Rebeliones (II)
Ramón Zurita Sahagún viernes 30, Oct 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Quintana Roo es una entidad en la que se intentó estigmatizar a los no nacidos en el estado, cuando menos para que no ocuparan el gobierno estatal. Esta xenofobia partía de las filas priístas, ya que los demás partidos presentaban una y otra vez candidatos al gobierno estatal con diversos orígenes de la República.
Sin embargo, los priístas fueron cuidadosos en ese terreno y la repulsa fue olvidada.
Desde el propio gobierno del estado, Roberto Borge Angulo propone el rechazo a la eventual candidatura de Carlos Joaquín González, el priísta mejor posicionado en las encuestas.
Pero no lo hace solamente por el supuesto de no ser nacido en el estado, aunque toda su vida la desarrolló en esa entidad, sino por una afrenta personal, ya que hace seis años, Joaquín González fue su principal adversario interno para la candidatura.
En su propósito de descarrilar a Carlos Joaquín, Borge Angulo tiene un gran aliado en el senador Félix González Canto, ex gobernador de su estado.
Ambos (Borge Angulo y González Canto) pretenden convertir esa parte de la península de Yucatán en un coto privado, manteniendo su hegemonía del poder político y económico.
Le arrecian con todo al subsecretario de Turismo, lo marginan de los eventos y le siguen paso a paso sus aspiraciones cuando recorre el estado.
Además de acusarlo de no ser nativo del estado, lo señalan como propenso a la rebelión si no consigue la candidatura, la buscaría por otro organismo, ajeno al suyo, como lo intentó hace seis años, dicen.
Recuerdan que uno de sus hermanos fue gobernador y hoy es secretario de Energía, Pedro Joaquín y la hermana, Addy Joaquín, al no obtener la candidatura a gobernadora abandonó el tricolor y se postuló por otro partido.
La terquedad del gobernador y del ex gobernador mantiene en un hilo a la militancia, donde Carlos Joaquín mantiene respaldos.
Sin embargo, tanto Borge Angulo como González Canto tienen sus propios alfiles que proponen para abanderar a su partido: (“Chanito”) Toledo y José Mauricio Góngora Escalante, uno diputado federal y el otro alcalde de Solidaridad.
Como si eso fuese poco, existe una iniciativa propuesta por los diputados priístas para reformar la Constitución estatal y reducir los tiempos de los alcaldes y hasta del propio gobernador a un período de dos años.
La inconformidad en las bases priístas es manifiesta por el férreo control que pretende mantener el gobernador Borge Angulo.
Quintana Roo es uno de los estados en que el PRI no ha perdido jamás el gobierno estatal, pero que pueda darse la circunstancia, si los que controlan el poder continúan poniendo freno a los aspirantes.
Veracruz es otra de las entidades en la que los priistas muestran signos de rebelión, por los cada vez más frecuentes enfrentamientos desde el poder.
Dos senadores priistas, Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes, mantiene distancia del gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien no se cansa de agredirlos en forma directa o indirecta.
Los dos son los prospectos del tricolor mejor posicionados en el estado, pero el gobernador se empeña en no dejarlos pasar a la candidatura, ya que cuenta con sus propios aspirantes.
Eric Lagos y Alberto Silva, ambos diputados federales, son las cartas que presenta el gobernante para competir con los colores del PRI.
Los dos fueron colaboradores cercanos del gobernante, por lo que los colocaron estratégicamente en la Cámara de Diputados, para desde ahí poder dar el salto a la candidatura para encabezar un gobierno de dos años.
Fue el propio Duarte de Ochoa quien ideó el cambio constitucional para desinteresar a los Yunes de buscar la nominación, idea que no cuajó en ellos, los que resignados aceptaron que uno de ellos fuese por la de dos años y el otro por la de seis.
En un constante cambio de estrategias, el gobernador propuso que uno de sus alfiles, Silva, fuese designado presidente estatal del PRI, para tenerlo disponibles para cualquier eventualidad, incluso la de ser candidato.
La división entre los priistas es manifiesta y la rebelión de los seguidores de los dos senadores Yunes se encuentra latente, si es que ninguno de los dos es el candidato del partido tricolor.
A eso se le suma que panistas y perredistas buscan establecer una alianza con un candidato sumamente competitivo y que el gobierno de Javier Duarte de Ochoa no reúne las mejores calificaciones, para presentar un panorama nada halagüeño para los priistas veracruzanos.
En los tres estados mencionados, Durango, Quintana Roo y Veracruz, el PRI obtuvo una mayoría holgada en los comicios federales del 7 de junio. En el primero y en el segundo tuvieron carro completo y en el tercero, ganaron 16 de 21 diputaciones federales en competencia.
Durango, Quintana Roo y Veracruz, son tres de las entidades en que el PRI jamás ha perdido el gobierno estatal que en 2016 pudieran cambiar la historia, dando paso a un gobierno proveniente de otro u otros partidos.