Salinas, Paco Gil y Bailleres
Francisco Rodríguez martes 10, Nov 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Lo que arroja el análisis de las decisiones y sucesiones en la política es deletéreo, propio de un sistema de toma de decisiones, en grado sumo, capitaneado por gente sin luces, pudor, decoro y, lo más grave, sin algún apego a los intereses del país.
Ningún mecanismo de transparencia y rendición de cuentas los puede alcanzar, porque todas estas trampitas han sido diseñadas a su modo. Si falla la carnada, entra en escena la corrupción generalizada para soslayar, encubrir y ajustar cualquier cosa que haya quedado mal acomodada.
En este afán, todos están involucrados: el sistema político; el sistema de fiscalización; el sistema de partidos políticos y franquicias, maiceadas; el sistema judicial; el sistema legislativo, con diputados y senadores incoados por delitos comunes y patrimoniales contra la nación…
… el sistema financiero, corroído desde las cúpulas y fortalecido por las leyes bursátiles y mercantiles del neoliberalismo cordobista —no salinista, pues el verdadero presidente era el francés; no el de la Narvarte, prematuro tardío, sin desarrollo cerebral posible— y los gobiernos locales, hijos pródigos de los jefes de la banda.
Cordoba Montoya, el infiltrado de Washington y NY
José López Portillo eligió como sucesor a Miguel de la Madrid por su habilidad para presentarle en Los Pinos “con cuadritos, bolitas y flechitas” el estado del presupuesto, las actividades económicas y las figuraciones que el “hombre gris” tenía sobre el país. Rutas críticas, curvas de conflicto, sistemas de cuentas nacionales y corridas financieras, preparadas ad hoc por los jefes del infiltrado Joseph Marie Cordoba, desde sus escritorios en oficinas imperiales en Washington y Nueva York.
Como López Portillo era abogado, náufrago en las teorías idealistas del Derecho, no entendía ni jota, pero en su vanidad se sentía halagado por estar rodeado de tantas “lumbreras financieras” que descarrilaron todo lo que encontraron a su paso. Al final, despreció a su especie jurídica generacional y se entregó en brazos de los lambiscones, de lo que muy tarde se arrepintió.
La tarea política que el “hombre gris” desarrolló en tres años desde la Secretaría de Programación y Presupuesto consistió en desparramar los recursos públicos sobre las humanidades y bolsillos de Rosa Luz Alegría, la pícara favorita; Margarita, la hermana que le enseñó a leer, y su júnior, el desdichado “orgullo de su nepotismo” José Ramón. Todo lo demás fue puro coser y cantar. El “hombre gris” arrasó con sus oponentes… y con lo que quedaba de país.
CSG ni siquiera sabía escribir; Camacho lo ayudaba
La fantochada evolucionó hasta el ridículo, desde “endenantes”. Cuando Raúl Salinas Lozano le suplicó al entonces subsecretario de la SHCP, Héctor Hernández, empleara a su hijo Carlos, “doctor” en economía recién graduado en Harvard, el que luego sería secretario de Comercio lo derivó con Francisco Gil Díaz, a la sazón director de Estudios Hacendarios de la dependencia.
Paco Gil, que había sido alumno de Milton Friedman, mentor icónico de los Chicago Boys, recibió a CSG en su oficina, y azorado le preguntó sobre qué había sido su tesis en Harvard, a lo que Salinas de Gortari contestó que “sobre Zapata”. Paco estalló cinco minutos en carcajadas burlonas… ¡a quién se le ocurría hacer una tesis doctoral de economía sobre Zapata en Harvard! y cuando se repuso, aún secándose las lágrimas con un pañuelo, le encargó que hiciera la “corrida financiera” sobre una deuda de la Secretaría.
Como en su vida había oído hablar del asunto, el mendicante Carlitos le pidió auxilio a uno de los alumnos de Gil Díaz, Manuel Cavazos Lerma, quien lo sacó del apuro, pidiéndole a Pedro Aspe, otro joven egresado de la Universidad de Illinois, se la hiciera. Contentos por haber encontrado la solución, se dieron a la tarea de preparar la llegada del chaparrito.
