Aspirantes a la SCJN
Francisco Rodríguez lunes 30, Nov 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Javier Laynez Potisek es el mismo del que usted y yo platicamos hace unos días, el que, para ascender, elaboró el proyecto para llevar a juicio por segunda vez, por la misma causa que le habían imputado y cuya condena había compurgado, al ex comandante de la PJF, Armando Pavón Reyes, mismo que con un equipo de abogados de rancho, derrotó al Doctor en Derecho por la Universidad de Paris XI Sceaux, Maestro en Administración Fiscal por la Universidad de Paris IX Dauphine, Maestro en Derecho Público por la Universidad de Paris XI Sceaux, así como Licenciado en Derecho por la Universidad Regiomontana, en tribunales.
El argumento con el que fue vencido el nefasto Javier Laynez, es uno sencillo, antiquísimo, casi de cajoncito: nadie puede ser juzgado dos veces, por el mismo delito.
Y Laynez Potisek, no obstante ser subprocurador jurídico de la PGR, no lo conocía, por la sencilla razón que lo delata, no conoce las leyes, ni sus principios. Y así se empeñan en ¡entregarle en charola de plata el Poder Judicial de la Federación!
Protegió a la mafia política, cómplice de los narcos
La obsesión de Laynez Potisek por juzgar por segunda ocasión y extraditar a Pavón Reyes, sumió en el descrédito total a la PGR, a los Ministerios Públicos Federales, a los magistrados y jueces sumisos que se plegaron incondicionalmente a sus despropósitos y a la justicia mexicana y estadounidense, que todavía adeuda las indemnizaciones de ley a la familia del ex comandante Pavón Reyes, mismo que fue fulminado por un ataque cardíaco, después de tantas presiones y acechos de Laynez.
Ya le he relatado los pormenores del inexistente delito del que se acusaba a Pavón Reyes y por el que fue recluido en casi todos los penales de alta seguridad: permitir el escape de Caro Quintero en el aeropuerto de Guadalajara, después del ajusticiamiento del “Kiki” Camarena Salazar, un infiltrado de la DEA, a quién ésta homenajeó para disimular su intervención de siempre en el contrabando cómplice.
Pavón Reyes no conocía a Camarena. Lo dejaron escapar los agentes y jefes de la DEA que operan empistolados en México, y que ese día llegaron inopinadamente al Aeropuerto, con charolas de la DFS, expedidas por el hoy asustadizo senador Manuel Bartlett. Ellos sí lo conocían, era de su mismo barro. Egreso de sus claques. Lo enviaron para ser sacrificado, como cabeza de turco, para permitir una operación más amplia del trasiego.
Bartlett repartía franquicias a cárteles de la droga
Los agentes de la DEA lo dejaron ir, porque en realidad encubrían al hijo del secretario de la Defensa Nacional, Juan Arévalo junior, que era empleado de Bartlett y, si llevaban el caso a las cortes, seguramente iba a emerger de ese chiquero de lodo el nombre de Enrique Álvarez del Castillo, gobernador de Jalisco, benefactor de los traficantes sinaloenses que cambiaron su domicilio a Guadalajara, después del show de la Operación Cóndor.
En la otra esquina de este birlibirloque, el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, repartidor de todas las franquicias de los cárteles de la droga que desde entonces pululan en México, tuvo que humillarse indignamente ante el actorcillo John Gavin, representante de Reagan, quien le embarró una catarata de insultos, dignos de mejor causa. De paso, lo quitó de en medio en la consentida carrera hacia la Presidencia, de Carlos Salinas de Gortari.
Los procesos incoados contra Pavón Reyes, desde todos los ángulos de la justicia mexicana, demostraron que el hilo se rompe por lo más delgado, y su condena encubrió a los verdaderos culpables. Nadie se mojó las botas por ayudarlo, y fue recluido en las peores condiciones. En el 2006, Javier Laynez y su jefe inmediato, el titular de la PGR, violando todas las leyes, volvieron a perseguir a Pavón Reyes, por medio de una masacre jurídica que tuvo un resultado adverso para los fruncionarios.
Ni honesto, ni conocedor de la ley, ni ejemplo dentro del foro
Laynez no cumple un solo requisito constitucional para ser ministro de la Corte, por más desprestigiada que esté. No ha sido honesto impartiendo justicia, no conoce ni jota de leyes, no es un hombre ejemplar del foro. Todo lo contrario, ha sido un sujeto de consigna, un mercachifle presto a ejecutar cualquier capricho del foxismo, del calderonato o de la tolucopachucracia reinante.
Hasta el hoy arrepentido senador Manuel Bartlett, el mayor benefactor del trasiego mexicano, se horrorizó con la noticia de la inclusión de Laynez en la terna de hombrecitos para ocupar el sillón que deja Juan Silva Meza. ¿Sería por no tener al lado a alguien que se prestó a su encubrimiento? ¿Oiría mentar la soga en casa del ahorcado?
Laynez implicado en fraude con ingenios de Grupo Santos
Hace unos días, Laynez “compareció” ante el pleno del Senado, y tuvo el tino de pedir “que se analice si cada uno de mis actos en el servicio público se ajustó o no a la ley; si cometí alguna injusticia en contra del servicio o de un particular”, sabedor de que sus valedores iban a acabalarlo, para impedir ese desaguisado.
