Cosecha CDMX más reconocimientos mundiales
Francisco Rodríguez lunes 7, Dic 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Se da como generalmente aceptado que, después de la Revolución, los regímenes mexicanos dedicaron toda su labor diplomática a facilitar las acciones económicas y de inversiones, procedentes del exterior, con objeto de eliminar cualquier escollo que pudiera interponérseles dentro del aparato administrativo e, incluso, entre los grupos de presión e interés.
La mayor escuela diplomática del continente, la histórica brasileña de Itamaraty, ha reconocido que la función de los expertos internacionalistas de carrera es esa y no otra. Quien diga lo contrario, se pasa de demagogo, se exhibe de oportunista.
Las prosopopéyicas doctrinas internacionalistas y las cátedras que daban los responsables del área, así como las iniciativas planetarias y los periplos alrededor del mundo que realizaban nuestros “estadistas”, sólo eran materia discursiva, para barnizar ideológicamente las acciones que se tomaban en el fondo, para lograr el objetivo de la penetración trasnacional, de manera suave.
Tuvimos de todo, desde adelantados y colmilludos diplomáticos, cultos y letrados, dueños de su escenario, hasta paseantes a lugares recónditos, líderes del tercer mundo, o firmantes obsecuentes de tratados comerciales, que sólo fueron formas de entreguismo y rendición ante las oligarquías internacionales. Incluso, hoy tenemos en el poder a quienes andan en busca de pretextos para esconderse de los reclamos nacionales.
Echeverría quiso gobernar al mundo desde la ONU
Luis Echeverría, desprestigiado en el exterior, nunca logró otro reconocimiento que instalarse unos meses en la UNESCO, en París, y al regreso, fundar la pomposa Universidad del Tercer Mundo, en terrenos aledaños a su finca de San Jerónimo. Nunca, nadie supo de alguna aportación de esa carísima institución para desplazados.
Sus méritos diplomáticos tuvo que ejercitarlos en Oceanía, cuando José López Portillo lo designó embajador en las lejanísimas islas Fidji. La decisión fue comentada como cuando se encasqueta una camisa de fuerza a un hiperkinético lenguaraz.
La Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, que según su amanuense Porfirio Muñoz Ledo, lo iba a catapultar a la Secretaría General de la ONU, quedó como una muestra palpable de intenciones de costo milmillonario, que fueron objeto de sarcasmo mundial y acabaron en algún cesto de basura inorgánica… como sus sueños guajiros de gobernar al mundo desde Naciones Unida, en el de la orgánica.
CSG, por la OMC; EZP, empleado de trasnacionales
Dirigentes fracasados en el interior del país, que a unos meses de entregar la banda presidencial, se candidateaban, en solitario, aplaudidos sólo por sus más cercanos, para secretarios generales de la ONU, la UNESCO, la OMC, o lo que cayera. Cobraban así sus méritos en el ejercicio de la expoliación a sus gobernados.
Por su descastada intención de acabar con el país, Carlos Salinas de Gortari, después de desmantelar al Estado mexicano, quiso rematar su obra al frente de la Organización Mundial de Comercio, sucesora del nefasto GATT y, afortunadamente, nada más lo cilindrearon y quedó como el payaso de las cachetadas.
Tuvimos hasta al nefasto Zedillo quien, bajo el argumento de haber arrasado con industrias clave, entregando los secretos de su manejo, su infraestructura y sus números, se presentó a cobrar sus facturas de peonaje y palafrenero en las matrices estadounidenses para que lo contrataran de sobrestante, con prebendas y protección al mal gusto de un traidor vende patrias.
O al guanajuatense Vicente Fox y a Felipe Calderón que pelearon denodadamente por llevar la voz cantante en la Organización de la Democracia Cristiana, para hacer oír sus fracasos empresariales y sangrientos. En buena hora fueron defenestrados por sus mismos contlapaches.
