CEN no está pintado
¬ Gustavo Mora martes 24, Ago 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Cuando al Comité Ejecutivo Nacional del PRI le da por dejar la pacharrudez que muestra habitualmente y hacerse sentir con una decisión política de esas que sacuden al mundo político, lo consigue.
Por ejemplo, cuando Roberto Madrazo Pintado ordenó a los diputados priístas de la LX Legislatura federal que desconocieran a Elba Esther Gordillo como su coordinadora en San Lázaro y pusieran en su lugar a Emilio Chuayffet Chemor, la bancada salió ganando.
O cuando Beatriz Paredes Rangel tomó la decisión de expulsar de las filas priístas a la matriarca del magisterio que abiertamente hacía alianzas para jugarle cubano al partido tricolor.
La expulsión de Raúl Salinas de Gortari de la nomenclatura priísta a la que su hermano Carlos trató de culpar de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio Murrieta y José Francisco Ruiz Massieu que fueron ordenadas desde Los Pinos y por una pésima relación familiar con el que fue su cuñado, no sorprendió a nadie, pero no se atrevieron con el que había autorizado esos crímenes.
La otra cara: el pleno de los diputados priístas de la LIX Legislatura federal exigió al Comité Ejecutivo Nacional que postulara a su líder, Emilio Chuayffet Chemor, como candidato a senador por las legislaturas LXI y LXII, pero fuerzas internas entre las que estaba el actual candidato a gobernador de Guerrero, Manuel Añorve y corrientes mexiquenses que trataban de imponer la candidatura del clan Del Mazo, la dirigencia nacional los mandó a la goma y el resultado fue que el Estado de México, la entidad con mayor número de votantes en el país, se quedó sin representación senatorial, ya que la mayoría fueron ganadas por el PRD y PAN y en la lista de plurinominales mexiquenses no entró nadie. Así que por un capricho e intrigas y rivalidades políticas, el Estado de México quedó mostrenco en la Cámara de Senadores.
El Comité Ejecutivo Nacional echó su resto para que Roberto Madrazo Pintado y Víctor Cervera Pacheco no fueran sometidos a juicio político y desaforados como gobernadores de Tabasco y Yucatán. También, para salvar los pellejos del desprestigiado dirigente petrolero, Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, su avorazado tesorero en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. A Madrazo y Cervera los salvó una inolvidable y bien fundada defensa del desaparecido José Luis Lamadrid Sauza. Pero Beatriz Paredes Rangel ya estaba vendiendo la cabeza de Aldana al aprobar con Felipe Calderón Hinojosa, que era el coordinador de los diputados del PAN, un dictamen que no venía de la Comisión Jurisdiccional sino de otra Comisión, y que por lo tanto, era ilegítimo. Por un pelito se salvó Aldana, que fue llevado a juicio político, pero la mayoría priísta se encargó de echar abajo el dictamen condenatorio por el Pemexgate.
La tlaxcalteca Paredes Rangel acaba de ser acusada de no rendir cuentas de las prerrogativas que recibe el PRI del Instituto Federal Electoral, pero el Comité Ejecutivo Nacional la salvó y dijo que sí habían sido informados del uso de esos recursos.
Lo que sí de plano vale para una pura y dos con sal es el Consejo Político Nacional que cuenta tan poco, que ha tenido como titular hasta a Esteban Moctezuma Barragán.
Jorge de la Vega Domínguez hizo valer al Comité Ejecutivo Nacional cuando Miguel de la Madrid Hurtado ordenó expulsar del PRI a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, pero el chiapaneco tuvo largas juntas con ellos y no en sus oficinas, sino en su domicilio particular, hasta que por fin salieron del priísmo al ganarles por cansancio.
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Reciba nuestra más respetuosa solidaridad el senador priísta Jesús Murillo Karam, por el fallecimiento de su madre, María Karam viuda de Murillo. El hidalguense es uno de los mejores cuadros que tiene el PRI en su activo y lo mismo puede servir para presidente del Comité Ejecutivo Nacional, que para ser el coordinador de los legisladores en cualquiera de las dos cámaras que integran el Congreso de la Unión (diputados y senadores). Como orador es duro y es de los pocos que se han dado el lujo de contestar y bajar de la tribuna a Porfirio Muñoz Ledo, cuando el guanajuatense hablaba de las chapuzas priístas y Murillo Karam se levantó como resorte de su escaño para revirarle: “también se cometían cuando usted fue presidente del partido”.