Identifican a segundo normalista
¬ Augusto Corro viernes 18, Sep 2015Punto por punto
Augusto Corro
La Universidad de Innsbruck identificó que uno de los restos óseos encontrados en el río San Juan, en Cocula, Guerrero, corresponde al normalista, Jhosivani Guerrero de la Cruz, de 21 años.
En aquella institución educativa también fueron reconocidos los restos de otro estudiante: Alexander Mora Venancio.
Son pues, dos los jóvenes identificados luego de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en los hechos violentos de la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero.
Con esta nueva información se anota un punto a su favor la Procuraduría General de la República (PGR), que desde un principio sostuvo que los normalistas secuestrados fueron asesinados e incinerados en el basurero de Cocula.
Sin embargo, esa versión de las autoridades no fue aceptada por los padres y familiares de los estudiantes plagiados, quienes se pronunciaron por buscarlos y encontrarlos con vida.
Ante esa posición inflexible de inconformidad hubo necesidad de que investigadores internacionales (argentinos) vinieran a México a tratar de encontrar la verdad de lo que ocurrió en Iguala.
Esos científicos dijeron que no encontraron datos suficientes para confirmar que los normalistas fueron incinerados en aquél lugar, como lo señalaron las autoridades. Es decir, que sus dichos echaban por tierra aquello que se denominó la “verdad histórica” de la masacre.
Sin embargo, la Universidad de Innsbruck encontró los rastros de otro normalista que fue sacrificado en el tiradero de Cocula. Se llegó a este resultado mediante nuevas tecnologías de análisis genético, con capacidad para identificar el ADN de personas a partir de fragmentos con alto nivel de deterioro.
De acuerdo con los testigos de los hechos, los jóvenes fueron asesinados, quemados y sus restos arrojados en bolsas, al río San Juan. A partir de esos fragmentos se hicieron los análisis para identificar a las víctimas.
Ojalá y que a un año de la desaparición de los normalistas ese acontecimiento monstruoso empiece a aclararse completamente con base en argumentos científicos irrefutables.
El DRAMA EN EL DESIERTO
Los mexicanos vivieron horas de infierno en el desierto de Egipto.
Una de las sobrevivientes, Susana Calderón, perdió a su esposo Luis Barajas Fernández, uno de los ocho mexicanos que perecieron en el ataque aéreo de las fuerzas públicas.
Susana se recupera de sus múltiples lesiones en el hospital cairota de Dar Al Fouad.
Al ser entrevistada narró esos momentos de angustia, pánico que vivió en el desierto durante las tres horas que duró la agresión.
El domingo pasado un convoy de turistas, la mayoría mexicanos recorría el desierto en la parte central de Egipto.
Mientras los viajeros se preparaban para comer, los aviones egipcios los bombardearon.
Las autoridades mexicanas exigieron al gobierno egipcio una investigación sobre esa agresión despiadada contra los turistas connacionales.
Como se ven las cosas, el impacto de ese hecho sangriento, condenable a todas luces, se apagará poco a poco.
Con una disculpa del gobierno egipcio no desaparecerán los momentos de infierno que sufrieron los turistas mexicanos.
LOS HELICÓPTEROS OFICIALES
El gobernador de Chihuahua, César Duarte, cumple con todos los requisitos para ser uno de los peores mandatarios de aquella entidad.
Recientemente, estuvo a punto de perecer el desplomarse el helicóptero en que viajaba acompañado de su esposa y de una comentarista.
Pues ya la empresa Bell, fabricante de la nave, investiga qué fue lo que ocasionó la caída del helicóptero.
Y todo indica que se debió a la imprudencia del piloto. Aunque este podría librar muy bien ese señalamiento.
En realidad, la imprudencia podría recaer en el gobernador que, según se dice, tenía mucho interés de llegar, aunque fuera de noche, a su rancho a resolver sus cosas personales, es decir, se trataba de un vuelo de placer.
Esa actitud irreflexiva de Duarte de ordenarle al piloto volar en condiciones inseguras, podría dejarlo muy mal parado.
Por lo demás, el uso de los helicópteros es muy común entre los gobernadores y las autoridades, que usan más las naves para pasearse con la familia, que para servicios oficiales.
Y como nadie supervisa el uso de los helicópteros oficiales, los funcionarios los ocupan como transporte familiar.
El último escándalo estuvo a cargo de David Korenfeld, titular de la Comisión Nacional de Agua (Conagua). Se descubrió que el funcionario utilizaba el helicóptero oficial para vacacionar con la familia. Esto lo obligó a renunciar al cargo.
Feliz fin de semana.