Presunciones
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, Oct 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El senador Jorge Luis Preciado repetía: si María del Carmen Alanís vota a favor del triunfo priísta en Colima, que se olvide de ser ministro de la Corte.
La magistrada Alanís conjuntamente con otros tres más votó a favor de la anulación del proceso electoral de gobernador en aquella entidad y ahora tendrá que esperar si viene en alguna de las dos propuestas que el Ejecutivo federal hará al Senado de la República para cubrir las dos vacantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Una por otra, dicen algunos politólogos que aseguran que la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación conlleva que tanto Alanís como Raúl Cervantes (senador con licencia) se vistan con toga y birrete próximamente. Será en las próximas semanas cuando se sepa si hay razón en alguna de esas presunciones.
Por lo pronto, Colima es la única entidad del país donde, hasta ahora, se han declarado nulos dos comicios para la elección de un gobernador.
La participación desde el Ejecutivo estatal obligó a las dos decisiones. En la primera fue el gobierno de Fernando Moreno Peña y en la segunda el de Mario Anguiano Moreno.
De la primera anulación, el PRI mantuvo la victoria en la elección extraordinaria con su candidato Gustavo Vázquez Montes, quien murió poco tiempo después en lo que fue considerado un accidente de aviación.
La segunda está por escribirse la historia y conocer a los abanderados de cada partido.
Sin embargo, ambas historias son distintas, pero con un mismo actor protagónico.
Y es que desde el gobierno del estado, Moreno Peña impulsó la candidatura de Vázquez Mota, por lo que él mismo fue el estratega de la campaña.
En la segunda, el mismo Moreno Peña también impulsó al candidato del PRI (José Ignacio Peralta Sánchez), solamente que ya no era el gobernador y el mandatario estatal no guardaba la misma opinión que él.
Son muchos los que aseguran que le tendieron una trampa al priísta Peralta Sánchez, ya que personajes lo traicionaron, unos abiertamente y otros de manera embozada.
La realidad del asunto es que existe distanciamiento entre el actual gobernador (Mario Anguiano) y el ya ex candidato del PRI, José Ignacio Peralta, con la ventaja para el ex subsecretario de Comunicaciones, ya que Anguiano va de salida y los comicios extraordinarios se realizarían con un gobernador interino distinto al actual.
Eso juega a favor del priísta, si es que vuelve a ser abanderado de su partido, aunque tendrá que tener cuidado con los otros enemigos insertados dentro de su equipo de campaña.
La elección de Colima deja en claro que con la existencia de pruebas contundentes, los procesos electorales tienden a transparentarse.
Con la anulación del proceso electoral de Colima, es la tercera ocasión en que se procede con este método desde los tiempos modernos de la democracia mexicana.
Tabasco fue el primero de los estados que vivió este episodio, siendo los candidatos protagonistas Manuel Andrade Díaz por el PRI y César Raúl Ojeda Zubieta por el PRD.
El candidato de la izquierda presentó pruebas contundentes que mostraron la inequidad, la coacción y el abuso a favor del priísta Andrade Díaz y con una elección cerrada, se convocó a elecciones extraordinarias.
Fueron los mismos contendientes, aunque en esa segunda ocasión, el priísta Andrade Díaz superó ampliamente a su adversario perredista y le fue ratificada su victoria.
Tres años más tarde, la historia se repitió, aunque tocó el turno, por vez primera, a Colima. En la primera elección, la ordinaria, compitieron el priísta Gustavo Vázquez Montes y el panista Enrique Michel Díaz, con la victoria para el tricolor con el 41.6 por ciento de los votos contra el 34.3 del blanquiazul.
La comprobación de la intromisión del Ejecutivo estatal obligó a una segunda elección, extraordinaria, realizada seis meses más tarde, en la que el PRI presentó de nueva cuenta a su mismo candidato, Gustavo Vázquez Montes, mientras que Acción Nacional procedió al relevo de su abanderado, siendo Antonio Morales de la Peña el seleccionado.
La elección fue más apretada, ya en el triunfo del priista con 51.6 de los sufragios, contra el 47.8 del panista, con una diferencia de siete mil votos.
En esta segunda ocasión de nulidad en Colima la diferencia entre Peralta y Preciado fue de 503 votos a favor del priista.
Y aunque en la etapa de gobierno presidencial de Carlos Salinas de Gortari se realizaba limpia de gobernantes con problemas electorales, nunca se procedió a declarar nulos unos comicios. Es cierto que Ramón Aguirre Velázquez no asumió el gobierno de Guanajuato y se nombró de interino de cuatro años a Carlos Medina Plascencia y que Fausto Zapata Loredo en San Luis Potosí y Eduardo Villaseñor en Michoacán, duraron unos cuantos días como gobernantes y entraron como sustitutos Gonzalo Martínez Corbalá y Ausencio Chávez Hernández, pero los comicios fueron validados como legítimos.
Ahora, solamente resta esperar la fecha en que se realizará la jornada electoral extraordinaria y los nombres de quienes serán los candidatos que competirán en la misma.
Por lo pronto, tanto el priista José Ignacio Peralta como el panista Jorge Luis Preciado, alzaron la mano para participar nuevamente.
EMPATE ELECTORAL
Con la anulación de los comicios en Colima, los priistas se quedaron con cuatro triunfos en los comicios de junio pasado (Sonora, Campeche, San Luis Potosí y Guerrero). Los panistas con dos (Querétaro y Baja California Sur), los perredistas con uno (Michoacán) y otro más independiente (Nuevo León).
La moneda está en el aire y Colima definirá si los priístas o sus opositores obtiene la mayoría de los nueve estados que se disputaron en 2015.