Cambio de estrategia
Ramón Zurita Sahagún martes 27, Oct 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Sabedora de que la percepción se puede convertir en realidad, Rosaura Ruiz Gutiérrez busca quitarse parte de la imagen negativa que proyecta hacia el exterior de la comunidad universitaria.
Ex esposa de Salvador Martínez della Rocca (“El Pino”), dirigente del movimiento estudiantil del 68 y simpatizante de Andrés Manuel López Obrador, la bióloga ha tenido que remar en contra de una imagen negativa que busca impedirle convertirse en la primera mujer en alcanzar la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Rosaura ya lo intentó hace cuatro años, pero no le fue posible, ya que José Narro Robles fue reelecto.
Consciente de ello, la doctora en ciencias buscó el asesoramiento de un experto en relaciones públicas y comunicación que le ayudara a cambiar la imagen que proyecta hacia el exterior del campus universitario, ya que dentro del mismo tiene las mejores calificaciones.
Se buscó entre los comunicadores disponibles uno que concordara con las aspiraciones, que además de relaciones contara en su expediente con figuras de importancia, pero disímbolas y se eligió a uno, que lo mismo trabajó con el actual jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que en su momento ocupó la misma plaza con la hoy defenestrada Elba Esther Gordillo y mantuviera nexos con personajes vigentes.
La estrategia, parece ser, fue la adecuada, ya que la imagen que hoy se presenta de la doctora Ruiz Gutiérrez dista mucho de la que se tenía hace unas cuantas semanas, cuando se ponía por encima de sus credenciales académicas las dos relaciones narradas al inicio.
Uno de los principales propósitos fructificó pronto y la imagen que proyecta Rosaura es de conciliadora, alejada de cualquier tipo de confrontación gubernamental y negando cualquier tipo de injerencia de fuera en algo que corresponde solamente a los universitarios.
Desde un inicio de la contienda interna se advirtió un golpeteo en contra de Sergio Alcocer Martínez, por haber sido el primero en manifestar públicamente su interés en participar en la sucesión universitaria.
Se filtró información de que se trataría de imponerlo desde el gobierno federal, dada su procedencia de la administración pública federal, en sus funciones de subsecretario de Relaciones Exteriores.
Se proyectaron otros aspirantes, algunos de ellos como prospectos sólidos, con buenas cartas de acreditación para ocupar la preciada plaza que dejará vacante José Ramón Narro Robles, de quien, por cierto, se menciona que pasará a formar parte del gobierno federal, del que salió precisamente para hacer trabajo en la UNAM, primero como secretario general, luego como director de la Facultad de Medicina y después como rector por ocho años.
En ese contexto, fueron eliminados seis de los aspirantes a ocupar la silla vacante dejando en esa posibilidad a diez de ellos, entre los que destacan la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, junto a Sergio Alcocer Martínez, Francisco Bolívar Zapata, Fernando Castañeda Sabido, Javier de la Fuente Hernández, Enrique Graue, Héctor Hernández Bringas, Juan Pedro Laclette San Román, Leonardo Lomelí Vanegas y Suemi Rodríguez Romo.
Curiosamente, las doctoras Rosaura y Suemi son las dos únicas mujeres aspirantes y comparecerán con la Junta de Gobierno en el último día de presentaciones.
Los diez personajes universitarios que pasaron el primer filtro son: los ex directores de los institutos de Ingeniería y Biotecnología, Sergio Alcocer Martínez de Castro y Francisco Bolívar Zapata, respectivamente; los directores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Castañeda Sabido; de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad León, Javier de la Fuente Hernández, y de la Facultad de Medicina, Enrique Graue Wiechers; los coordinadores de Planeación, Héctor Hernández Bringas, y de Posgrado, Juan Pedro Laclette San Román; el director de la Facultad de Economía, Leonardo Lomelí Vanegas; la ex directora de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán Suemi Rodríguez Romo, y la directora de la Facultad de Ciencias, Rosaura Ruiz Gutiérrez.
En las comparecencias, los personajes deberán presentar sus planes de trabajo, las estrategias, además de cumplir con los requisitos de las normas universitarias, aunque también influyen las relaciones y alianzas de los aspirantes, antecedentes curriculares, especialidades adquiridas, grados, premios y distinciones.
Después de que los comparecientes pasen por ese filtro, los 15 integrantes de la Junta de Gobierno debatirán sobre las posibilidades unos y otras, hasta que con diez votos de ellos, se seleccione a quien será el nuevo rector(a) de la máxima casa de estudios (UNAM) por los siguiente cuatro años.
Solamente como referencia histórica, los últimos dos rectores de la UNAM, que han ocupado el cargo por 16 años, han sido médicos de profesión y de esta profesión surgieron otros dos que también ejercieron la rectoría (Guillermo Soberón Acevedo y Octavio Rivero Serrano) y de 1977 a la fecha, solamente un biólogo (José Sarukhan Kermes), un abogado (Jorge Carpizo Mac Gregor) y un químico (Francisco Barnés de Castro) arrebataron esa hegemonía médica.
NUEVO DIRIGENTE
Veracruz se encuentra inmerso en plena ebullición sucesoria y los partidos reafirman sus estrategias con vistas a la presentación de sus candidatos al gobierno del estado, posición que estará en disputa el año próximo.
En ese aspecto, el Partido Revolucionario Institucional es uno de los más avezados y procedió al cambio de dirigente estatal del partido, cargo al que arribó el diputado federal, Alberto Silva Ramos.
Silva Ramos asumió el cargo el pasado sábado en un acto en que le tomó protesta el dirigente nacional del partido, Manlio Fabio Beltrones, en un concurrido evento en el que los priístas mostraron parte de la estructura con la que pretenden mantener en su poder esa entidad.