¿De dónde?
Ramón Zurita Sahagún martes 3, Nov 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Concluyó la gestión del último de los nueve gobiernos que durante 2015 terminaron con su administración.
Se trata del único estado en el que el nuevo gobernante no fue elegido en las urnas, ya que por decisión del Tribunal Electoral se anuló la elección.
Con todo y ello la transición en Colima ocurrió en buenos términos con un priísta, Ramón Pérez Díaz, relevando a otro priísta, Mario Anguiano Moreno.
En Colima como en muchos otros estados del país, donde se realizó el cambio de gobierno, los ciudadanos esperan se efectúen amplias investigaciones sobre la administración saliente, ya que se considera, la rendición de cuentas no ha sido la adecuada.
Anguiano Moreno como otros gobernantes deja la administración sumamente cuestionado, con señalamientos de todo tipo, pero donde destaca el más reciente que es referente a la traición a su partido (PRI), para evitar la victoria de José Ignacio Peralta.
En Colima, al igual que en otros estados del país en los que asumieron nuevas autoridades, la población se encuentra a la espera de que sus nuevos gobernantes cumplan con sus promesas de campaña.
Es cierto que no resulta fácil la presentación de pruebas contundentes que muestren las irregularidades de las administraciones salientes, aunque se espera la existencia de las mismas para proceder.
Son varias las entidades en las que los cuestionamientos a los anteriores gobernadores han sido públicas, sobre presuntos actos de corrupción, aunado a abusos de poder que, incluso fueron motivo de alternancia.
Los pobladores de Sonora, Querétaro, Nuevo León, Michoacán y Guerrero, unos más que otros, se encuentran a la espera de la presentación de pruebas en contra de los anteriores mandatarios. En algunos de los casos ya transcurrieron casi dos meses, en otros 30 días del cambio de gobierno, sin que se generen resultados de ninguna clase.
En otros más donde procedió la alternancia, como son Guerrero y Michoacán, las denuncias en contra de los gobernadores defenestrados fueron parte de sus respectivos relevos.
Ángel Heladio Aguirre y Fausto Vallejo Figueroa, uno perredista y el otro priísta, son personajes a los que sus propios ciudadanos cuestionaron desde sus tiempos de mandatarios, señalando parte de las irregularidades que ellos o sus familiares cometían.
Fueron tantos los señalamientos que un hermano del gobernador de Guerrero, Carlos Aguirre Rivero y otros familiares, así como el hijo del gobernador de Michoacán y su principal operador político acabaron en la cárcel, por delitos distintos.
Tanto el gobierno de Aguirre Rivero como el de Vallejo Figueroa fueron sumamente irregulares, ya que uno se dedicó a la fiesta y el otro a solicitar licencias por enfermedad.
Pero ninguno de los dos solicitó ser relevado del cargo, con el pretexto de que los cargos de elección popular son irrenunciables, hasta que se tomó la decisión a nivel federal y tanto Aguirre Rivero como Vallejo Figueroa.
Los cambios de gobernadores resultaron iguales o peor que sus antecesores, ya que tanto Rogelio Ortega como Salvador Jara Guerrero, dieron muestra de su ineficacia.
Con todo y ello, Jara Guerrero fue promovido a un cargo federal, de nivel subsecretario en Educación Pública.
Sin embargo, los ex gobernantes más cuestionados de los que se espera, en sus respectivos estados, pasen a formar parte de la galería de ex mandatarios en la cárcel, son los Sonora y Nuevo León, uno panista y otro priista. Los compromisos de actuar en consecuencia fueron de los actuales gobernadores Claudia Pavlovich Arellano y Jaime Rodríguez Calderón, una priísta y el otro independiente.
Ella lleva poco menos de 60 días como gobernante, él ajusta los 30, sin los resultados prontos que esperaba la población que sufragó por ellos.
Ahora falta ver lo que sucederá en Colima, donde el nuevo gobernador, tal vez, no se atreva a investigar lo ocurrido en la administración saliente, bajo el pretexto de que es solamente interino y no tendría tiempo para actuar en consecuencia.
CALZADA ROVIROSA
El flamante secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, se está especializando en estrategias en el estado de Colima, donde fue enviado de emergencia para supervisar los trabajos preventivos y evitar mayores daños en la contingencia del huracán Patricia y ahora como enviado presidencial a la toma de posesión del gobernador interino de Colima, Ramón Pérez Díaz.
Sin embargo, los priístas colimenses esperan que no sea el encargado de la estrategia de su partido para la elección extraordinaria de gobernador, considerando que fue un pésimo operador de su sucesión en Querétaro, donde el priísmo fue arrasado, perdiendo todo, iniciando con el gobierno del estado, los principales ayuntamientos, las diputaciones locales y federales.
El empecinamiento de Calzada Rovirosa por impulsar a la candidatura priísta a su ex secretario de Gobierno, Roberto Loyola Vera, fue tan grande, tanto como el fracaso en las urnas, por, lo que nadie se explica el por qué de su promoción como secretario de Agricultura.
OMAR FAYAD
Sin medir las consecuencias con su pretendida ciberley, que se considera como un ataque a la libertad de expresión, el senador Omar Fayad se encuentra ubicado en el ojo del huracán.
No se sabe si la iniciativa de marras fue presentada para jalar reflectores, ante la inminente postulación del candidato priísta al gobierno de Hidalgo y donde Fayad se está quedando rezagado o si el legislador no supo medir las consecuencias de su iniciativa.
Omar Fayad es conjuntamente con el otro senador priísta, David Penchyna, así como la ex diputada federal Nubia Mayorga y el secretario estatal de Planeación en Hidalgo, Alberto Meléndez, las cartas que analiza el PRI para competir por el gobierno estatal el año próximo.