Sin justificación alguna
Ramón Zurita Sahagún miércoles 7, Oct 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hemos insistido mucho sobre los graves problemas de corrupción y abusos que se detectan entre los gobernantes, sin importar el nivel de los mismos y la falta de acción judicial en contra de quienes los cometen.
Los recientes cambios de autoridad en los niveles de gobiernos estatales, municipales y delegacionales, confirman el desaseo de los funcionarios salientes.
Comentábamos hace unos días de los compromisos asumidos por los siete gobernadores que recién tomaron posesión, para revisar la actuación de sus antecesores y ejecutar acción penal en contra de los responsables de los saqueos.
No se trata de una cacería de brujas, pero sí de evitar que los gobernantes y sus colaboradores continúen burlando a la autoridad y enriqueciéndose en los cargos públicos.
Son demasiadas las denuncias sobre algunos de esos malos gobernantes, las que con decisión pueden conducir hacia las pruebas necesarias que permitan fincarles responsabilidad en la comisión de ilícitos.
Los abusos han sido permanentes, pero la desfachatez con que se cometen en el presente lo son mucho más. En la actualidad son más los gobernantes que hacen de la prepotencia y la ostentación una forma de vida a la que no tendrían acceso con los salarios que perciben.
Muchos de esos ahora ex gobernantes y otros que todavía lo son cuentan con mansiones en lugares de recreo, casas al por mayor, vehículos de lujo y algunos de ellos hasta cuentan aviones para su transporte personal.
Es cierto que existen organismos reguladores en los que, presuntamente, los funcionarios deben dar a conocer los bienes con que cuentan y los de su familiares cercanos, pero también es cierto que la mayoría de ellos encuentran los subterfugios legales necesarios para evadir la rendición de cuentas.
Los recientes cambios de gobierno en Sonora, Nuevo León, Michoacán y otros cuatro estados muestran el deterioro de las finanzas públicas y dan cuenta de los abusos y saqueos cometidos, en algunos casos por los propios gobernantes y en otros por algunos de sus colaboradores.
Por eso, el reclamo directo de los electores fue el de actuar en contra de los saqueadores del erario y en varias de esas entidades decidieron la alternancia, sin importar las siglas o ideología de los salientes y los entrantes.
Ahora llegó el momento en que deberán actuar esas nuevas autoridades, para mostrar que verdaderamente quieren el cambio en esas entidades.
Pero donde se exageró en la comisión de abusos e ilícitos es en el Distrito Federal, donde los nuevos jefes delegacionales dieron cuenta del saqueo en las oficinas.
Se llevaron todo, según cuentan, desde escritorios, equipos de computación y otras cosas y dejaron solamente lo inservible.
El parque vehicular está deteriorado, las oficinas en malas condiciones, algunas hasta sin cerraduras, pero los gobernantes salientes argumentan que así en esas condiciones precarias trabajaban la mayoría de ellos.
Tal vez, al conocerse el parque vehicular de las delegaciones del Distrito Federal, se entienda porque algunos funcionarios recurren a solicitar a prósperos empresarios les faciliten un vehículo, como fue el sonado caso del ex jefe delegacional en Iztapalapa y hoy flamante diputado federal, Jesús Valencia, quien conducía, en estado de ebriedad, una lujosa camioneta blindada y hasta se dio el lujo de chocarla.
Claro que él como otros funcionarios de los diversos partidos tuvo que amoldarse para trabajar en un cuchitril, por lo que adquirió una lujosa residencia en una de las zonas privilegiadas de la ciudad, para compensar una cosa con la otra.
Lo cierto es que en 14 de las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal fungían como autoridades militantes del PRD que confiaban en entregar la estafeta a otros militantes del mismo partido, los que, seguramente, no reclamarían nada.
Pero la debacle electoral del partido del sol azteca tomó por sorpresa a la mayor parte de ellos, los que no tuvieron tiempo de reaccionar.
No hay justificación alguna que apruebe esos saqueos indiscriminados por parte de las autoridades salientes, aunque en el caso de las delegaciones del Distrito Federal, varios de los nuevos jefes delegacionales ya interpusieron la demanda correspondiente contra quien resulte responsable de ello.
Las denuncias, acusaciones y señalamientos sobre esas malas autoridades, las estatales y las locales, abren un compás de espera en que se espera se ejerza acción penal en contra de aquellos que resulten responsables de los abusos.
NUEVA REFORMA
Los panistas están decididos a modificar las reglas adoptadas por algunos gobernadores temerosos de los candidatos independientes, por lo que presentaron sendas reformas, tanto en el Senado de la república como en la Cámara de Diputados, para darle celeridad al llamado piso parejo.
El triunfo de El Bronco, Jaime Rodríguez Calderón, en Nuevo león, asustó a algunos mandatarios estatales que decidieron endurecer los requisitos para quienes pretendan competir por esa vía.
Dos gobernadores del PRI y uno del PAN fueron los más rígidos contra los presuntos candidatos independientes, poniendo condicionamientos difíciles de cubrir.
Los tres mandatarios, César Duarte, Chihuahua; Javier Duarte, Veracruz y Rafael Moreno Valle, Puebla, saben que sus gobiernos no han sido de grandes beneficios para la población, por lo que corren el riesgo de que sus partidos pierdan esos enclaves.
Saben que una mala selección de candidatos o el surgimiento de un abanderado popular, pondrían en riesgo sus proyectos futuros, especialmente el del panista Moreno valle, quien aspira a terminar su mandato, dejar sembrado al nuevo gobernante, mientras el inicia su camino a la candidatura presidencial, primero de su partido y después la ruta al triunfo por la Presidencia de la República.