Poco puede decirse de reconocimientos internacionales serios al gobierno federal, a no ser por los esfuerzos antinucleares y contra el armamentismo, desplegados por Alfonso García Robles, que desembocaron en la obtención de un codiciado Premio Nobel, expresamente dedicado a él. En el gobierno, hasta el orgullo académico de Tlatelolco, el Instituto Matías Romero, hoy es dirigido por una itamita, ajena al tráfago diplomático de carrera.
La Capital Social, con gran cantidad de reconocimientos
Por eso, es destacable el hecho de que, sin estridencias, sin el uso de cajas de resonancia grandilocuentes y burocracias exquisitas de costos multimillonarios, la ciudad de México haya obtenido en tres años la mayor cantidad imaginable de reconocimientos internacionales, que se suman a los premios otorgados por países del primer mundo e instituciones y universidades de prestigio a sus programas de política social.
No es poco decir que la CDMX fue la primera urbe del mundo en lograr un esquema de colaboración con la Alianza Open Contracting Partnership, la Fundación World Wide Web, Banco Mundial, Oxfam, Integrity Action y Transparencia Internacional, consiguiendo el estándar de contrataciones gubernamentales, abiertas y transparentes. Ha hecho realidad el anhelo por un gobierno abierto.
También, reconocida como la primera ciudad en llevar los intereses de la juventud capitalina a la Agenda para el Desarrollo Post-2015, de las Naciones Unidas. El reconocimiento a la estrategia “10 por la Infancia” que realiza de manera conjunta con la UNICEF para proteger los derechos de niños y niñas en la capital nacional. Le ha valido un logro mayor y lo concretó ya en una Ley de Primera Infancia y en un ambicioso Programa de Paternidades Diferentes.
Primera ciudad del país que forma parte de la Red de 100 Ciudades Resilientes de la Fundación Rockefeller. Única integrante del grupo de liderazgo del Cambio Climático C40 y designada sede de la Reunión Bienal en 2016 de ese importante organismo internacional.
Dos mil millones de dólares para inversiones en el DF
El Consejo Consultivo de Empresas Globales escogió a la ciudad de México como destino de sus inversiones por dos mil millones de dólares, así como la ADI, que invertirá 9 mil millones de dólares en los próximos dos años, por la confianza y certidumbre que genera esta capital. Mientras la Ciudad aporta el 22% del PIB nacional y de sus empleos formales, se contrasta con la pavorosa fuga de capitales en el país por 50 mil millones de dólares, aceptada incluso por la SHCP.
Junto con Berlín, Hamburgo, Bruselas, Munich, la CDMX forma parte de la red internacional de Ciudades Amigables —Gay Friendly— por el respeto absoluto, lejos de la violencia, la discriminación y la intolerancia, hacia todas las manifestaciones y derechos de la Comunidad LGBTTTI, así como su respeto a los derechos humanos.
Única ciudad del país que tiene un Memorándum de Entendimiento, firmado con ONU Mujeres, que es respetado en delicados combates contra la trata y la discriminación de género en el mercado laboral. Reconocimiento expreso de la OCDE sobre la construcción de ciudad habitable y de la UNESCO por sus medidas para crear una ciudad inteligente e interconectada en el breve plazo de 15 años.
Ejemplo mundial de inversión en desarrollo sustentable
En la reciente cumbre de alcaldes, paralela a la que efectuaron los Jefes de Estado y de Gobierno en París, sobre Cambio Climático, la CDMX fue reconocida como de las primeras 12 ciudades, de un total de 260, como Cumpliant City, que han cumplido con el Protocolo de Fondos Verdes, lucha frontal contra las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el último año, la CDMX ha reducido tres millones de toneladas de gases CO2 tóxicos, en beneficio de la habitabilidad. Para ello, dedica el 10% de su presupuesto efectivo, y fue considerada como ejemplo de inversión en desarrollo sustentable. La primera que generó un Protocolo Integral con ese objetivo, presentado puntualmente en dicha reunión, realizada en la alcaldía parisina.
No es gratuito que eventos de talla mundial en el deporte, el turismo y la cultura se ubiquen en la CDMX. La presencia de la Fórmula Uno, de la NBA, UFC, Carrera Panamericana, Golf y Tiro con Arco, la han hecho pasar, del lugar 300 que ocupaba, hasta hace tres años, a estar en las primeras 15 del mundo.
