Urgencias
Ramón Zurita Sahagún lunes 19, Oct 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
México es un país en el que las prisas son parte de su naturaleza. Se deja pasar el tiempo, hasta que llegan las apuraciones para todo tipo de temas, especialmente para los de gobierno.
Los diputados llegan con parsimonia, tratan los temas menos importantes y dejan los que lo son hasta el final, cuando ya el tiempo apremia.
En unos días más, los diputados deberán aprobar el Presupuesto de Egresos para el 2016, cuyo proyecto fue presentado en tiempo y forma, en sendos legajos de miles de páginas, que nadie se atreverá a leer, una por una.
Baltazar Hinojosa, un priísta con mayor apuración por mantenerse al frente de la nominación de su partido al gobierno de Tamaulipas, fue puesto al frente de la correspondiente Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
El legislador es ducho en la materia, pero no sus demás compañeros a los que apura para sacar adelante el tema, sin importar que el mencionado grupo fuese formado apenas hace un par de semanas.
Por eso, luego a los diputados les pasan de noche los temas importantes y como sucedió en el caso de los perredistas, no supieron ni cuándo ni cómo fueron introducidos o sustituidos algunos textos, como reconoció alguna vez Pablo Gómez o como trató de hacer la priísta Beatriz Paredes Rangel con alguna ley del agro.
Eso sí, cuando llegan las prisas a los legisladores sesionan sábados, domingo o hasta tres veces en una semana, sin dejar de lado sus descansos de puentes o feriados, los que consideran sagrados.
Pero las apuraciones no se limitan al Legislativo, ya que otros políticos como el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, tienen apuraciones cuando del apellido Yunes se trata. El joven gobernante veracruzano apresura los temas relacionados con ese apellido, en su afán por frenar todo tipo de posibilidades de que alguno de ese apellido se convierta en su sucesor.
La fobia que le tiene al apellido lo lleva a los extremos urgentes de intentar encarcelar a padre e hijo de los Yunes panistas, a los que finca sendas acusaciones.
Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, son acusados por el delito de enriquecimiento ilícito. El primero en lo federal y el segundo en lo local.
Las denuncias son movidas por el gobernador Duarte de Ochoa y se basan en presunciones, por los inmuebles propiedad de uno y otro, sin que ninguno de los dos hubiese dejado rastro de haberse sacado la lotería como lo hizo el antecesor de Duarte en el gobierno veracruzano, Fiel Herrera Beltrán.
Un diputado local y la diputación federal priísta veracruzana son los denunciantes de las propiedades y la acumulación de riquezas por parte de los Yunes, padre e hijo.
El escándalo tiende a ser más mediático que efectivo e intenta con ello reducir las posibilidades del diputado federal panista y del alcalde blanquiazul de Boca del Río, por convertirse, alguno de ellos, en el candidato de Acción Nacional al gobierno de Veracruz.
De dónde salió la urgencia de mostrar los supuestos abusos de los Yunes en la concentración de riquezas, parte del hecho de que Miguel Ángel padre se encuentra ubicado como el más sólido aspirante panista al gobierno veracruzano y ubicado unos cuantos puntos porcentuales por debajo de su primo hermano, el priísta Héctor Yunes Landa.
Y es precisamente el senador Yunes Landa quien ya también recibió las caricias del gobernador Duarte de Ochoa, al saberse que es el priísta mejor posicionado con rumbo al 2016 y lo intentan bajar de todas las formas posibles imaginables.
Otro que le gana la urgencia es al gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, que intenta por todos los medios disponibles, sin importar costos, bajar de su sucesión al subsecretario de Turismo, Carlos Joaquín González.
Es tanto el rencor que le tiene que sin guardar formas, se lanzó en contra de toda la familia Joaquín, a los que tachó de intentar heredarse los cargos, olvidando que en su familia también se estila lo mismo.
Roberto es hijo de un hermano de Miguel Borge Martín, ex gobernador del estado y que como Pedro, el hermano de Carlos Joaquín fueron gobernadores y senadores por esa entidad. La urgencia de Borge Angulo es la de sacar de la forma que sea a Carlos Joaquín de la sucesión.
Otros que se dejan ganar por las urgencias son los senadores que cuentan con todo el tiempo necesario para seleccionar a los dos nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero que carecen de las ternas para hacerlo.
Es el presidente Enrique Peña Nieto quien toma las cosas con calma para notificarles de la conformación de las dos ternas de las que tendrían que salir los nombres de los sucesores de Juan Silva Meza y Olga Sánchez Cordero, los que terminan sus respectivos períodos el 30 de noviembre próximo.
Los senadores tendrían que analizar los personajes que formen parte de cada una de las ternas, para elegir al que consideren más adecuado a las necesidades del máximo tribunal de justicia del país.
De no ser aprobados los integrantes de alguna de las ternas, el Ejecutivo federal tiene derecho a enviar segundas ternas, de las que tendrían que salir los nombres de los sucesores de Silva Meza y Sánchez Cordero.
Si son rechazados de nueva cuenta, entonces el Presidente de la República tendría el derecho de seleccionar sin el respaldo de los senadores a los dos nuevos miembros de la Corte.
Pero se advierte que ni el presidente ni los senadores tienen urgencia en el tema, la urgencia y las prisas vendrán después, con los tiempos encima.