Mancera no puede con la ciudad
¬ Mario San Martí viernes 20, Nov 2015Consensos y disensos
Mario San Martí
- AMLO no conoce la legalidad
El caos vial que se padece en la capital del país se debe a diversos factores, que van desde la incorporación de más de 100 mil vehículos que se vieron favorecidos para circular diario, merced a un erróneo fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el Hoy No Circula, hasta las cientos de obras que se hacen en todo el Distrito Federal. ¿Y qué hace la autoridad capitalina para remediar el problema?
¿Mejora el transporte público?, no. ¿Evita la corrupción en los verificentros?, no. ¿Existe un programa de coordinación de las luces de semáforos en las vías principales?, no. ¿Se capacita a los elementos de la policía capitalina para agilizar el tránsito y usar el sentido común para descongestionar las calles?, no. ¿Se calendarizan las grandes obras para no asfixiar a la ciudad?, no.
¿Se hacen las obras viales para que a su conclusión renueven un problema de congestionamientos?, no. ¿Alguien en su sano juicio cree que cuando se acabe el segundo piso que sale a la caseta de Cuernavaca terminará el viacrucis que significa salir hacia Morelos o Guerrero?, no.
Y por si algo faltara en toda una lista de problemas que aquejan a la ciudad, hoy los capitalinos nada quieren saber de las autoridades en materia de tránsito y seguridad pública. Y es que con las nuevas multas que recién aprobaron en la Asamblea Legislativa, pareciera ser que las mismas tienen la finalidad de recaudar recursos para los jefes y, en lugar de levantar las infracciones, lo que hacen es estirar la mano con el socorrido argumento de “como lo arreglamos” ante cualquier infracción. En otras palabras, a los representantes de seguridad y tránsito les regalaron un antifaz para salir a la calle e impunemente detener a cuanto conductor de auto se les atraviese en su camino. Obvio, son recursos que jamás, o los menos, llegan a las arcas de la tesorería.
Y mientras todo ello ocurre, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, hace castillos en el aire imaginándose con serias aspiraciones para ser el próximo Presidente de la República.
¿Creerá Mancera que echándole la culpa a dependencias del gobierno federal de la mayoría de los males de la ciudad se solucionarán los problemas y que los capitalinos se reconciliarán con él?
Mientras él sueña con su máximo anhelo, la silla presidencial, el Metro está a punto de sufrir otro grave accidente por la sistemática falta de mantenimiento. Ante tantas omisiones, no se sabe a ciencia cierta quién es peor ¿Marcelo Ebrard o Miguel Ángel Mancera?, uno corrupto, otro incapaz; uno perverso, otro ingenuo; uno incapaz, el otro pendenciero; a uno se le cayó el segundo, piso al otro se lo bloquean.
Pobre de la capital de todos los mexicanos y sus atribulados habitantes, Miguel Ángel Mancera no puede con la ciudad que éstos le entregaron para gobernar. Mancera no puede con el gobierno del Distrito Federal y aún así sueña con algo mayor, que pena.
AMLO TUERCE LA LEY.- Con varios cuestionamientos en su trayectoria política, como aquello de que recibía financiamiento con recursos públicos del gobierno del Distrito Federal cuando encabezaba manifestaciones desde Tabasco a la capital de la República, allá por los años ochentas o de años más atrás, cuando era un niño en su natal Macuspana, donde se le acusaba de quedarse con las limosnas siendo monaguillo.
Hoy, el nombre de Andrés Manuel López Obrador está nuevamente en el ojo del huracán mediático, y no precisamente por sus dotes políticas, no, otra vez por su afán de torcer la ley, por su insistencia de beneficiarse con recursos públicos, como aquellos que -se dice- muchos empresarios le enviaban en maletas cuando estaba al frente del gobierno de la ciudad de México.
Otra vez con su actitud pendenciera de querer mandar al diablo a las instituciones, otra vez su actitud ventajosa, como cuando reclama un derecho sólo cuando no es beneficiado. Otra vez el Andrés Manuel de siempre.
Y es que para nadie es desconocido que, con el argumento de que la ley no lo prohíbe, su imagen está en todo el país y aunque no son tiempos de campañas electorales el ya inició la suya con recorridos a nivel nacional y aprovechó un hueco legal para promocionarse gratuitamente con spots que la ley otorga a los partidos políticos con registro en el rubro de utilización de tiempos oficiales.
Por supuesto, liderazgos de otras organizaciones detectaron la marrullera y tramposa acción del tabasqueño, por supuesto que ya hay propuestas de reformas políticas que revisen este tema y por supuesto que ahora el personaje, también conocido como “El Peje”, gritará que quieren bajarlo de la contienda presidencial, contienda que por cierto aún no comienza.
Hace unos días, Andrés Manuel presentó un proyecto alternativo para la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, más como un truco y estrategia política, para estar en los medios, que como una propuesta viable. Por supuesto que los técnicos y expertos en la materia ya opinaron sobre su proyecto y lo han calificado como inviable.
Pero el ruido no acaba aín, ante cuestionamientos como: “de qué vive”, “de dónde salen los recursos con los que financia su tempranera campaña política” y otros, el mandamás del Partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ya encontró una salida y todo indica que pronto sus seguidores lo ungirán oficialmente como dueño, perdón como dirigente nacional de ese organismo donde la única voz y voto que cuenta es la de Andrés. En fin, ese Andrés es el mismo que una y otra vez desconoce la legalidad y más aún cuando ésta no lo favorece.