Epidemia de “deditis”
¬ Salvador Estrada jueves 26, Nov 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
¡Ya no sufran más! Señoras y señores ya no se preocupen. Yo tengo el remedio para sus males. Padres de familia: aquí tengo la salvación de su hogar. ¡Qué no le digan que no le cuenten porque a lo mejor le mienten!
Mi receta para sus males la tengo aquí. Nada más no se amontonen. Atrás de la raya que estoy trabajando. Acérquense y dejen de sufrir. Es la neta del planeta. No le voy a cobrar ni diez ni veinte pesitos ¡Es gratis!
Si sus hijos no los toman en cuenta , o como dicen ellos “no los pelan”, ni en el desayuno, ni a la hora de comer, ni en la cena, y ni siquiera los saludan, eso significa que están aturdidos con la tecnología de punta.
Y si ve a la familia desunida por el comportamiento de los hijos, ¡no se angustie!… Si los ve ojerosos e indiferentes ya no se preocupen. .¡Sus hijos no tienen lombrices! ¡Ni están anémicos! ¡Sus hijos viven el mal del siglo!
¡Véalos, obsérvelos, todos los días, a todas horas y en todo lugar, moviendo su dedito! Ahí están absortos, metidos, pegados a su tablet o a su celular.
No escuchan, no hablan. ¡Sí, sus hijos están enfermos! ¡Tienen deditis”! Es ¡la epidemia del siglo veintiuno!
¡Yo tengo la receta! no es un jarabe, ni una pomada. Ni es una pócima mágica como las que vendía en el siglo antepasado el famoso médico suizo Juan Rafael Merauyock, que vino a esta capital para hacerse rico con sus brebajes, a quien la gente por no poder pronunciar su nombre le decía Merolico….¡Qué no le digan que no le cuenten! No hagan caso cuando digan ¡merolico cierra el pico!
La receta es efectiva, mágica y no se cobra. Los padres no deben tentarse el corazón para actuar. Esos aparatos del demonio, el celular y la tablet, ¡escóndalos o véndalos!
Claro, ¡por su puesto! Que no se den cuenta sus chavos.. No hay de otra. Es el camino para curar, aliviar, sanar a sus hijos.
Si sus muchachos se ponen furiosos, por la pérdida de sus aparatos, prométales que les comprará uno más moderno, pero en el plazo de uno a dos meses, a fin de reunir el dinero necesario para ello, y en ese tiempo se empezarán a sanar de la “deditis”.
Como les dije, el mal de moda tiene curación. Pongan atención, señoras y señores. ¡La receta es gratis! ¡Esconda o venda esos aparatos del demoni!¡ Conviva con sus hijos. ¡Llévelos al cine, al teatro, a cenar!
¡Platique con ellos, escúchelos. Deles todo el tiempo que puedan! Sus hijos necesitan comprensión y cariño. ¡En sus manos está la salvación! Yo solamente les doy la receta. .Ante la ausencia de esos aparatos del demonio, la familia se volverá a unir. Volverán las pláticas en las comidas y volverá la paz a su hogar.
Yo no cobro solamente pido ayuda voluntaria. Lo que ustedes gusten dar, señores y señoras. Necesito juntar dinero ¡para comprar mi tablet, que me rompió mi vieja!..¡Qué no le digan, qué no le cuenten!