Un Presidente autoritario
¬ José Antonio López Sosa jueves 19, Ago 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Debiera preocuparnos sobremanera el actuar del presidente Felipe Calderón. En el discurso se presenta como un ente conciliador que busca el bienestar de los mexicanos y en la práctica se muestra como un ser desconfiado y autoritario, cuya visión de estado tiene que ver más con las lealtades personales que con una verdadera vocación de servicio al país.
Quizá el primer rastro de estas conductas fueron aquellas cartas hechas públicas que hace años le enviara el fallecido Carlos Castillo Peraza a Felipe Calderón, en ellas la habilidad tras la pluma de Castillo Peraza nos permite leer entre líneas la clase de persona que es Calderón Hinojosa.
Si miramos a detalle su administración, comprobamos tras varias de sus decisiones esta vocación del mando por el poder mismo, no por la necesidad de un estadista. Decisiones infundamentadas y autoritarias como el aumento de casi 50% al salario del Ejército a su llegada a Los Pinos, la necia guerra contra el narcotráfico que sólo nos ha plagado de muerte, el cierre autoritario de Luz y Fuerza del Centro, la controversia constitucional ordenada al procurador por los matrimonios homoparentales en el DF, entre muchas otras.
Si analizamos con detalle podemos percatarnos que se trata de decisiones –muchas de ellas sin fundamento—que obedecen más a un temperamento que a una visión política clara.
Los nombramientos en su gabinete reflejan una ayuda a sus amigos cercanos y leales más allá que una preocupación por el país, lo mismo el pago de facturas por ayudas que recibió en campaña.
Sabemos cuántos integrantes de su gabinete son gente de Elba Esther Gordillo, facturas que ha pagado por el favor que la lideresa magisterial le hiciera durante la campaña presidencial. El nombramiento de Ramírez Acuña como primer secretario de Gobernación fue un premio por haber sido este, el primer gobernador –entonces de Jalisco—que lo “destapó” para la presidencia en mayo de 2004. Por Gobernación, Economía, Hacienda, etcétera han desfilado y permanecen amigos cercanos, gente que él considera leal, así ignoren todo lo relativo a la función a su cargo la cercanía y el compadrazgo es lo más importante.
Tenemos un presidente autoritario, la ley no le faculta hacer más, sin embargo en su marco de atribuciones proyecta una falta de asesoría política, o quizá un empecinamiento por llevar este ejercicio autoritario de manera continua durante su administración. Lamentablemente los paganos somos los mexicanos, que debemos soportar este tipo de decisiones autoritarias en el marco de la ley, que están derribando poco a poco al país.
¿No que el autoritarismo le pertenecía al PRI?
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