La corrupción, ¿susto o combate?
¬ José Antonio López Sosa lunes 12, Oct 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Estamos en un punto, que la corrupción dejó de asustarnos como sociedad, no se trata de insinuar siquiera que es algo cultural —como algunos políticos lo han dicho—, tampoco de no ver la megaestructura de corrupción que se ha engendrado desde hace más de cien años en el sistema político mexicano.
Dar un poco de dinero para evitar una multa nos parece cosa del diario, lo mismo ocurre con los grandes empresarios e importantes políticos que reciben unos pocos millones de pesos a cambio de algún privilegio, concesión o negocio debajo de la mesa.
Como sociedad somos juez y parte de la corrupción, lo mismo la clase política, funge como juez, parte y promotor de la corrupción, en sus distintos niveles de gobierno y en los distintos poderes federales y estatales.
Ahora bien, hay honrosas excepciones, eso está más que claro, otro grave error es generalizar y decir que todos o que ninguno, la corrupción existe en todos lados, incluso en los medios de comunicación y lo que es peor, en algunos colegas periodistas.
En las últimas semanas se han documentado casos monumentales, para desgracia de quienes ejercemos esta profesión porque después, la generalización también nos apedrea.
Llegó el momento en que el susto quizá pasó, ya no hay nada que nos asuste en materia de corrupción, ni político por el que se puedan meter las manos al fuego.
Un día aparece un escándalo y el otro también, muchos solapados por gente tan cercana a todos, que pareciera una empresa aparte, la gran corporación de la corrupción mexicana.
En fin, ¿es malo ya no tener susto por la corrupción?, ¿será que estamos conformes con este putrefacto sistema?
Por otro lado, todos hablamos del combate a la corrupción y está el clásico lugar común: comenzar desde casa. Sí, es cierto pero no es suficiente, el dilema es ¿cómo una sociedad como la nuestra se puede organizar para combatir de forma sistemática la corrupción?, la plataforma México-Leaks me parece una alternativa muy importante, lo mismo que el trabajo periodístico de profesionales como Carmen Aristegui o Jenaro Villamil, colegas profesionales que son tachados por otros colegas con intereses meta periodísticos como autores de “periodismo ficción”.
Además de estas dos vías, la periodística con colegas de la talla de Aristegui y Villamil —entre otros que persiguen el mismo rumbo—, y la electrónica con México-Leaks, ¿qué otro sistema como sociedad podemos crear para verdaderamente combatir la corrupción?
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