Vivir a través de la televisión
¬ José Antonio López Sosa martes 24, Ago 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La noche del domingo se llevó al cabo una transmisión paralela entre los medios de comunicación sumados a la denominada “Iniciativa México”, en ella se expusieron con lujo de morbo, cada una de las carencias y áreas de oportunidad a las que los ciudadanos nominados hacen referencia en sus muy respetables iniciativas.
Debo confesar que no dudo ni una fracción de segundo de la buena voluntad de cada uno de los ciudadanos que inscribió su iniciativa; sin embargo, los organizadores, la forma y el fondo me parecen deleznables. ¿Con qué moral una empresa como Televisa convoca a un ejercicio de esta naturaleza mientras por otro lado recibe importantes beneficios en materia de espectro radioeléctrico y telecomunicaciones?
Se convocó a la gente a llamar y mandar mensajes de texto para votar por su iniciativa favorita y con ello dar un sentido de participación ciudadana, la misma fórmula que usan en sus reality shows y en sus telenovelas, que la gente viva a través de la televisión, que al hacer una llamada telefónica o enviar un mensaje de texto sientan que son parte de una decisión, de una forma de vida o de una vida en sí misma, me parece que intentan que la gente viva a través de la televisión ante una adversidad tan turbia que la mayoría de los mexicanos vive día con día, este es el aspecto negativo de la televisión en México, que extralimita sus funciones empresariales legítimas y se consolida como un poder fáctico a través de demostraciones de fortaleza como la que la noche del domingo vimos con la cantidad de gente que llamó para votar por tal o cuál iniciativa.
¿Esa es la visión de una democracia desde la televisión?, ¿no es acaso necesario que para una iniciativa de esta envergadura sean especialistas quienes decidan cuál es más factible y/o necesaria?
Lamentablemente, mucha gente vive a diario a través de la televisión, en muchas comunidades de este país resulta mucho más fácil que llegue la señal del “canal de las estrellas” que una escuela rural o cuando menos, un maestro. En muchas comunidades es más fácil que los adolescentes conozcan el sexo mediante las telenovelas que mediante una formación en sus escuelas. Ello quizás no es responsabilidad completa de la televisora, pero sí del estado mexicano por permitir excesos y acceder de forma sumisa a sus deseos, además del sistema como han concesionado estos espectros dicen, propiedad de la nación.
Satisfechos estarán de hacer sentir que la gente participa en una serie de iniciativas, cuando del otro lado gozan de créditos fiscales y bondades bajo la amenaza de salir de pantalla, ¡bonito país!
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