¿Quién perdió en Venezuela?
¬ José Antonio López Sosa miércoles 9, Dic 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Sí, hay dos grandes perdedores en Venezuela tras los resultados de la elección parlamentaria del pasado domingo 6 de diciembre, ellos son Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, uno presidente de la República, el otro, presidente de la Asamblea Nacional.
Las dos piezas fundamentales de la denominada revolución bolivariana tras la muerte de Hugo Chávez, agotaron la tolerancia incluso de quienes simpatizaban con el régimen en el pasado.
Más que un voto por la fortaleza de la oposición o por un proyecto de país, la ciudadanía ejerció el voto de castigo tras la crisis económica, política y social que vive el Estado venezolano.
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, tanto Maduro como Cabello creyeron tener el poder absoluto sobre las mayorías, como lo llegó a tener para bien o para mal Hugo Chávez hasta unos meses antes de su muerte.
Hoy el mapa político cambió en Venezuela y se asoman nuevos retos tanto para los revolucionarios como para los opositores.
Tan patética fue la campaña electoral gubernamental, basada en la figura de Hugo Chávez (como si desde el más allá instruyera sus seguidores, en una condición casi teológica), como la campaña electoral opositora basada en la figura de Leopoldo López (como si el estar encarcelado injustamente le diese brillantes ideas políticas que estando libre no tuvo).
Los radicales de ambos lados le siguen haciendo daño a Venezuela, no hay buenos ni malos, no hay verdades absolutas, hay un país en crisis, un gobierno mal administrado y una serie de abusos por parte de la administración en turno, así como también hay logros ––por pequeños que éstos sean—que deben no solo conservarse, sino multiplicarse.
Los oficialistas y opositores deben aprender a co-gobernar, si en ambos lados se habla de democracia deben hacer efectivo el equilibrio de poderes, la negociación política y el acuerdo.
Ganar una elección —en el caso de la oposición en la Asamblea—, para fomentar el encono ahora hacia el otro lado, no resuelve en nada los problemas de fondo.
El presidente Maduro salió a reconocer la derrota, no sin evitar alegar que ganó la guerra económica.
Diosdado Cabello dijo en su cuenta de twitter que los chavistas que votaron contra ellos están en un error, ¿qué clase de demócratas son estos que tienen incapacidad de reconocer la derrota?, ¿no serán conscientes que su forma de gobernar necesita una autocrítica profunda?, siempre es más fácil —e irresponsable— recurrir a la teoría de la conspiración.
Diputados electos opositores salieron a dar todo tipo de mensajes, desde marcar como prioridad la amnistía a Leopoldo López (en efecto necesaria, pero no prioridad ante hechos como la delincuencia y el desabasto), hasta llevar a juicio a los políticos en turno. Pocos hablaron de conciliación y de un proyecto serio, como el que Venezuela necesita.
Sí, Venezuela comenzó un cambio, sin embargo se asoma un reto, al final del día, oficialistas u opositores todos son políticos, hasta que no le cumplan al pueblo por la confianza que dieron en esta elección, no hay nada que festejar en serio. La moneda está en el aire, ojalá se aproveche este cambio de rumbo de forma positiva para los ciudadanos en Venezuela.
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