Pobre nivel político
¬ Augusto Corro jueves 26, Nov 2015Punto por punto
Augusto Corro
Es muy pobre el nivel político de las discusiones entre los que aspiran a las candidaturas presidenciales para el 2018.
Quienes asomaron la cabeza centraron sus pleitos en nimiedades que los colocan muy lejos de los verdaderos problemas que padece México.
De seguir esa tónica política, en el 2018 habrá más de lo mismo si bien nos va.
Por ejemplo, el líder del Partido Acción Nacional (PAN) se montó en la necedad de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales.
Es posible que se trate de algo indispensable para cualquier democracia. ¿Pero no sería mejor que ese partido luchara contra la pobreza o la inseguridad?
EL “ROBIN HOOD” TABASQUEÑO
De Andrés Manuel López Obrador no se espera nada trascendente. Ya se sabe que su estrategia política se decide de acuerdo como sople el viento.
Ahora se encuentra en su papel de “Robin Hood” en su natal Tabasco. Donde libra una lucha contra el gobernador, Arturo Núñez Jiménez, quien le dio de puñaladas políticas traperas.
En aquella entidad, López Obrador se organizó para ayudar a aquellos usuarios que son víctimas de los altos costos de la energía eléctrica.
Podría tratarse de una acción positiva, pero que estaría muy lejos de una lucha de principios, ideológica que transformara a México. No. El tabasqueño se va por la vía fácil del populismo.
MARGARITA ¿OFENDIDA?
La aspirante panista a ocupar nuevamente Los Pinos, Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa, trae un discurso pobre, también distante de la realidad que preocupa a los mexicanos.
Se entiende su posición como política panista, pues va acorde con lo que sucede en el PAN, un partido que se olvidó de sus principios para convertirse en una oposición manejable, obediente, sumisa a los intereses del gobierno federal.
El PAN se olvidó de la gente y la respuesta de los electores fue contundente y lo colocó en el tercer lugar como fuerza política detrás del PRI y el PRD, en las últimas elecciones presidenciales del 2012.
¿Y LA REFUNDACIÓN PANISTA?
A raíz de sus derrotas mayúsculas la cúpula panista ofreció la refundación de su partido, pero esa idea se diluyó. Sigue la misma organización política, con ligero cambio de sus líderes.
Gustavo Madero, el enemigo jurado de Calderón, decidió ampararse en una diputación. Su lugar lo ocupó Ricardo Anaya, que optó por convertirse en defensor de Margarita Zavala, ante los ataques de López Obrador.
El tabasqueño dijo que Margarita Zavala es una extensión de su marido Felipe Calderón. Es posible que así sea, pero esa declaración fue considera como sal en una herida.
“Es un cobarde al decir que Margarita Zavala es una extensión de su marido; ninguna mujer es extensión de su marido”, recalcó el líder panista. Luego calificó al tabasqueño de cobarde y retó a López Obrador para discutir el tema de la segunda vuelta.
La propia Margarita Zavala se defendió del señalamiento del dueño de Morena y aclaró que ese no es argumento válido para atacarla.
Como señalamos al principio, el pobre nivel de la discusión política continuará así y no hay pronóstico para saber cuándo cambiará.
SIN PERSPECTIVAS DE CAMBIO
Los panistas no ofrecen perspectivas de cambio. Morena continuará con el desgaste de su propietario, López Obrador, a quien se le ve hasta en la sopa, no sólo en los spots. Por cierto, sus adversarios políticos no entienden que los intentos de prohibir la propaganda televisiva ayuda más al tabasqueño, pues lo hace víctima, que es lo que busca.
Quedó claro que los aspirantes a la Presidencia de la República no ven más allá de su nariz.
Los problemas graves que enfrenta México como inseguridad, pobreza, desempleo, salarios, etc., no caben en sus agendas políticas. Seguramente esas banderas de lucha se las dejarán a algún candidato independiente, con más visión de lo que significa ser un luchador social.
En fin, la discusión entre los panistas y el dueño de Morena no pasa de un asunto trivial, de un simple comadreo, que deja muy mal parados a los flamantes líderes políticos. ¿O no?
Por cierto, ya esperamos los primeros ataques de la guerra sucia entre los políticos, que, seguramente, no tardarán en llegar.
LAS ELECCIONES ESTATALES
El próximo año habrá elecciones para cambiar a gobernadores en 13 estados.
Los partidos políticos deberán reajustar sus estructuras y escoger meticulosamente a sus candidatos, si no quieren llevarse un susto.
Los pleitos entre las organizaciones políticas tendrán que superarse y no es remoto que se mezcle el agua con el aceite. La izquierda y la derecha podrían olvidarse de sus odios para apoyar a un candidato común.
La idea de ganarle al PRI y al Partido Verde borrará los pleitos entre partidos políticos.
Ahora falta saber si el PRD y el PAN participarán unidos en los comicios veracruzanos. ¿Y en Puebla y en Oaxaca habrá alianzas?