México y su odisea espacial
Mauricio Conde Olivares lunes 30, Nov 2015“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
La conquista del espacio se había puesto en marcha por el gobierno de Miguel de la Madrid a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), tenía en la mira ocupar a la brevedad dos posiciones orbitales que la Unión Internacional de Telecomunicaciones advirtió a México que podría perderlas si en un tiempo perentorio no eran utilizadas.
Las potencias espaciales como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y hasta China ya tenían sus propios proyectos satelitales en caso de que México optara por la fibra óptica, lo que significaría que no incursionaría en la vida satelital por lo que, de inmediato, dichas potencias podrían ocupar las bandas orbitales disponibles, de ahí la urgencia de lo que a la postre serian los satélites “Morelos”.
Que dicho sea de paso, en su origen se iban a llamar “Flechador de Estrellas” que en Náhuatl se escribe así: “Ilhuicamina”.
Ya en mi entrega del pasado cinco de octubre les conté la historia de cómo Miguel de la Madrid dispuso el nombre de “Ilhuicamina” a los satélites pero la influencia del presidente entrante, Carlos Salinas de Gortari, hizo que se cambiara por el del héroe de la Independencia, cuestión de políticas sexenales.
Después de la puesta en órbita del primero de los satélites mexicanos, la relación con la National Aeronautics and Space Administration (NASA) era más que favorable, al grado de que se creó la oportunidad de que un mexicano, por primera vez, viajara al espacio dentro del programa de los Estados Unidos con el fin de realizar algunos experimentos que propondrían las máximas casas de estudios del país.
Esto hace tres decenios, de ahí la trascendencia del reconocimiento al primer astronauta mexicano, el doctor Rodolfo Neri Vela por su contribución para posicionar a México en el mapa de las naciones que desarrollan actividades espaciales y ser integrante del equipo que puso en órbita el satélite Morelos 2, el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), rindió un homenaje
A 30 años de la misión STS-61-B, la SCT en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizaron una ceremonia que tuvo como sede la Facultad de Ingeniería de esta casa de estudios, su alma mater y posterior lugar donde impartió cátedra de su especialidad.
El director de Vinculación de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), Guillermo Castro Sandoval, reconoció los esfuerzos del ingeniero Neri Vela y su aportación histórica para posicionar a México como miembro del club de naciones que desarrollan ciencia y tecnología espacial.
“Un ejemplo para muchas generaciones, por su incansable trabajo de divulgación de ciencia y tecnología espacial”, puntualizó.
Recordó que con este motivo el pasado mes de junio, la subsecretaria de Comunicaciones de la SCT, Mónica Aspe Bernal, encabezó la ceremonia por el “30º Aniversario de México en el Espacio”, y contó con la destacada participación de ex secretarios de Estado y especialistas del medio, y que la presente administración federal incluyó por primera vez el concepto de infraestructura espacial en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
El acto contó con la presencia del director de la Facultad de Ingeniería, Carlos Escalante Sandoval; de Javier Jiménez Espriú, ex subsecretario de Comunicaciones de la SCT y Salvador Landeros Ayala, quien fuera director del Sistema de Satélites Nacionales, en aquella época.
Recuerdo que uno de los experimentos que se realizaron en el espacio tenía que ver con descubrir cómo llega la savia bruta y la savia elaborada a todos y cada uno de los puntos de cada planta, en el reparto de nutrientes que se realiza en las plantas pues ellas no tienen un corazón que impulse los nutrientes.
Ya en la gravedad cero del espacio Neri Vela vigiló el comportamiento de este traslado de nutrientes en las plantas, dentro de otros experimentos propuestos por estudiantes mexicanos.
Además, al retornar de su misión espacial, en mi calidad de Jefe de Información de la SCT acompañé a Rodolfo Neri Vela en una intensa campaña que duró un año, en la que dio conferencias a medios de comunicación y en planteles escolares de todo el país para difundir sus experiencias entre la juventud mexicana.
Una de las declaraciones que más causaron revuelo fue cuando dijo que creía en la vida extraterrestre, “pues no me es concebible que seamos la única especie con vida y raciocinio en todo el universo”, dijo.
Recientemente, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) organismo sectorizado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), anunció que enviará una carga útil (dispositivo científico capaz de realizar tareas) a la luna, convirtiéndose en el primer país latinoamericano en realizarlo.
La misión espacial mexicana se realizará a través de la sonda “Griffin Lunar Lander” propiedad de Astrobotic, una empresa asociada oficial de NASA (National
Aeronautics and Space Administration) y se financiará en colaboración conjunta con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
Al respecto, el Director General de la AEM, Javier Mendieta Jiménez, en ampliación a esta información circulada en días pasados, destacó: “en efecto, el proyecto es una acción de vanguardia de la SCT a través de la AEM, e impulsa la inserción del país en el sector espacial satelital global en esta administración”.
El dispositivo, abundó, será seleccionado de la convocatoria abierta hecha a la comunidad científico-tecnológica del país, en el marco del Fondo Sectorial CONACYT-AEM, y que recibió diecisiete propuestas para diseñar esta misión mexicana a la Luna.
Éstas se analizarán por un comité de pares para determinar el tipo de instrumento más viable, que será operado por científicos mexicanos, y permitirá desarrollar capital humano que trabaje el área espacial en nuestro país.
Las áreas de estudio posibles son las ciencias planetarias y/o desarrollo tecnológico con telecomunicaciones espaciales tierra-luna. El artefacto podrá integrar sistemas robóticos al instrumento científico.
Una vez el comité técnico del Fondo Sectorial CONACYT-AEM elija la propuesta ganadora, la AEM, Astrobotic y la institución ganadora trabajarán en conjunto para integrar la carga útil en el Griffin lunar Lander, cuyo lanzamiento se prevé antes del 2018.
Por su parte, el Presidente Ejecutivo de Astrobotic, John Thornton, afirmó que “las nacientes ciencia espacial y comunidad de exploración de la AEM son un ejemplo del inmenso interés internacional en la luna como un destino para la ciencia, la exploración y otras actividades”.
Por ello, concluyó: “estamos orgullosos de nuestra colaboración con México, que será el primer país latinoamericano en lograrlo”; pero esto será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.