentos y bebidas para las tiendas de las escuelas.
“También se promueve el autocuidado de la salud y la educación en nutrición en escuelas públicas y privadas con programas como Recreo Saludable y SaludArte”, puntualizó.
Hernández Ávila indicó que el riesgo de llegar a una vida adulta con obesidad es alto, si esta se presenta desde la infancia, pues el 25 por ciento de niños con obesidad o sobrepeso, llegan a la vida adulta en esa condición.
Recordó que en los menores la obesidad es causante de otros efectos en su salud como, baja autoestima, depresión, asma, hígado graso, diabetes tipo dos, entre otras.
Además, las consecuencias directas de la obesidad y el sobrepeso, son la diabetes, la hipertensión y el daño metabólico, padecimientos que saturan los servicios médicos públicas.
Puntualizó que se deben fortalecer las políticas públicas que influyen en este tema, así como la capacitación de recursos humanos en salud que diagnostiquen y atiendan oportunamente estos padecimientos.
Señaló que la corresponsabilidad por parte de la población es fundamental para reducir la incidencia de este problema, con una sana alimentación, comida nutritiva en la jornada escolar, la activación física al menos tres horas a la semana y la educación nutricional en las familias.
Dormir poco
aumenta posibilidad
de sumar kilos
Cambiar los hábitos de sueño influye en la alimentación y en el tipo de comida que se elige luego de una noche de desvelo, pues se opta por alimentos ricos en grasas y carbohidratos, que a largo plazo trae consigo sobrepeso, reveló la especialista Carolina Escobar Briones.
En el día necesitamos energía para las actividades cotidianas, pero en la noche descansamos y baja el ritmo cardiaco y respiratorio, así como el consumo de energía, explicó la investigadora del Laboratorio de Ritmos Biológicos y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Si comemos de noche sorprendemos a nuestro sistema digestivo, porque si está coordinado con los ritmos circadianos, entonces no está preparado para recibir alimentos, sino para descansar”.
Escobar Briones, quien junto a otros investigadores estudia la relación entre los ritmos circadianos y la forma de alimentarnos, planteó que si permanecemos despiertos hasta la madrugada e ingerimos alimentos pesados habrá problemas.
“Esto es común en el trabajador nocturno. A media noche se da una pausa para la colación, pero siente hambre y consume alimentos que al sistema digestivo le cuesta trabajo procesar. Esto también lo hacemos los demás en fiestas o mientras vemos televisión”.