Entre los atracos que deberían saber los senadores, están los cometidos por Laynez como procurador Fiscal de la Federación. En el caso del grupo de seis ingenios expropiados por el oscuro Luis Ernesto Derbez, ha salido a flote la “negociación” de los adeudos del Grupo Santos, con la complicidad del Procurador Fiscal, Javier Laynez.
El inefable SAE de la SHCP, aprobó la oferta del Grupo Santos para liquidar los adeudos y retomar la operación de sus antiguos ingenios: Alianza Popular, Plan de Ayala, Bellavista, Pedernales, San Gabriel y Cuautotolapan. La oferta en al año 2008 fue de 1 mil 400 millones en efectivo, misma que fue escondida por Héctor Orozco Fernández, que por esta razón brincó de la dirección de liquidaciones a la Dirección General del SAE, en el peñanietismo.
“Desapareció” 200 millones de pesos, con directivo de OHL
Ahora, después de tres años, el SAE de Orozco (quien cumple 13 años succionando al organismo) aceptó rebajar el monto de la oferta y, en vez de cargarle intereses y recargos, recibió con la complicidad de Laynez sólo mil 200 millones. Es decir, desaparecieron 200 millones del patrimonio presupuestal del pueblo mexicano.
La ganga en cuestión, fue autorizada por el director general del SAE en 2012, Tuffic Miguel, luego de que dejaran todo “planchado” Sergio Hidalgo Monroy y Héctor Orozco Fernández, con la complicidad del entonces procurador Fiscal de la Federación, Javier Laynez Poutisek. Más claro, ni el agua.
Para acabarla de cajetear, Sergio Hidalgo es hoy director general de OHL, cuestionada en México y en España por severos casos de corrupción y complicidad. Antes, Hidalgo, encubrió diversos entrambuliques gordos en el IPAB zedillista y ayudó a destruir las pensiones del ISSSTE. ¡Pa’ fichita!
Después de esconder la primera oferta que hizo el Grupo Santos, se reunieron en lo oscurito Laynez e Hidalgo, procurador Fiscal y jefe del SAE, para discutir los términos de venta del Estado, de los ingenios del Grupo Santos que ahora eran patrimonio nacional… y se les ocurrió sacarlos a licitación pública.
Sólo que se encontraron con dos problemas: no había sentencia firme que despojara de la propiedad al Grupo Santos y había que asumir todos los adeudos fiscales, laborales y bancarios del grupo, además de pagar el monto de indemnización por expropiación a los dueños de los seis ingenios.
Javier Laynez se sacó una brillante idea de la manga: No, no se tendría que pagar la indemnización, pues quien ganaría la licitación ¡ serían los expropiados! Y así quisieron ejecutar el “bisnes”, pero no contaron con que un juez federal acaba de amparar al Grupo, congelando la venta fraudulenta de los ingenios y secándole el coco a Laynez. ¡Aparte de corrupto, ignorante!
El Senado debería ser un “contrapeso”, pero…
Aquí es donde deberían operar los “contrapesos” del Senado y de los sanjuaneados “líderes de opinión”. ¿Dónde quedaron los $200 millones de la rebajita al Grupo Santos? ¿Dónde quedó la actualización acumulada en tres años de intereses y recargos, por el pago de los adeudos de los seis ingenios expropiados?
¿Cuánto valen los “moches” y prebendas que ha recibido por hacerse de la vista gorda en los rembolsos de milmillonarios impuestos a empresas de todos tamaños y colores, junto con su jefe Castillejos?
¿De dónde saca para regañar a los industriales, por no pasar de maquiladores a fabricantes de bienes de capital? ¿Sabrá a qué se refiere? El fue el principal responsable de secar la economía y desbaratar la planta industrial que provocó el quiebre financiero-fiscal más aberrante del siglo. ¿Por qué antes de hablar no se ve las uñas?
¿Quién le echará una revisadita a los bienes y recursos financieros, producto de sus prevaricatos, que posee fraudulentamente Javier Laynez, el que quieren que detente la jefatura del Poder Judicial de la Federación a partir de 2018?
¿Por qué para cuando ellos, felizmente, dejen de ser poderosos? ¿Para que les cuide las espaldas?
¿Quién nos salvará de nuestros salvadores?
Por cierto: ¿Cuándo se va el grupo de corruptos? ¿Quién de ellos será el chivo expiatorio? ¿Cuál será el primero en caer?
Índice Flamígero: ¿Podrá explicar la gobernadora Claudia Pavlovich las razones por las que nombró a Antonio Berumen dentro de su equipo de trabajo? Tal vez ella no lo haga por pena y quizá hasta por sensatez, lo que contrasta con lo que el propio Berumen alardea con voz recia en los comederos políticos: que se ganó el cargo de Fomento al Turismo, gracias a los millones de pesos que le inyectó a la campaña de la priísta. ¿Serán parte de los muchos que desfalcó en el IMSS de donde fue echado hace unos meses, como usted leyó aquí el anterior 29 de septiembre?