La muerte en nuestras tradiciones, el caso AMLO
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 2, Nov 2015Como veo, doy
Jorg Palacios
- Colima, dos muertes
- Guadaña y humo blanco en la UNAM
A propósito del Día de Muertos, efeméride que los mexicanos celebramos como una fiesta nacional llena de colorido, danzas y ceremoniales. Fecha donde recordamos a nuestros muertos entre ágapes y rezos, flores, ofrendas y veladoras, sin duda también es un espacio para hablar de la muerte, sea para reírnos de ella, llorar junto a ella o de plano para, en sentido figurado, desearle la muerte a los propósitos de alguien o de algo.
En ese marco festivo, como parte de nuestras tradiciones y en medio de simbolismos propios de la cultura mexicana, hoy habremos de referirnos a la muerte en estricto lenguaje imaginario. Por ejemplo, en política se menciona que en su adelantado proceso para la sucesión presidencial Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está más que muerto en sus aspiraciones a la silla del águila, y tal vez sí, pues a pesar de ir por tercera vez a esa competencia, hay indicadores que hacen pensar que el tabasqueño o ha aprendido muy poco en el terreno político o de plano le sigue ganando la soberbia.
Y es que, a tres años de distancia para dicha contienda electoral, el personaje, también conocido como “El Peje”, insiste que en 2018 su única alianza será con la ciudadanía, lo hace descalificando a liderazgos de otros partidos de las llamadas izquierdas, como el Partido de la Revolución Democrática, y menospreciando el surgimiento de candidatos que enarbolan la bandera de “independientes”. Resta en lugar de sumar.
Es cierto, el nombre del también llamado “Mesías tropical” aparece como puntero en todas la encuestas de opinión pública, rumbo a la sucesión presidencial, pero de eso a que se perfile como ganador, pues sinceramente hay una distancia abismal, porque esta brecha se irá cerrando en la medida de que otros partidos políticos definan a sus precandidatos. Obvio, aún sin hacer campaña, hay perfiles mejor calificados que en su momento podrían saltar al escenario político para enfrentar las aspiraciones del ex jefe de gobierno del Distrito Federal y ganarle.
Así que don AMLO, hágale caso al refranero popular y apréndase aquello de que: “no por mucho madrugar amanece más temprano”, aunque también queda claro que hay otro refrán que sentencia: “genio y figura, hasta la sepultura”, y en este caso es de esperarse que, en su afán de seguir vivo, “El Peje” seguirá lucrando con las necesidades de los que menos tienen, con mentiras, propuestas populistas y discurso fácil. Asústame panteón, ya le gritan desde varios lados.
PASO SIN VER.- A diferencia de Rosita Alvírez, a quien -según dice una conocida canción- de tres tiros que le dieron sólo uno era de muerte, al ex gobernador del estado de Colima, Fernando Moreno Peña, le dieron seis plomazos, pero ninguno fue de muerte y afortunadamente ya está en su domicilio convaleciendo.
El atentado contra el ex mandatario estatal fue, eso sí, dicen por esas tierras, como un preámbulo para invocar a la huesuda. Días después la calaca tilica y flaca se les apareció hasta en dos ocasiones a los colimenses, en la primera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) mató en una controvertida resolución el triunfo de la democracia.
Y es que la Sala Superior del TEPJF anuló la elección para gobernador en Colima por considerar que hubo injerencia indebida del gobierno estatal en los comicios del 7 de junio. El resolutivo instruyó a la legislatura estatal para que a la brevedad posible convoque a elecciones extraordinarias y designar a un gobernador interino, y al Instituto Nacional Electoral (INE) para que organice los comicios extraordinarios. Por lo pronto, no se ha definido la fecha del nuevo proceso electoral, aunque ya tienen gobernador interino.
Las elecciones anuladas las había ganado el priísta José Ignacio Peralta, pero con la decisión judicial miles de colimenses han señalado que dicha acción constituye, no una puñalada trapera a quienes salieron a depositar su voto en las urnas, sino un tiro mortal para la democracia local, pues con ellos se mató el ánimo político de quienes con transparencia y en ejercicio pleno de sus facultades dieron su voto al partido tricolor, pero aclaran que aunque es una muerte simbólica, los priístas están preparados para revivir el ánimo de sus militantes y simpatizantes para volver a ganar la competencia.
La otra muerte es la que el huracán “Patricia” dejó en su paso por Colima, porque mató extensas zonas de cultivo; mató una parte importante de la vida económica y social de diversos poblados del lugar. Aun así, los colimenses están echados pa’ delante, tienen vida y eso lo harán valer en terrenos de la economía y la política, no es la primera vez que les sucede, saben cómo hacerlo. Ora sí, que “vientos huracanados”.
VA MI RESTO.- Donde el proceso sucesorio por la rectoría sigue adelante y diez de sus candidatos gozan de cabal vida, es en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aquí también se habla de muertos, y no precisamente por el descarte de seis aspirantes, no, el fuerte olor a copal, las flores de cempasúchil y las calaveras, que se han hecho presentes en el campus universitario, es debido a la megaofrenda que ahora se instaló a un costado del estadio Olímpico, evento que sin duda contribuye a fomentar y conservar nuestras tradiciones mexicanas.
A unos pasos se vislumbra una filosa guadaña para cortar cabezas. Pero tal vez los expositores hayan dejado algo de copal para que la Junta de Gobierno envíe, llegado el momento, un mensaje de humo blanco con la frase “habemus rector”. Y hasta ahí, porque como veo, doy.