Demagogos
Ramón Zurita Sahagún miércoles 23, Sep 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Ubicado dentro de las festividades como “Día Mundial sin Auto”, varios políticos mexicanos decidieron adoptar la medida y dejar de lado el usual transporte vehicular que los lleva cotidianamente a sus lujosas oficinas.
Lo hicieron como parte de su estrategia y no por convencimiento de racionar el uso de los cómodos vehículos a los que, mayormente, tienen acceso debido a los altos cargos que ostentan.
Políticos de alto rango, desde secretarios del gabinete presidencial, pasando por gobernadores, diputados, senadores y dirigentes partidistas lo hicieron, aunque sea por primera y única ocasión que optan por un transporte ajeno al que tradicionalmente usan.
Eso sí, cada uno de ellos aprovechó las redes sociales para mostrar su participación en este proyecto marcado dentro del calendario mundial, dentro del estilo demagogo de la mayor parte de ellos.
En metro, autobús, bicicleta, caminando y hasta en opciones que no corresponden al propósito los servidores públicos llegaron a sus respectivos destinos.
Lo curioso es que diputados y senadores de varios partidos que hicieron uso de las bicicletas no llevaban su carga habitual que, seguramente, la trasladaron sus personeros en los vehículos en los que regresaron a sus destinos de origen.
Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, prefirió el uso de un vehículo con bajos índices contaminantes, como fue un taxi eléctrico, ya que no comprendió que un día sin auto, no se refiere solamente al que tradicionalmente usa.
Pero en fin, como ensayo y muestra de su gran contribución a la fecha marcada en el calendario internacional, queda como buen intento demagógico.
Y es que en México, cualquier funcionario de nivel medio para arriba y, por supuesto, diputados federales, locales, senadores y dirigentes partidistas, se mueven en caravanas de vehículos, los propios y los de los escoltas que, supuestamente, los protegen.
Ojalá comprendieran que viajando en el transporte público podrán conocer las carencias de los ciudadanos y viviendo de cerca los problemas de las ciudades que habitan, comprenderán más a la población.
Un caso singular fue el del gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval, quien decidió sumarse a los protagonismos demagógicos e hizo la parada a un transporte público, el que no detuvo su marcha, por lo que hubo de esperar al siguiente que sí lo hizo. Ni tardo ni perezoso el gobernante usó las redes sociales para denunciar al hecho, recibiendo pronta respuesta de quienes diariamente viven los abusos de los conductores del transporte público.
Y es que nuestros gobernantes y servidores públicos son muy afectos a la demagogia, la que usan indiscriminadamente.
Se suman con mucha frecuencia todos los temas que creen les atraigan reflectores, pero, como en este caso, lo hacen por un día al año, lo que no causa daño. Otro de sus múltiples eventos demagógicos es el referente a renunciar a algunos de los privilegios (por supuesto que no a todos) que el alto cargo les confiere.
Así vemos a diputados de la izquierda que deciden no usar el seguro de gastos médicos mayores que su condición de legislador les otorga, pero tampoco los vemos en las filas de los hospitales de la secretaría de Salud, del ISSSTE o IMSS, como cualquier mortal que no goza de los privilegios de la alta burocracia.
Otros más deciden recortar sus percepciones, donando la mitad de las mismas o, simplemente renunciando a ellas, como lo decidieron algunos diputados de diferentes partidos.
La decisión de esos legisladores lleva una doble lectura, para quienes lo analizan: por una parte, ya tienen el suficiente dinero, para darse esos lujos o sus salarios son tan altos, que bien vale la pena reducirlos en general.
Sin embargo, como una de las luchas que más desea la población es la de erradicar la corrupción, los servidores públicos tienen derecho a esas percepciones altas, siempre y cuando no recurran a beneficiarse de los contratos de sus dependencias o, en su caso, los legisladores con los conocidos “moches”.
Una de las principales acciones que debieran tener los servidores públicos es de dejarse de actos demagógicos que solamente buscan su promoción y reflexionar sobre lo que tendría que ser una norma de conducta.
GUERRERO, EN LLAMAS
Conforme se acerca el primer aniversario de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, aumenta la violencia en Guerrero, estado donde en fecha próxima se realizará el cambio de gobierno.
Un priísta asumirá el gobierno estatal, en una administración sexenal que reemplazará a la de un perredista (Ángel Heladio Aguirre Rivero) que a su vez fue suplido por un académico.
El nuevo gobernante deberá encontrar la fórmula para frenar la constante violencia que azota a la entidad desde hace tiempo y que ha consignado una serie de eventos terribles.
Ayotzinapa es uno más de los actos de crueldad adjudicados a los gobernantes, ya que antes de ellos ocurrieron los crímenes de los copreros, la batida contra la guerrilla, la masacre de Aguas Blancas y otros más, por solamente señalar algunos.
Héctor Astudillo Flores, el priista que gobernará pronto deberá asumir con energía, más no con represión su nuevo encargo.
LA LOTERÍA DE TREVIÑO
Se dice que ahora si va en serio la fusión de Pronósticos Deportivos con Lotería Nacional, tarea que tendrá que desarrollar el nuevo director de la dependencia. Pedro Pablo Treviño, ex diputado federal y ex presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados es el elegido para presentar la propuesta. Treviño conoce el manejo de la dependencia, pues fungió como secretario particular del entonces director Carlos Salomón Cámara.