A los pocos días, como legionario regresado victorioso de Las Galias, Carlos Salinas de Gortari se apersonó con quien sería su jefe, Paco Gil, a presentarle el producto de su gran esfuerzo. Cuando Gil vio el documento, de inmediato le reclamó, burlándose en su inexpresiva cara… ¡que seguramente el estudio se lo había hecho Aspe!
Vergüenza para Harvard, las burlas de un Chicago Boy
No era la primera vez que Salinas pasaba por esta vergüenza. Unos amigos de él me platicaron que lo mismo sucedía cuando entregaba artículos firmados con su nombre a la revista Pensamiento Político, órgano ideológico del echeverrismo, o al Trimestre Económico, que dirigía don Daniel Cosío Villegas… y a otros más.
Incluso, se habla de que la famosa tesis sobre Zapata, dirigida por el experto en el tema John Womack, para lograr el doctorado en Harvard, fue redactada y revisada, de cabo a rabo, por el finado Manuel Camacho Solís, quien siempre ayudó a Salinas a solventar los malos tragos académicos.
En todo caso, estoy seguro que si en Harvard hubieran sabido de la burla de los Chicago Boys, por medio de Paco Gil, hacia uno de sus egresados en México, le hubieran arrancado al impostor chaparrito hasta las falsas charreteras!
La perenne mediocridad de Salinas: culpa a otros
El asunto es que ya presidente, Miguel de la Madrid, opinaba que el jefe de los Chicago Boys, Paco Gil, era el hombre más inteligente que había en México. Todos sus cercanos, apostaban doble contra sencillo que sería el elegido. Pero se atravesaron las audacias y los chantajes sentimentales de Salinas sobre el mediocre “hombre gris” y no sólo se cobró las afrentas académicas, sino lo borró del mapa político, al hacerlo subsecretario de Hacienda, donde no tenía voz, menos voto.
Y es que Salinas se plegó a todas las indicaciones de su jefe, el infiltrado de la mafia financiera internacional, el real presidente, Joseph Marie Cordoba, y firmó las actas de defunción del Estado mexicano. Remató y regaló todas las empresas públicas, desbarató los sistemas protectores de la industria nacional y desapareció el poder adquisitivo de la población.
Ahora se dedica a comprar todas las farsas de foros, Summits y cualquier otra conferencia organizada supuestamente por rotativos extranjeros, para presentar sus quebrantos emocionales y echarle la culpa del desastre del país a sus sucesores, porque “no supieron aprovechar las bondades del TLC… ante la falta de reformas estructurales retomadas por el actual gobierno”.
Una plataforma de Pemex para salvar a empresa de Gil
Paco Gil, como buen gato de siete vidas, siempre ha sido un protegido del poder financiero transnacional. Ejecutor de todos los caprichos académicos de Raúl Bailleres. Fue él quien consolidó a los dirigentes y los programas del ITAM, una de las instituciones más costosas para las esperanzas del pueblo. Ahí se han formado todos los que le han clavado hasta la última estaca. El pasado reciente de Paco ha estado enlutado por tragedias familiares. Se dice que sus parientes judíos, los poderosos Coppel de Sinaloa, nunca vieron con buenos ojos que un musculoso lanchero mazatleco, sin ser judío, hubiera cautivado a la mamá del gerifalte.
Atribuyen varios relatores, que esa frustración de la famiglia haya sido la causa del espantoso accidente donde el marino perdió la vida, al explotar el barco pesquero en el que laboraba a escasa distancia de la Bahía de Olas Altas. A lo mejor se deba a leyendas de la imaginería de los habitantes del puerto.
