Duarte, ¿con los días contados?
Roberto Vizcaíno miércoles 14, Oct 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Ya comenzaron los encuentros, el gobernador Duarte es sensibilizado para irse
- Una alternativa es que si insiste en quedarse, el propio gobierno de Peña Nieto actúe en su contra
- Yunes Linares ha iniciado el contra-ataque que incluye una fuerte campaña de medios
¿Deja Javier Duarte la gubernatura de Veracruz?
Las versiones dicen que “pronto”. Ayer mismo el conflictivo mandatario fue convocado a un encuentro urgente a las oficinas principales del PRI en Buenavista.
A ese cónclave con Manlio Fabio Beltrones, acudieron también otros veracruzanos como el diputado Alberto Silva -quien está previsto para ser el líder del tricolor en ese estado-, con quienes al parecer se hizo un análisis y prospectiva del proceso electoral de junio de 2016.
Y es que todos los indicios llevan a que, de continuar Duarte al frente del estado, el PRI perderá Veracruz en junio próximo.
No hay que olvidar que en los comicios del próximo año se renovarán 12 gubernaturas, incluida la de Veracruz. Y el “factor Miguel Ángel Yunes Linares” comienza a operar como fiel de esa balanza.
Tanto pesa que en algunos enclaves de decisión de la administración del presidente Enrique Peña Nieto y del PRI de Beltrones, comienzan a evaluar la necesidad de designar a Duarte en un consulado muy lejos de México.
La mitad de ese problema ya se solucionó hace algunos días con el nombramiento de Fidel Herrera —el otro gran objetivo de Yunes Linares-, como cónsul en Barcelona.
Esta designación directa del presidente Enrique Peña Nieto marca el camino que podría seguir ahora Duarte.
Alejando de Veracruz y de México a “La Nauyaca” —por ser la serpiente más venenosa del continente-, que así le dicen a Fidel Herrera, se podrían tender puentes de negociación y arreglo con Yunes Linares, indican algunos.
En todo este entramado tampoco hay que olvidar que Veracruz es el tercer aportador de votos en el país. Ahí se gana o pierde una elección Presidencial.
YUNES EN CAMPAÑA
Y es que el roll show mediático realizado ayer por Miguel Ángel Yunes Linares contra el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue fulminante.
Lo que dijo y prometió Yunes en sus entrevistas con los conductores más escuchados ahora en el país, removió y causó nerviosismo incluso en algunos en Los Pinos.
Tanto que el gobernador Duarte fue convocado de urgencia a la charla con Beltrones.
El asunto es que Duarte no sólo se ha peleado con todos en su estado, ahora incluidos los políticos más sobresalientes del PRI.
Y viene siendo acusado desde hace tiempo de corrupción, de endeudar con más de 100 mil millones de pesos a su estado, de actuar autoritariamente, de ser responsable de asedio y represión contra periodistas y medios de información en su estado, y quizá de omisión en al menos 14 asesinatos de reporteros y fotógrafos.
Los radioescuchas de los principales noticieros —yo al menos lo oí con Oscar Mario Beteta en Radio Fórmula y Ciro Gómez Leyva en la misma cadena-, que suman muchos miles de seguidores, en su mayoría un poderoso auditorio ilustrado con amplio poder de decisión, oyeron afirmar a Yunes Linares, hoy diputado panista, presidente de la Comisión de Seguridad Pública en San Lázaro, que él va a ser el próximo gobernador de Veracruz y que en cuanto llegue, va a meter a la cárcel a Javier Duarte.
“Es un clamor de los veracruzanos”, subrayó y reiteró.
Los hechos indican que Yunes Linares fue priísta durante muchos años. Entre 1992 y 1998 -durante la administración del salinista Patricio Chirinos-, ocupó la secretaría general de Gobierno de su estado, y muchas veces se quedó al frente del gobierno ante las constantes ausencias de su jefe.
Es recordado por muchos en todos los niveles en aquella entidad como un personaje obsesivo, rencoroso, retorcido, abiertamente vengativo que además es karateca.
