Desaparición de personas
¬ Augusto Corro miércoles 23, Sep 2015Punto por punto
Augusto Corro
La desaparición de personas es un gravísimo problema que lleva varios años de dañar a la sociedad mexicana.
De 2006 a julio de 2015, según estadísticas, se desconoce el paradero de 25 mil 648 personas.
El problema se agudizó en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, quien perdió su guerra frente a la delincuencia organizada.
Por ejemplo, en el 2011 desaparecieron 4 mil 192 personas. A la sociedad mexicana le toca pagar su cuota de dolor porque el gobierno calderonista no supo combatir a la delincuencia, con medidas que la protegieran de la barbarie criminal.
El drama, viacrucis de miles de familias se agudiza ante la ineptitud de las autoridades para buscar y localizar a los desaparecidos.
Desafortunadamente, el 50 por ciento de los desaparecidos son jóvenes. ¿Qué sigue?
Por el momento, no se ve ninguna posibilidad de que las cosas cambien. La delincuencia organizada no solamente desaparece a personas involucradas en el tráfico de estupefacientes, sino que sus actividades las amplió a la trata de personas.
En esta terrible pesadilla, quienes realmente padecen el problema de seres inocentes que son secuestrados para exigir rescate o corrieron con la mala suerte de encontrarse en la hora y el lugar inapropiado.
Aunque el problema existe en varios estados, no en todos se da la desaparición exagerada de personas. El mal está ubicado. Sólo falta que se realice una coordinación efectiva de autoridades federales, estatales y municipales para combatir ese cáncer que agobia a miles de familias que no encuentran a sus seres queridos.
LAS COMPARECENCIAS
Hoy miércoles iniciarán las comparecencias de secretarios de Estado ante el pleno del Senado.
Se trata de reuniones que podrían calificarse de tradicionales, sin resultados prácticos para el país.
Supuestamente, los partidos de oposición exigen cuentas a los funcionarios públicos una vez que conocieron el Informe del Presidente de la República.
El documento una vez escuchado y analizado lleva a plantear interrogantes que deben ser aclaradas por los titulares de las diferentes áreas del gobierno federal.
En el caso de los senadores, principalmente de la oposición, plantean preguntas incisivas, duras, que meten en aprietos al funcionario en turno. Y ahí termina el asunto.
Los problemas que vive México son ventilados verbalmente y luego de discusiones intensas, todo vuelve a la normalidad.
Al referirse al tema, representantes de los partidos de oposición dijeron que ante la situación que vive el país, los funcionarios federales convocados a la glosa del tercer Informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, “no vendrán solamente a un día de campo, sino que serán objeto de fuertes cuestionamientos”.
Esa advertencia velada de los senadores no inquieta a nadie. Que se sepa, ningún secretario de Estado recibió castigo alguno luego de su comparecencia.
La reunión de funcionarios y senadores, con motivo de los análisis del Informe de gobierno, no dejan de ser un acto tradicional sin trascendencia.
¿CALUMNIA?
En este espacio señalamos que Jesús Zambrano se encontraba en la dirigencia del PRD cuando se decidió la candidatura de José Luis Abarca para la alcaldía de Iguala.
“El Chucho” le dio, pues, la oportunidad a Abarca, con una larga cola delincuencial, de entrar a la política perredista.
El presidente municipal de Iguala ahora se encuentra en la cárcel, acusado de ser el autor intelectual de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Esos acontecimientos dañaron la imagen del PRD. Por supuesto no es la única causa que tiene a los amarillos en la lona. También el divisionismo jugó un papel muy importante.
En el congreso del PRD, efectuado el fin de semana, los perredistas se pronunciaron porque aquellos que tuvieron alguna relación con Abarca, se presenten ante las autoridades para aclarar un sinnúmero de dudas.
Una de estas tiene que ver con la persona, o personas, que ayudaron a Abarca a ganar la alcaldía de Iguala, a pesar de su pasado delincuencial.
Los ojos de los perredistas se dirigieron a Zambrano, quien inmediatamente intentó sacudirse el señalamiento de sus correligionarios, y afirmó que Abarca tuvo dos padrinos Lázaro Mazón y Sebastián de la Rosa, y el encubridor de ambos “se llama Andrés Manuel López Obrador”. En fin, estaremos pendientes sobre lo que responda el tabasqueño.