El exitoso Paco Gil, es representante en México de Movistar, el brazo ejecutor de la Telefónica española, y ha hecho bastante daño en la demolición permanente de Petróleos Mexicanos. De la mano de sus parientes judíos, los White, los Coppel, y su palafrenero Luis Ramírez Corzo (¡… y Hernández!, ahora es hasta aristócrata) a quién llevó hasta la Dirección de Pemex…
… fundó, con sus influencias, usted sabe, la empresa petrolera Oro Negro, la que cuenta en su Consejo a José Antonio Cañedo White, (hijo del consentido de la familia Azcárraga), sobrino de Paco Gil y a otros estadounidenses de sospechosa reputación, y obtuvieron, ante la quiebra inminente, que Pemex les adjudicara el reciente 28 de octubre, una quinta plataforma, que funcionó como salvavidas…
… para poder solventar el pago de 4.8 millones de dólares que estos rufianes debían a sus accionistas. Gonzalo Gil White, hijo de Paco es el actual director general de esta empresa fracasada y subsidiada con dinero de los contribuyentes mexicanos. Para mayor vergüenza, si es que hay, Luis Ramírez Corzo …y Hernández!, ex director de Pemex, es el presidente de la fantasmal “Oro Negro”. ¡De funcionario a contratista!
La famiglia en el lavado de dinero de HSBC
Experto en intrigas palaciegas, Paco Gil llevó a su sobrino Juan José Suárez Coppel a la Dirección de Administración y Finanzas de Pemex. Desde ahí le hicieron la vida de cuadritos a Raúl Muñoz Leos con Fox para que éste lo destituyera. Al no lograr sus propósitos, cambiaron de giro y se incrustaron, junto con la famiglia en el banco HSBC.
El hijo de Óscar Levín Coppel, de nombre Estaban Levín Balcells, junto con su tío Juan José Suárez Coppel, ambos egresados de la Universidad de los Chicago Boys, se hicieron del manejo corporativo de HSBC y aparecieron en diversas investigaciones sobre lavado de dinero, sobre todo en la relacionada con Zhenli Ye Gon, cliente de la Institución, famoso trasegador de metanfetaminas procedentes de Manzanillo.
(A pesar de lo anterior, o a lo mejor, gracias a eso, el beodo Felipe Calderón nombró a Juan José Suárez Coppel en 2009, director general de Pemex!) Los años dorados de los bribones de la fantasmal empresa “Oro Negro”.
¿Por qué la Marina Armada allanó las oficinas de Bailleres?
¿No sería mera coincidencia con la investigación frustrada que hace poco quiso realizar la Semar en la calle Moliere, en el despacho de la empresa petrolera BAL, propiedad de Raúl Bailleres, al encontrarse papelería de esa razón social en un contenedor con droga en la aduana de Manzanillo?
Porque como todo quedó en familia, ya no puede ser coincidencia, me resisto a creerlo, que una vez que Pemex ha sido desaparecida como en un acto de magia de David Copperfield, la empresa BAL de Bailleres, medalla Belisario Domínguez 2015, haya contratado los servicios de Carlos Morales Gil —¿le suena este segundo apellido?—, jefe de exploración y explotación de todos los subsuelos del país. Hasta la prensa europea se conmocionó al enterarse de que Morales, dueño absoluto de la cartografía petrolera estratégica de México, ahora esté al servicio del minero-petrolero-financiero Raúl Bailleres, poseedor de la Medalla emblemática que otorgó el Senado.
¿Si ya le dieron a Bailleres 2 millones 200 mil hectáreas del país para sus explotaciones de oro y plata, y las reservas probadas petroleras, por qué no de una vez, las 197 restantes? ¿Cómo se irá a llamar ahora lo que queda de país?
Porque, cargando a estos especímenes, ¡a lo mejor nunca fuimos nada!
¿Algo queda del país? ¿Usted qué cree?
Índice Flamígero: ¿Casualidad? En el 2005, cuando Emilio Gamboa Patrón también pastoreaba a los priístas en la otrora Cámara alta, el recipiendario de la Belisario Domínguez fue otro empresario: Gilberto Borja Navarrete. La diferencia, empero, fue la calidad moral de este último, quien mantuvo a ICA fuera de toda sospecha y en un buen nivel técnico en aquellos tiempos.