Cuando la política se vuelve espectáculo
¬ José Antonio López Sosa viernes 9, Oct 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Evidentemente la política da lo que comúnmente se llama “reflector”, es decir, se convierte además de una responsabilidad pública en una vitrina que deja ver a un personaje —en este caso, integrante de la clase política— ante cientos de miles de personas que, constantemente escuchan y ven lo que sucede con relación a ese personaje o a lo que le rodea.
Tal vez por ello los titulares de los poderes ejecutivos estatales, las cabezas de los poderes legislativos –estatales y federales—y uno que otro funcionario público pierden el piso cuando su labor se transforma en un espectáculo público.
Tiene mucho que ver la cobertura informativa o bien, el carisma que cada personaje tenga para ser o no, un elemento político mediático.
Lastimosamente ello no garantiza una buena labor a favor de la ciudadanía, por el contrario, entre más mediático se vuelve un personaje político, menos trabajo ciudadano hace en la mayoría de los casos.
Ahora bien, hay casos que suceden a la inversa, cuando gente mediática o del mundo del espectáculo incursiona en la política.
Esa forma de trasladar la popularidad a un cargo público resulta aún más riesgoso y costoso para la ciudadanía. Hay dos claros ejemplos vigentes: Cuauhtémoc Blanco, presidente municipal de Cuernavaca y Carmen Salinas, diputada federal.
En esta columna me detendré en Carmen Salinas, quien además llegó por voluntad partidista y no necesariamente por el voto directo popular. ¿En qué le beneficia a los ciudadanos tener a una representante popular como Carmen Salinas?, sin lugar a dudas es una actriz ampliamente conocida, pero ¿qué le puede aportar legislativamente a la nación y a la sociedad? Por otro lado, ¿por qué el PRI decidió darle una curul a Carmen Salinas?, ¿dónde está la seriedad del partido en el poder?, ¿qué beneficio partidista les trae tener a una persona como Salinas sentada en una curul?
Más allá de la controversia, los memes y las solicitudes para quitarle la curul, es preocupante que un partido y el Congreso mismo, bajo el pretexto de la democracia se permita esto.
No es la primera vez que sucede, en el pasado Silvia Pinal también ocupó una curul, lo mismo que María Rojo.
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