Trump y el “discurso del odio”
¬ Augusto Corro martes 24, Nov 2015Punto por punto
Augusto Corro
El odio a los inmigrantes mexicanos enterrará las ambiciones políticas de Donald Trump, aspirante republicano a la presidencia de los Estados Unidos (EU).
El magnate de la construcción desde el inicio de su campaña preelectoral lanzó mensajes de franca provocación a los mexicanos.
De México dijo lo siguiente relacionado con los inmigrantes:
“Están enviando gente que tiene muchos problemas, nos están enviando sus problemas, traen drogas, son violadores, y algunos supongo que serán buena gente, pero yo hablo con agentes de la frontera y me cuentan lo que hay”.
De todas partes del mundo, jefes de Estado, organizaciones políticas y de derechos humanos, etc., condenaron los pronunciamientos hostiles y de odio contra los inmigrantes mexicanos, así como su deportación masiva.
En este tono de reprobaciones, 67 intelectuales, científicos y artistas hispanos firmaron una declaración de rechazo al “discurso de odio” del precandidato presidencial Trump.
Entre los firmantes se encuentran Fernando Savater, Mario Vargas Llosa, Juan Villoro, Enrique Vila-Matas, Alejandro González Iñárritu, Gabriel Zaid, Javier Sicilia y Martín Caparrós.
PUNTOS IMPORTANTES
En el documento se destacan estos señalamientos: El discurso de odio de Trump apela a las más bajas pasiones, como la xenofobia, el machismo, la intolerancia política y el dogmatismo religioso.
Lo anterior, inevitablemente recuerda campañas que en el pasado se han dirigido contra otros grupos étnicos, y cuya consecuencia fue la muerte de millones de personas.
De hecho, las agresiones físicas contra los hispanos y los llamados a prohibir el uso público del español han comenzado ya.
Los ataques verbales de Trump no se basan en estadísticas y hechos comprobados, sino en su muy personal e infundada opinión. No sólo desdeña a los inmigrantes hispanos (después podrían seguir otros grupos étnicos) sino que exhibe una peligrosa actitud contra sus oponentes a quienes tacha de estúpidos o débiles.
Los firmantes nos negamos a guardar silencio frente a las alarmantes declaraciones de Trump.
BEN CARSON, MEJOR COLOCADO
Anteayer se difundió el resultado de una encuesta efectuada en Estados Unidos, en la que el neurocirujano Ben Carson superó al magnate Donald Trump como favorito entre el electorado republicano en el escenario de la lucha por la candidatura presidencial.
El senador Marco Rubio también se colocó en el tercer lugar de las preferencias de los votantes del Partido Republicano. Aparece como gran perdedor el ex gobernador de Florida, Jeb Bush, a quien al inicio de la precampaña se le ubicaba como uno de los aspirantes más fuertes políticamente.
Queda claro que los electores estadounidenses están hartos de los Bush, que dos veces fueron presidentes de EU con los resultados que todos conocemos. Jeb empezó a pagar los platos rotos.
En el Partido Demócrata, Hillary Clinton parece que, por el momento, avanza sin mayor problema en la carrera presidencial.
LA “CHAROLA” DE ASESOR
El lodo vuelve a salpicar al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desde que empezó el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la imagen de los perredistas sufrió un constante desgaste. Primero, porque el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, de extracción perredista, fue acusado de ser el autor intelectual del secuestro masivo de los estudiantes.
Al alcalde también se le señaló como uno de los capos del cártel de “Guerreros Unidos” que participó en la tragedia de Iguala.
En Guerrero gobernaba Ángel Aguirre Rivero, también perredista. Por aquellos tiempos la senadora perredista, Dolores Padierna, pocos días después de ocurrida la desaparición de los normalistas y cuando huía Abarca, dijo que el entonces presidente del PRD, Jesús Zambrano, se reunió con el ex edil para planear su fuga, en lugar de entregarlo a las autoridades.
En el presente, el escándalo regresa. El Ejército y la Policía Federal capturaron al presidente municipal de Cocula, Guerrero, Erick Ulises Ramírez Crespo, perredista, junto con el líder del grupo criminal, “Guerreros Unidos”, Adán Zenén Casarrubias Saldo “El Tomate”. Los acompañaba Eloy Flores Cantú, quien mostró una credencial (charola) de asesor jurídico del grupo parlamentario del PRD en San Lázaro.
Se investigó para saber si el tal Flores Cantú trabajaba en la Cámara baja y no apareció en ningún registro. La credencial que llevaba fue firmada por un ex diputado perredista de nombre Catalino Duarte. Es decir, que se trataba de una documento de identificación falso, utilizado en quién sabe cuántos delitos. En México, portar una charola de asesor de legislador vale oro por la impunidad que brinda. Dar el “charolazo” es una práctica común.
Ahora, Zambrano, quien disfruta el premio de presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, en tono enérgico dijo que es necesario prohibir a legisladores emitir ese tipo de identificaciones.
Supone que es buena idea la prohibición de esos documentos, pero también sería obligado recoger las ya emitidas, para evitar su mal uso. Desde el punto de vista que se analice el asunto, el PRD es alcanzado por el lodazal que el mismo alimenta con conductas relacionadas con hechos delincuenciales.
Por otra parte, el alcalde Erick Ulises Ramírez Crespo estará arraigado 40 días, mientras se definen sus vínculos con la delincuencia organizada.