El enviado de Manlio
Ramón Zurita Sahagún jueves 26, Nov 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Designar al senador Manuel Cavazos Lerma como nuevo delegado del Partido Revolucionario Institucional en Veracruz conlleva muchos mensajes, varios de ellos nada alentadores para su partido.
Cavazos Lerma no es hombre cercano al actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido, ya que hace más de 10 años (2002) le disputó infructuosamente la dirigencia nacional del sector popular, en una nada competida elección.
Ex gobernador como Manlio Fabio, Cavazos Lerma se quejó amargamente de la inequidad de la elección, donde Beltrones, hombre cercano a Roberto Madrazo Pintado, llevaba los dados cargados.
No quedó conforme el tamaulipeco con la victoria del sonorense, aunque si resignado aceptó su derrota.
Ese fue el despegue de Manlio Fabio, quien después de terminar su gestión como gobernador de Sonora fue relegado, sumamente cuestionado y hasta vinculado sin pruebas concluyentes con la delincuencia organizada.
El sonorense pasó cinco años en el ostracismo político, aunque se mantuvo al lado de su amigo Madrazo Pintado en la contienda electoral interna del PRI en 1999, con todo y que su gran amigo Emilio Gamboa Patrón fue uno de los principales operadores de Francisco Labastida Ochoa, convertido en candidato a la Presidencia de la República, la que perdió en las urnas.
Pero Manlio Fabio aprovechó el respaldo obtenido desde la secretaría general de la CNOP, con todo y la oposición de Elba Esther Gordillo que cedió el espacio al sonorense.
Después se vinieron en cascada la diputación federal y el tropiezo de ser derrotado por Elba Esther Gordillo en la disputa por la coordinación del grupo legislativo, pero en recompensa recibió la presidencia de la Cámara de Diputados.
Luego encabezó a los senadores priístas en la LX y LXI legislatura y se convirtió en el político indispensable en el Poder Legislativo. Nuevamente fue a la Cámara y ahora si coordinó a sus diputados, para llegar finalmente a presidir el PRI, algo que intentó en 2005, donde hubo de conformarse con coordinar la campaña presidencial de Roberto Madrazo Pintado.
Con ese historial de Manlio, su reinvención como político y en la búsqueda de sacar los mejores resultados electorales, la pregunta es para qué envió a Cavazos Lerma a Veracruz.
El panorama que encuentra en Veracruz Manuel Cavazos Lerma, lejos de ser halagüeño, es sumamente complicado: los dos principales aspirantes priístas al gobierno estatal, los senadores José y Héctor Yunes, se encuentran enfrentados con el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa.
Alberto Silva Ramos, recién designado presidente estatal del partido se encuentra empalagado con la posibilidad de convertirse en el candidato formal de su partido, apoyado desde el gobierno estatal, situación en la que compite con el también diputado federal (Silva también lo es) Eric Lagos Hernández.
La situación se complica más con la alianza sellada entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, con un candidato panista fuerte (Miguel Ángel Yunes) al gobierno estatal de dos años.
El electorado de Veracruz se siente sumamente lastimado por una serie de situaciones emanadas desde el gobierno del estado, que van desde un grave endeudamiento de las finanzas públicas, poca acción de obra pública y grandes adeudos para los proveedores.
El dinero de las arcas públicas no fluye y la cohesión entre los simpatizantes y militantes del tricolor es totalmente inexistente.
Por eso no se entiende el por qué Manlio envió un delegado enojón, de mal carácter, cuando lo que se requiere es un conciliador, que con energía ponga en paz a los grupos en disputa y se siente a dialogar con las partes en conflicto.
Manuel Cavazos no es un político de brega, estratega, que unifique, despliegue estrategia o alcance consensos. Por el contrario es hosco, su mal carácter lo identifica y en las condiciones en que se encuentra el priismo veracruzano chocará de inmediato.
El tamaulipeco sustituye a Jesús Medellín Muñoz, quien se eternizó en el cargo de delegado priísta en Veracruz, en virtud de su cercanía con Fidel Herrera Beltrán y el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Dos administraciones consecutivas soportó Medellín como enviado del CEN del PRI, por su cercanía con los dos mandatarios, aunque su trabajo realmente fue opaco y dedicó su tiempo a disfrutar de los placeres de la vida en el puerto de Veracruz.
Se trata de un político cuyo paso más destacado fue una diputación federal en la ya lejana XLIX legislatura del Congreso de la Unión y la dirigencia juvenil del PRI, donde Sami David fue su secretario particular y Fidel Herrera ocupó la vacante en el ya MNJR.
Su relevo, Cavazos Lerma es un buen economista, cuyos principales logros fueron ser el escollo más fuerte que enfrentó Porfirio Muñoz Ledo en el Senado de la República, cuando Cavazos Lerma lo frenó en seco y le dijo: usted no sabe de economía, primero aprenda y después hable.
Hasta entonces nadie le había hablado de esa forma Muñoz Ledo, quien estaba convertido en un torbellino de la izquierda, después de haber militado durante décadas en el PRI.
Pero Manuel Cavazos quien había sido uno de los hombres cercanos al ya para entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari , fue enviado como candidato al gobierno de Tamaulipas, donde gobernó seis años en forma deficiente en la que se inició la etapa más violenta de esa entidad, que la padece desde hace una veintena de años.
Lo que se desconoce es si Cavazos Lerma fue enviado a Veracruz como parte del epitafio priísta en esa entidad y si Manlio Fabio da por perdida la entidad con demasiada antelación.