“La Llorona… el corazón de esta tierra” se presenta en forma enriquecida
Espectáculos miércoles 14, Oct 2015- Embarcadero de Cuemanco en Xochimilco se viste de gala para celebrar el XXII aniversario de la puesta en escena de una de las leyendas con más arraigo en la cultura mexicana: “La Llorona”
Gloria Carpio
La puesta en escena que se presenta en el embarcadero de Cuemanco, en Xochimilco todas las noches desde el 9 de octubre al 22 de noviembre, aparte de ser un éxito turístico, es una bocanada de cultura con danza, teatro y música prehispánica, que vale la pena presenciar.
Se trata de “La Llorona… el corazón de esta tierra”, cuyo montaje se ha perfeccionado a tal grado que deja satisfechos a turistas, a los gambusinos de la buena danza a base de las impresionantes conversiones que organizaban nuestros indígenas en sus bailables, a quienes buscan montajes dramáticos y espectaculares, con una música dulce y deliciosa. A cualquiera de estas exigencias la obra lo dejará satisfecho.
Es la versión 22 de este montaje y cada año se busca un factor de perfeccionamiento, esta vez no fue la excepción, ya que en medio del agua (en pleno corazón de Xochimilco) se montó una majestuosa pirámide de madera, derroche de escenografía, donde un grupo de hombres y mujeres, ataviados de abigarradas vestimentas, reciben al espectador listos para oír la tercera llamada.
La producción advierte que esta vez no se trata de un espectáculo de terror, para quienes piensen que eso es lo que se busca al sólo escuchar el nombre del montaje.
Se trata de un catálogo resumido de historia, tradiciones, usos y costumbres, de una de las tribus guerreras más significadas de la Gran Tenochtitlán, como lo fueron los xochimilcas, con una carga antropológica impresionante, pues muchas de las lecciones que resume la obra, ocurrieron en la vida real hace más de 500 años.
Y esta vez se trata de la mujer que fue obligada en la conquista por el capitán español Alfonso de Ordaz a ser poseída en contra de su voluntad y luego la convertiría en espía, cuando era inminente la caída de la Gran Tenochtitlán, cuando el ejército de Hernán Cortés se había establecido en la gran ciudad.
La mujer se llamaba Ayauhtli y tenía rango como mujer guerrera por incansable. La forma de extorsionar de los militares españoles era arrebatarles a los hijos para incorporarlos a la leva y la mujer guerrera decidió quitarse la vida antes que permitir que se llevaran a su joven progenitor.
Lo hizo no sin antes jurar venganza no sólo por su familia, sino por todos quienes murieron en la toma del Templo Mayor.
El público que asiste a este montaje sale con una buena dosis de historia de la conquista y la actriz Nayeli Cortés Castillo, quien forma parte del elenco y producción, confiesa que en cada representación se siente nerviosa por la responsabilidad de no decepcionar a las personas que asisten, pero observa el efecto contrario, pues recibe los frutos de haber renovado tanto el guión como el nombre, trabajo que los llevó a regionalizar la leyenda con un personaje xochimilca, al cual no se le ha hecho la justicia histórica que merece.
Se trata de la Xozihualpilli, que inclusive gobernó Xochimilco y que representa lo mejor de los valores que observaban nuestros ancestros. Son 90 minutos de arte escénico, no sólo del montaje, sino de la escenografía y del paisaje en general, que ubica al espectador en la época prehispánica, pues en este caso hasta las butacas están flotando sobre las chinampas y en medio de los ahuejotes.