Presencia exterior, continuación de los esfuerzos internos
La presencia exterior sólo es la continuación de los esfuerzos internos. La confianza, la credibilidad y el ambiente seguro, impactan hacia las organizaciones empresariales, financieras, productivas, deportivas, culturales y comerciales que buscan nuevos horizontes y los han encontrado en la CDMX. El respeto a los derechos laborales y a los parámetros medioambientales que fija, son vistos como aciertos conductuales en otras latitudes.
Al mismo tiempo que se celebran los logros en el exterior, se adoptan los de programas sociales que se han convertido en leyes, como “Médico en tu Casa”, que no sólo se implementa ya en Cuba y China, sino se reconoce en los centros de investigación extranjeros que los retroalimentan y monitorean, como es el caso de Johns Hopkins y Harvard, entre otras academias médicas, que los observan y aprueban. Michoacán, Chihuahua y Sinaloa, se han sumado con sus equipos de gobierno y salud, así como universidades, politécnicos y tecnológicos del país.
Cerca del 70% del presupuesto de la que ya se conoce como la Capital Social de los mexicanos, se dedica a los programas sociales y anticontaminantes. Los programas alimentarios, de capacitación laboral, de becas educativas, de inclusión a personas con capacidades diferentes, de ayuda a la tercera edad, de impulso a los micro negocios, de auxilio a las franjas vulnerables, a la población en condición de calle y a personas sin seguridad social, sin exclusivismos ni hostilidades, son hechos medibles y comprobables, han reconocido los organismos internacionales de expertos en las diversas materias.
Contra nefastas herencias del colonialismo mental
La presencia de la CDMX en la cumbre de Alcaldes de París, fue requerida en Kuwait y emiratos del Medio Oriente, con idénticos problemas de población en condiciones desventajosas, que buscan soluciones alternativas al entorno de graves crisis financieras, económicas y morales, que otean otras perspectivas de tratamiento, pues violencia y pobreza forman una ecuación peligrosa para el futuro inmediato.
El intercambio de experiencias y equipos para la detección oportuna de padecimientos terminales, como el cáncer, forma ya parte de una agenda internacional que se concentra en hechos y realidades concretas, no sólo como inopinables foros de lucimiento personal, que siempre caen en el ridículo, arrastrando el poco prestigio que le queda al país.
Se ha dicho hasta el cansancio: los mexicanos debemos aplicar programas, proyectos y acciones que sean comprobables y medibles, a diferencia de las ocurrencias demagógicas de ocasión a que son proclives muchos diletantes de la política.
La CDMX, Capital Social de los mexicanos, sigue luchando, casi en solitario, contra las nefastas herencias del colonialismo mental.
Ya lo había dicho Albert Einstein: “¡Triste época la nuestra!: es más fácil desintegrar un átomo, que un prejuicio”.
Índice Flamígero: La semana pasada se encontraron en la capital francesa el secretario de Estado de EU, John Kerry, y el jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera. Cuándo se preguntó a este el tema de la charla entre ambos, señaló: “Platicamos del hecho del hecho que hay cada vez más enfermedades pediátricas respiratorias a causa de la contaminación. Así que se necesita un financiamiento amplio para poder obtener fondos lo más rápidamente posible y de la manera más eficaz posible y transferencia de tecnologías más accesibles para obtener los objetivos que nos hemos marcado”, dijo el gobernante mexicano de una de las urbes más grandes del mundo. Atestiguó la charla Luis Serna Chávez, secretario particular y depositario de toda la confianza de MAM. Por ahí, alrededor de mil presidentes municipales y ediles de ciudades de los cinco continentes, entre ellos Mancera, participaron en la cumbre paralela a la COP 21 que se celebró para diseñar el papel de las urbes en la lucha contra el cambio climático. La reunión, bautizada “Ciudades por el clima” fue promovida por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, enviado especial de la ONU para ciudades y el clima.