Razones y sinrazones del “apagón”
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 26, Oct 2015Como veo, doy
Jorg Palacios
Con poco más de un año de su promulgación, las nuevas leyes Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión y la del Sistema Público de Radiodifusión del Estado mexicano, entraron en una especie de diferendo público, específicamente en el punto donde se establece que la fecha límite para que concluya la transición de televisión analógica a digital es el 31 de diciembre de 2015. Unos opinan que se cumplan conforme a lo aprobado el año pasado, otros piden una prórroga.
Las diferencias surgen no obstante que en su aprobación se dieron amplios debates técnicos y jurídicos entre los diversos grupos parlamentarios de la entonces LXII Legislatura, donde al final el documento aprobado contó con el respaldo de una amplia mayoría de senadores y diputados, quienes realizaron diversas modificaciones a la propuesta que en marzo de 2014 les hizo llegar el Ejecutivo federal.
Surgen no obstante que las discusiones entre legisladores permitieron enriquecer y precisar los alcances y objetivos de las referidas leyes y que son de reciente promulgación, ya que se publicaron en el “Diario Oficial de la Federación” el 14 de julio de 2014. Ahora en los recintos legislativos del ámbito federal surgen propuestas para que dichas leyes sean reformadas y con ello se establezca una prorroga a la entrada en vigor de la Transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT).
Aunque con matices, senadores de los grupos parlamentarios de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) han presentado iniciativas de ley donde proponen modificar el decreto de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, con el objetivo de postergar el llamado “apagón analógico” en el país.
En Acción Nacional piden retrasar hasta por un año la transición a la Televisión Digital Terrestre y establecen que ésta culmine el 31 de diciembre de 2016, en tanto que los del sol azteca piden que el emplazamiento se haga sólo por seis meses.
Quién los entiende, hace apenas un par de años los legisladores hablaban del retraso tecnológico que nuestro país tenía con respecto a otros países, nos decían que México tenía un atraso de 20 años y para ellos era necesario entrarle al toro por los cuernos en la materia, como lo hicieron en su oportunidad y dieron paso a una reforma legislativa para que nuestro país llegara en mejores condiciones a la era de la “conectividad”, un México con acceso a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones en condiciones de competencia
Es cierto que aún falta mucho por hacer, pero hay indicadores públicos que señalan que la reforma constitucional en materia de Telecomunicaciones, además de impulsar la competencia interna, beneficiar a la población y reposicionar a México en el mundo, nuestro país logró escalar diez sitios en el Índice del Uso de las Tecnologías de la Información y pasó del lugar 93 al cuatro, en el Índice de Accesibilidad a la Conectividad.
También es cierto que hay algunas empresas públicas de televisión que no están preparadas para el “apagón”, por falta de recursos para ajustar o adquirir nuevos equipos. Como es cierto también que algunas familias podrían ser afectadas y podrían quedar sin señal o desconectadas del nuevo sistema, pero al ritmo que avanza el programa de transición a la TDT es un hecho que serán los menos y por muy poco tiempo, porque precisamente con el “apagón” se podrían diseñar otros esquemas de apoyo a esa población y a la brevedad posible, con asesoría y apoyos técnicos, realizar los ajustes correspondientes.
Cabe mencionar que con la implementación por etapas de la TDT, el gobierno federal echó a andar un programa de apoyos a hogares de escasos recursos, donde a fines de años estaría entregando casi diez millones de televisores con sistema digital, lo que ha sido catalogado por expertos internacionales como una política social sin precedentes en la implementación de tecnologías de información y comunicación.
Entonces, en caso de que las propuestas de los senadores del PAN y el PRD tuvieran un dictamen favorable y que posteriormente tuvieran una aprobación, dichas contrarreformas darían paso a otros procedimientos legislativos cada vez que intereses personal o de grupo no acataran las disposiciones legales vigentes, por lo que eso de las contrarreformas serían una tarea de nunca acabar en el campo legal. Vistas así, no son nada razonables las referidas iniciativas.
Porque es entendible que las reformas deban realizarse cuando las leyes son obsoletas o sus expectativas no están cumpliendo con los objetivos con los que fueron creadas, pero por los resultados hasta ahora hechos públicos en materia de telecomunicaciones y radio y televisión públicas, nos parece una sin razón querer prorrogar el punto relacionado con la televisión digital.
Al contrario, tal vez una mejor medida sería que con presupuestos públicos se apoyará, con esquemas de financiamiento, a las medianas y pequeñas empresas de televisiones públicas e independientes, o, en todo caso, en algunas regiones, dejar que funcionen de manera paralela los sistemas analógicos y digitales. Eso sí sería razonable.
Pero prorrogar el apagón, como pretenden los senadores del PAN y del PRD, pues nos suena como a también querer detener la libre competencia entre prestadores de servicios públicos de televisión para beneficiar a las empresas pudientes de siempre en el rubro y eso no sería leal con quienes han hecho el esfuerzo ad hoc en la era digital, eso además de detener la entrada de lleno a nuestro país a la era de las nuevas tecnologías, y hasta ahí, porque como veo, doy.