Los Yunes
Ramón Zurita Sahagún viernes 20, Nov 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
No serán Kramer contra Kramer, sino Yunes contra Yunes los que disputen la gubernatura chiquita de dos años en Veracruz, según apuntan los cálculos de panistas y priistas de esa entidad.
Es cierto que todavía existe un gran empuje desde el gobierno del estado a favor de los diputados Alberto Silva Ramos y Eric Lagos Hernández, pero estos parecen quedar rebasados por la situación convulsiva en que se desenvuelve la administración de Javier Duarte de Ochoa.
Los intentos que se hacen desde palacio de gobierno por empujar a alguno de los dos alfiles de la dinastía Fidel Herrera-Javier Duarte, no logran despegar, con todo y que les han dado armas para hacerlo.
Silva Ramos fue promovido primero como alcalde Tuxpan, donde contó con los recursos suficientes para hacer un buen papel, para después llevarlo al gabinete estatal, como secretario de Desarrollo Social y Coordinador de Comunicación Social, pasando por una diputación federal que ganó sin problemas y convertirlo en presidente estatal del PRI, para que construyera su propia estructura de campaña.
El paquete parece haber sido muy grande para él, ya que solamente fue cuestión de que Silva Ramos asumiera la presidencia estatal del partido tricolor, para comenzar a hundirse con errores provocados por excesos o desconocimientos políticos.
Sus declaraciones han pegado en la línea de flotación del partido, generando descontento, especialmente entre las mujeres del partido y las que no lo son.
Declarar que las mujeres candidatas serían sometidas a pruebas de embarazo y antidoping provocó que desde la propia dirigencia nacional del partido le hicieran un extrañamiento y le exigieron se disculpara.
Con todo y que aseguró que se trató de una broma, el sector femenino veracruzano no quedó conforme.
Pero si Silva Ramos ha logrado ser noticia de primera plana de los diarios veracruzanos, aunque no le sean favorables, Eric Lagos se ha quedado rezagado, con todo y el empujón que le proporcionó el propio gobernador, hace unos días en Acayucan, cuando lo presentó como un precandidato sólido. Lagos está considerado por el jefe de la dinastía (Fidel Herrera) como el alumno más avanzado, después de Javier Duarte, a quien llevó de la mano a la gubernatura del estado.
Quiso hacer lo propio con Lagos, pero desde los altos estratos políticos se consideró necesario sacar a Fidel de territorio nacional, para no entorpecer la sucesión en Veracruz y fue enviado como cónsul Barcelona.
Eric Lagos también fue paseado por cargos importantes en la presente administración como fue la dirigencia estatal del partido tricolor y la secretaría de Gobierno de donde emigró a la diputación federal, obteniendo una de las más altas votaciones de su partido en todo el país.
Su presencia en la Cámara de Diputados ha sido anodina, durante estos casi tres meses de gestión, por lo que su crecimiento se detuvo. Con todo y ello, los intentos por situarlo a uno de los dos como el candidato priista idóneo continúan, aunque no se ha conseguido posicionarlos en tal nivel.
Por eso, desde el centro se impulsa la candidatura de uno de los Yunes senadores priístas, los que muestran mejor posicionamiento, tanto en las encuestas como en el conocimiento que los ciudadanos tienen de ellos.
Las diferencias que han mantenido ambos (José y Héctor) con el gobernador Duarte de Ochoa les favorece en el ánimo de los electores, aunque por el lado de los gobernantes les han provocado una serie de molestias.
José es el más mencionado entre los círculos de poder, aunque los números no le dan lo suficiente, muchos menos si se trata de encarar a su tocayo de apellido, el panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Su figura no proyecta casi nada y ya sufrió una derrota electoral en 2006, en su primera intentona por ser senador, donde fue enviado hasta el tercer lugar de los resultados electorales, por detrás de la izquierda y de la derecha.
Pepe como es conocido, es de perfil bajo, aunque se estima que puede tener crecimiento en campaña y sus amarres en el sector financiero le pueden dar los argumentos necesarios para ofrecer sacar a Veracruz de la crisis económica en que se encuentra.
Héctor se encuentra mejor posicionado, ya que hace seis años disputó la candidatura del tricolor a Javier Duarte de Ochoa, aunque se disciplinó por el ofrecimiento de ir como candidato al Senado de la República.
La promesa se cumplió, aunque el ir como segundo en la fórmula le causó inquietud, pero ganó sin grandes problemas. Cuenta con grandes aliados políticos y sus amarres pasan por Gobernación, la dirigencia nacional del partido tricolor y un personaje clave en las decisiones cupulares, Alfredo del Mazo González, con quien colaboró en Banobras y coordinó su frustrada campaña al gobierno del Distrito Federal.
Héctor, es a decir de los analistas, mejor candidato que José, ya que además es primo hermano de Miguel Ángel y se daría un duelo electoral de igual a igual.
Los panistas ya tienen candidato en el diputado federal, Miguel Ángel Yunes Linares, quien irá de la mano con la alianza, ya sellada, entre derecha e izquierda, la misma que le causa repulsa al priista Manlio Fabio Beltrones.
Miguel Ángel tiene muy trabajado el electorado veracruzano y es quien controla la estructura partidista de Acción Nacional, aunque no es bien visto por los panistas conservadores y quienes aspiran a convertirse en candidatos de su partido, pero sin la alianza que propugna Yunes Linares.
El diputado federal blanquiazul es factor determinante para que funcione la alianza, en la que definitivamente no estarán ni Morena, ni mucho menos Movimiento Ciudadano.
La disputa de Yunes contra Yunes suena interesante y será la más atractiva de los doce procesos electorales del año próximo.