Nuevo escándalo sacude al PRD
¬ Augusto Corro lunes 2, Nov 2015Punto por punto
Augusto Corro
El nuevo alcalde de Cocula, Guerrero, Erick Ulises Ramírez, de extracción perredista, y el capo Adán Zenén Casarrubias “El Tomate”, capo del cártel “Guerreros Unidos”, implicado en el secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fueron detenidos por el Ejército, en Cuernavaca, Morelos, mientras “departían en una mesas con bebidas alcohólicas, donde se encontraban dos armas, una larga y una corta, así como un paquete con heroína”.
Con ellos estaba también Eloy Flores, quien dijo desempeñarse como asesor jurídico del partido del sol azteca. Las detenciones se efectuaron el jueves en la noche.
“El Tomate” tiene varios expedientes abiertos en la Procuraduría General de la República (PGR) por delincuencia organizada, contra la salud y homicidio. Es hermano de Mario y Sidronio, líderes de “Guerreros Unidos”. Este último en la cárcel desde el año pasado.
El escándalo principal que afectó al PRD se registró en septiembre del año pasado, cuando policías municipales de Iguala y Cocula y narcos de “Guerreros Unidos” secuestraron y desaparecieron a los estudiantes de Ayotzinapa. De acuerdo con las indagaciones federales, Sidronio ordenó la matanza de los normalistas.
En los basureros de Iguala y Guerrero, las autoridades localizaron más de un centenar de fosas clandestinas como parte de un escenario sangriento, que arrojó víctimas cuyo origen se desconoce.
El ex edil perredista igualense, José Luis Abarca, es juzgado por el plagio masivo y por antecedentes criminales durante su gestión como funcionario público. También su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, está en prisión por sus vínculos con la delincuencia organizada.
La matanza ocurrida en Iguala y sus repercusiones negativas no frenó las alianzas de políticos y delincuencia organizada. Por cierto, ¿en qué terminaron las investigaciones contra los alcaldes y sus relaciones con los cárteles de la droga guerrerenses?
Debido a la tragedia de Iguala, antes de las elecciones intermedias de junio, en los partidos políticos se tomaron medidas, eso dijeron, para evitar que aspirantes a cargos públicos con antecedentes penales participaran en la contienda electoral.
Ahora, con la detención del alcalde Erick Ulises Ramírez, eso que pregonaron los dirigentes del PLRD fue una mentira. ¿No fue investigado? ¿Llegó a la alcaldía tras sorprender a los líderes de su partido? ¿A la cúpula amarilla se le olvido el asunto de José Luis Abarca?
En el PRD el conflicto interno que propició el divisionismo interno y el desprestigio de sus políticos guerrerenses llevó a Carlos Navarrete, el presidente del partido, a su renuncia disfrazada. En este mes podrían efectuarse las elecciones para la renovación de la dirigencia perredista.
Mientras, la cúpula perredista busca la manera de justificar la presencia de un nuevo alcalde de su partido enredado en tramas de narcopolítica. Sin duda, esos escándalos de los amarillos afectarán a su partido en las próximas elecciones para cambiar 12 gobernadores en el 2016.
El nuevo gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, del PRI, al comentar el asunto, dijo “que es muy lamentable, muy reprobable que detengan a un representante popular en compañía de una persona que se está buscando o está ligada a bandas delincuenciales”.
CARGOS CONTRA ESPOSA DE ABARCA
Las autoridades federales acumulan más cargos contra María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, entre otros los relacionados con delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
La ex directora del DIF municipal se encuentra en la cárcel porque presuntamente formaba parte del cártel denominado “Guerreros Unidos”, del que recibía dinero para invertirlo en la venta y distribución de droga, así como para “lavarlo” en la compra de bienes inmuebles.
María de los Ángeles Pineda Villa está recluida en el Cefereso femenil, número 4, noroeste, en Tepic, Nayarit.
Desde el inicio de la tragedia de Ayotzinapa, la esposa del presidente municipal fue señalada como pieza clave en el desenlace de los hechos registrados la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 el año pasado.
La banda de Guerreros Unidos siempre fue dirigida por la familia Pineda Villa, y en ella sus hermanos eran los capos.
El secuestro y la desaparición de los 43 normalistas revelaron las componendas entre la clase política y la narcodelincuencia en la entidad guerrerense. El propio gobernador Ángel Aguirre Rivero renunció al cargo.