A fines de 2003, todavía como militante del PRI, formó parte de los diputados que siguieron a Elba Esther Gordillo quien quería imponer el IVA a alimentos y medicinas, y renunció al tricolor luego de que este partido postuló a Fidel Herrera —su enemigo de siempre-, como candidato a la gubernatura de Veracruz.
Elba Esther, con quien luego se peleó y terminó casi en barandillas, pidió a Fox colocarlo como subsecretario de Seguridad Pública y luego secretario Ejecutivo de la Sistema Nacional de Seguridad Pública, para que en diciembre de 2006 Felipe Calderón le diera la dirección del ISSSTE.
Deja este cargo en 2010 -en medio de un escándalo de malos manejos y desvíos multimillonarios-, para ser candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz contienda en la que es vencido por Javier Duarte.
Yunes Linares logra 1 millón 277 mil 151 votos, el 40.99% del total de esos comicios mientras Duarte triunfa con una ventaja de 2.57%.
SE AFIANZA
En lugar de achicarse, Yunes Linares logra impulsar a su hijo Miguel Ángel como diputado local y alcalde de Boca del Río y a su otro hijo, Fernando como senador de la República.
Él mismo sigue en la contienda como representante del presidente del PAN, Gustavo Madero en Veracruz y logra la candidatura a una diputación federal plurinominal que le ha permitido ser beneficiario de los acuerdos dentro de San Lázaro, con la presidencia de la Comisión de Seguridad Pública.
La diputación federal la alcanzó luego de que se le impidió con toda una serie de argucias y mañas legales llegar a una diputación estatal que lo hubiera colocado en una posición muy riesgosa para el gobernador Duarte.
Hoy Yunes Linares es presidente de una comisión en San Lázaro donde tiene en contra a 11 diputados del PRI, entre ellos el veracruzano duartista Alberto Silva, quien impulsa ahora mismo una acción para desconocer a Yunes como presidente de la Comisión.
“No se puede tener como presidente de la Comisión de Seguridad Pública a un indiciado por la Procuraduría General de la República”, afirma Silva.
Y es que la Suprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada y la Unidad Especializada en Investigación de Operación con Recursos de Procedencia Ilícita de la PGR emitió una petición el 28 de septiembre pasado al Director General del Registro Público de la Propiedad y de Inscripción y Archivo General de Notarías en Veracruz que dice:
“Por acuerdo recaído en la averiguación previa al rubro indicado y con la facultades que me confieren los artículos 16, 21 y 102 apartado A de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, primera Fracción, Segunda Fracción, 168 y 180 primer párrafo del Código Federal de Procedimientos Penales cuarta Fracción inciso A, sub inciso D y F, IV 10 fracción … 22 fracción inciso E, de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, en relación con los artículos tercero inciso A, fracción III, inciso F, fracción III, 16 y 31 de su reglamento solicito a Usted que en auxilio de las funciones de esta representación social de la Federación, CON CARÁCTER DE URGENTE Y CONFIDENCIAL instruya a quien corresponda a fin de que informe si en sus bases de datos cuentan con antecedentes de folio real o mercantil (registro de bienes inmuebles a su nombre así como si han constituido empresa o tiene participación como socios, accionistas, representantes legales o comisionados) de las personas que se enlistan a continuación:
Miguel Ángel Yunes Linares, Leticia Isabel Márquez Mora (esposa de Yunes Linares), Miguel Ángel Yunes Márquez, Omar Yunes Márquez (hijos de Yunes Linares), Olga del Carmen Muñoz Brunet y Manuel Muñóz Ganem. La petición tiene sustento en una investigación abierta por PGR contra el conflictivo diputado.
Silva y sus compañeros priístas exigen que Yunes Linares pida licencia, salga de la Comisión de Seguridad Pública y enfrente sin fuero la investigación que le sigue la PGR.
Yunes Linares afirma que eso no es más que una nueva argucia del gobernador Duarte, al que él va a terminar metiendo a la cárcel.
Lo cierto es que ambos escenifican una contienda política, mediática y personal que va directo al choque y a la destrucción de la cual quien más puede perder es el PRI y el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. De ahí que los días de Duarte estén contados.