Amarres perros
Ramón Zurita Sahagún jueves 12, Nov 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El martes desayunaban en la ciudad de México, Miguel Ángel Yunes Linares y Alejandro Sánchez Camacho, uno panista y el otro perredista, mientras en Veracruz se consolidaba la alianza estatal entre estos dos partidos hacia la elección del 2016.
De esa forma, se confirma el frente común que entre izquierda y derecha presentarán en el estado más codiciado de los 12, cuyas gubernaturas estarán en juego a mediados del año próximo.
La importancia de esta reunión pública es que Sánchez Camacho ha sido parte de la Comisión de Candidaturas del PRD y conoce los secretos de ésta.
Yunes Linares, diputado federal por Acción Nacional, está ubicado como el principal impulsor de esta alianza, la que considera fundamental para arrebatar la plaza al PRI.
Y es que Miguel Ángel, padre del alcalde de Boca del Río y del senador panista, es el mejor ubicado y ansía participar como cabeza de esta alianza.
Yunes padre cuenta con la estructura de su partido, algunos aliados de otros partidos y ahora el respaldo del PRD para convertirse en el candidato al gobierno estatal, que perdió hace seis años por poco más de dos puntos porcentuales ante Javier Duarte de Ochoa, herida que todavía no sana en el ex priísta.
Ahora confía en ganar, primero la candidatura y después el gobierno estatal, por lo que tiende puentes para asfaltar su ruta hacia Veracruz.
En su entidad natal, el ex priísta es conocido con el mote de “El Perro”, porque aseguran que no suelta jamás a su presa.
Así lo ha hecho con Fidel Herrera Beltrán y ahora con Javier Duarte de Ochoa, los dos gobernadores veracruzanos a los que se las tiene sentenciada que de llegar al gobierno estatal les revisará las cuentas hasta por debajo de las piedras y de encontrar irregularidades no dudaría en meterlos a la cárcel.
La disputa por Veracruz cada vez se le complica más al PRI, el partido en el poder que lejos de cohesionar a sus militantes y dirigentes los dispersa cada vez más.
Por eso, fue importante la presencia del presidente Enrique Peña Nieto en ese terruño y que los dos senadores de su partido se encontrarán presentes, ya que ambos mantienen diferencias y distancia con el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En Veracruz se considera que uno de los Yunes priístas será el candidato de ese partido, aunque las opiniones se dividen y establecen que José Francisco “Pepe” no ganaría, mientras que Héctor si lo haría.
Versiones hay de todo tipo, ya que otros más señalan que de no ser Héctor el candidato del PRI podría tomar otro rumbo o, incluso, apoyar la candidatura de su primo Miguel Ángel.
La situación está tan revuelta en las filas del priísmo que hasta hace poco se aseguraba que el candidato del gobernador era Alberto Silva Ramos, ahora presidente estatal del partido, pero apenas el sábado pasado la versión cambió ante el albazo dado en favor del también diputado federal Eric Lagos Hernández, secretario de Gobierno en la administración de Javier Duarte de Ochoa, donde también presidió el PRI.
Los priístas alientan la participación del dirigente nacional del Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, quien ya compitió en 2004 con una buena votación.
La importancia de que Dante entre a la competencia es que Dante tiene cuentas pendientes con Miguel Ángel Yunes, quien desde la secretaría de Gobierno de la administración de Patricio Chirinos Calero fraguó toda la estrategia para enviarlo a la cárcel.
De esa forma se fragmentaria el voto en tercios, con mayores posibilidades para los priístas, ya que de ir el dirigente de Movimiento Ciudadano lo haría siendo respaldado por el Movimiento de Regeneración Nacional.
Veracruz se ha convertido en un apetitoso bocado para los principales partidos, considerando que los más de 5 millones y medio de electores, unidos a casi siete que irán a las urnas en Puebla y Oaxaca, podrían inclinar la balanza en los comicios presidenciales del 2018.
Según las cuentas priístas, Puebla es una entidad perdida para el tricolor, por el control que mantiene el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas, quien sabe que ganando la elección de 2016 confirma su posicionamiento hacia la candidatura presidencial del PAN y que perdiendo disminuyen sus posibilidades.
Los panistas tiene un candidato fuerte para la gubernatura en la persona del alcalde capitalino Tony Gali y que la alianza entre panista y perredista reafirma el posicionamiento como fuerza política principal.
Oaxaca se encuentra en otro tenor, donde las disputas entre ex gobernadores plantean un escenario diferente.
Las condiciones se encontraban dadas para un eventual triunfo del PRI, con un candidato fuerte, arropado por la clase política del tricolor, pero las cosas cambiaron con las travesuras que se hacen los ex gobernadores José N. Murat y Ulises Ruiz.
CAMBIO DE PRESIDENTE
Parece ser que un mal fario persigue al nuevo dirigente estatal del PRI en Veracruz, Alberto Silva Ramos, desde que asumió el nuevo encargo.
Su presencia en la Cámara de Diputados se desdibujó y en la dirigencia del partido también. La posibilidad de que el PRI establezca pruebas de embarazo para las candidatas mujeres desató una polémica sobre la actuación de Silva Ramos.
Para colmo de males, dejó de ser el “delfín” de Javier Duarte de Ochoa, condición que adoptó Eric Lagos Hernández y perdió hasta la presidencia de la Comisión de Población de la Cámara de Diputados.
En su lugar fue designado otro diputado veracruzano, Adolfo Mota, quien asumió la presidencia de dicha Comisión de Población.