El Jefe Diego
¬ Augusto Corro martes 24, Ago 2010Punto x Punto
Augusto Corro
UNO
Pasan cien días y la desaparición de Diego Fernández de Cevallos El Jefe y todo sigue en el más absoluto de los misterios.
Así que cualquier comentario u opinión cae en el terreno de la especulación pura.
Después de tres meses sin saber del paradero del controvertido abogado y político, solamente se espera la información que los secuestradores deseen dar a conocer a los familiares de la víctima.
Como no interviene ninguna policía y la comunicación es a cuentagotas, muy poco se sabe de negociaciones para la liberación de Fernández de Cevallos.
En el tiempo mencionado dos fotografías de El Jefe Diego en cautiverio fueron conocidas por la opinión pública. Ambas, testimonian que el secuestrado sigue con vida.
De las numerosas especulaciones del caso, algunas traen un poco de sentido común y otras son verdaderos disparates.
La realidad nos dice que El Jefe Diego fue secuestrado por una banda de delincuentes que persigue un rescate multimillonario. Quizás se trate de un grupo de maleantes con suficiente inteligencia para burlarse de la ley. Y no es remoto que entre los plagiarios se encuentren ex policías. Por lo menos así lo expresan los expertos.
Resolver un caso como el de Fernández de Cevallos es muy complicado, debido a sus múltiples injerencias en la política y en los asuntos relacionados con su calidad de abogado de reconocido prestigio.
Su peso en el mundo de la política es incuestionable. Salvo alguna acción guerrillera, ningún partido político, realizaría acciones desesperadas, como el plagio de un adversario, que tarde o temprano tendrían que conocerse. De esta manera, sólo queda el asunto económico.
Y se deduce que entre plagiarios y familiares de El Jefe Diego existen pláticas para fijar la cantidad de dinero que se pagaría para obtener la libertad del secuestrado.
Los delincuentes no tienen prisa alguna. Fernández de Cevallos en su última comunicación que se conoce, le pide a su hijo que no escatime esfuerzos, en ningún sentido, para llegar a un arreglo con sus captores, pues es un infierno el que está viviendo.
El plagio o desaparición de El Jefe Diego se da en tiempos muy difíciles para México. Para empezar, son numerosos los secuestros que realizan con total impunidad. El gobierno federal libra una lucha contra el crimen organizado en el que los muertos pasan de veintiocho mil. La corrupción y la impunidad flagelan a una sociedad harta de tanta violencia.
De ahí que la suerte del secuestrado sea más que incierta.
DOS
Alguien debe exhortar a los funcionarios a reflexionar y pensar antes de abrir la boca.
¿Cómo es eso de que falta poco “para que maten a un gobernador”?
Bueno, se trata de una declaración del gobernador electo de Sinaloa, Mario López Valdez Malova.
Dijo que el existe el riesgo de que un mandatario estatal pueda ser asesinado por el crimen organizado, debido a la escalada de violencia e inseguridad que afecta a nuestro país.
Extraño que Malova se preocupe por sus colegas que invariablemente son protegidos por decenas de guaruras que siempre van armados hasta los dientes.
Para apoyar sus palabras, López Velarde se refirió a Luis Donaldo Colosio, aspirante a la presidencia de la República; a Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador; a legisladores y al presidente municipal de Santiago, Edelmiro Cavazos Leal, todos asesinados a tiros.
“No tardan para que puedan matar un gobernador. Como van las cosas nadie puede descartarlo, yo quisiera decirlo para que no ocurra, para que estemos alertas”, recalcó.
Y dijo que la única manera en que los funcionarios pueden protegerse de ataques del narcotráfico es evitar vincularse con bandas del crimen organizado y no prometer “cosas que no se pueden cumplir”.
¿Qué quiso decir el candidato electo? Que los políticos acribillados a tiros no cumplieron sus compromisos con el crimen organizado.
Señaló que a raíz de la muerte del candidato a gobernador en Tamaulipas, Rodolfo Torre, aceptó que elementos de seguridad privada lo acompañen de manera constante.
Bueno, Malova presume su poder político y económico que lo protege de la delincuencia organizada.
¿Y el resto de la gente de a pie?
Son millones de personas las que tienen que valerse de sus propios medios para defenderse de las agresiones de la delincuencia. Pobre de aquél que se encuentre en medio de una balacera como las que suceden a diario en cualquier parte del país.
Las palabras de Malova sólo vienen a sembrar más terror en una población que padece los embates del crimen organizado. Los gobernadores son seres muy protegidos, poderosos, dueños de vidas y haciendas. Son respetados por el hampa aunque no cumplan sus compromisos.
Y TRES
Otra vez los mismos temas y sus correspondientes convenios tramposos de los partidos políticos.
Hablamos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que una vez más rechaza gravar alimentos y medicinas para el paquete económico del 2011.
En el 2009 en actitud teatral, los priístas juraron que para 2010 no habría aumentos en los impuestos, pero ocurrió lo contrario. La carga impositiva se aumentó y se amplió.
Y es casi seguro que alguna jugarreta priísta ayude al gobierno federal panista a alterar los impuestos para perjudicar a la población, específicamente a los millones de personas de escasos recursos económicos.
Si la carestía en la canasta básica es alarmante, mayor es el problema en las medicinas. Sin embargo, nada se hace por controlar los precios que varían de una farmacia a otra.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) sigue amenazante sobre los sectores más vulnerables de la población y de manera particular a los millones de mexicanos desempleados.
Y es una verdadera amenaza porque el gobierno federal panista en el renglón económico no le encuentra la cuadratura al círculo. Es decir, sus funcionarios dedicados a la hacienda pública no tienen ni la menor idea de incrementar los impuestos.
Se van por el camino más sencillo: aumento a los precios de la gasolina y mayor porcentaje a la tasa impositiva en la recaudación cautiva.
El IVA pende como una guillotina de un hilo muy delgado.